Presidentes y CEO de algunas de las principales biotech mundiales, bajo paraguas de la Biotechnology Innovation Organization, han hecho pública una Carta Abierta a la Industria Biofarmacéutica en la que piden que, "a medida que comienzan a surgir datos de los ensayos clínicos de una variedad de vacunas y terapias" para combatir la Covid-19, se garantice "la integridad, transparencia y evaluación objetiva de nuevos datos" para proteger la salud y la confianza del público.
Para estos profesionales, "si esto se hace correctamente, detendremos la pandemia, salvaremos vidas, reavivaremos nuestra economía y permitiremos el regreso a una vida más normal", ya que se habrá logrado salir de la pandemia "mejor preparados para afrontar y reaccionar ante futuras amenazas biológicas".
En este sentido, en este documento se recogen una serie de principios que deben regir el desarrollo, la revisión, la aprobación y la distribución de los tratamientos y vacunas de la Covid-19 por parte de todos los agentes involucrados en el proceso biotecnológico.
Así, destaca que estos nuevos productos "deberán ser fabricados en grandes cantidades y distribuidos rápidamente a todos los segmentos de nuestra sociedad. Los médicos, los funcionarios de salud pública, los pacientes y los ciudadanos sanos necesitarán ser educados en cuanto a su seguridad, eficacia y riesgo/beneficio".
La adopción generalizada de estos nuevos productos se basará "en la confianza en la integridad de los principios científicos y de salud pública que rigen su desarrollo y aprobación", inciden en los profesionales. Por ello, apostillan que los ensayos clínicos deben realizarse siguiendo las mejores prácticas "para asegurar la credibilidad de los datos". Además, estos datos clínicos se divulgarán en reuniones científicas bien respetadas o se publicarán en revistas rigurosas e independientes.
Para todo ello, estas compañías consideran que los líderes políticos no deberían influir en el desarrollo y la aprobación de los nuevos medicamentos, con el objetivo de que solo la seguridad y la eficacia de los mismos se base únicamente en "una rigurosa recopilación y evaluación de datos por parte de todos los organismos competentes". Asimismo, la distribución de estos medicamentos debe basarse en "consideraciones sólidas de salud pública".