La epidemia de coronavirus que nos asola ha forzado al teletrabajo a muchísimas compañías que ni se habían planteado esta opción o que la ofrecían como una alternativa puntual y minoritaria entre sus plantillas. Dada la celeridad con que estos programas se han tenido que poner en marcha, cabe preguntarse varias cuestiones respecto a su viabilidad una vez pase la crisis del COVID-19, tanto en términos de política corporativa como de aceptación por parte de unas plantillas que no han sido formadas ni concienciadas adecuadamente sobre cómo desempeñar sus funciones a distancia.
La firma de análisis Gartner arroja algo de luz sobre estos interrogantes por medio de un informe, fechado el pasado dos de abril, en el que se recogen parámetros clave para entender este fenómeno.
Por ejemplo, el estudio indica que en la mitad de las grandes organizaciones a escala global, alrededor del 81% de sus empleados está trabajando de forma remota durante la pandemia de coronavirus, mientras que otro 15% de las empresas tiene más del 60% de su fuerza laboral teletrabajando. Y si tenemos en cuenta que, en encuestas anteriores, sobre un 30% de las plantillas ya teletrabajaban al menos parte de su jornada, los analistas prevén que esta cifra aumente al 41% una vez pase la epidemia.
La lectura positiva (una retención bastante sustancial de esta modalidad entre el tejido productivo) o negativa (que la mayoría de empresas volverán a caer en sus viejos hábitos) ya queda a juicio del lector.
Pero, ¿por qué renunciar al teletrabajo una vez que ya lo han probado -forzadamente- en el contexto actual? Siempre de acuerdo a Gartner, el riesgo de rotación en las plantillas que teletrabajan es sustancialmente mayor que en los entornos convencionales. En concreto, el porcentaje de empleados que afirman una alta intención de permanecer con su empleador actual es 13 puntos porcentuales más alto entre aquellos que nunca trabajan de forma remota.
Una de las razones más obvias es la falta de conexión con sus compañeros: el 41% de los encuestados no se siente conectado con sus colegas cuando trabajan de forma remota y el 26% de los empleados se siente aislado a causa del teletrabajo.
En el lado contrario de la balanza, y por seguir con este particular ejercicio de equilibrismo a caballo entre la tecnología y los recursos humanos, el teletrabajo sí que mejora la productividad de los trabajadores. Pese a ciertas creencias populares, el estudio de Gartner defiende que el 48% de los empleados totalmente remotos exhiben un alto esfuerzo discrecional, en comparación con el 35% de los trabajadores que nunca trabajan de forma remota.