Toda la semana del 26 de abril al 2 de mayo tiene una dedicatoria para la propiedad intelectual (IP), pero el lunes 26 es propiamente el Día Internacional. Ese ha sido el argumento de PONS IP para reunir a cinco mujeres responsables de impulsar el I+D+i en los ámbitos público y privado, para pulsar el momento y el impacto de la ciencia en la transformación de la economía española.
Teresa Riesgo, presidenta del CDTI, una pieza fundamental para la financiación con dinero público, empieza por aclarar que el organismo oficial tiene una nueva estrategia de ciencia, tecnología e innovación, "que la llamamos la ECTI para abreviar", porque "tocaba", en sincronía "con los periodos plurianuales del presupuesto europeo".
En este caso, enlaza con Horizonte Europa, para el periodo 2021-2027, y también "con los Fondos Feder, Fondo Social Europeo y, algo muy ilusionante, los fondos Next Generation EU".
Innovación con impacto
Riesgo señala algunos puntos clave de la ECTI. Primero, "la investigación con impacto, hacer que la ciencia y la innovación tengan impacto en la sociedad para resolver los grandes problemas. Hay retos que se nos aparecen de un día para otro, como esta pandemia, pero hay otros retos a más largo plazo".
"Esta nueva estrategia, define nuevos tipos de instrumentos de financiación para favorecer proyectos o actividades de investigación multi e interdisciplinar", añade. "Es fundamental para que tenga un impacto fuerte". Destaca el propósito de "favorecer la colaboración público-privada de la que llevamos hablando toda la vida. Ahora tenemos una oportunidad de hacerlo".
"La estrategia se refiere también a la gobernanza. Hemos incluido algunos mecanismos de gobernanza nuevos, en los que tiene que participar más gente. Antes era la propia Administración General del Estado, con la participación de alguna manera de las comunidades autónomas. Queremos que científicos, innovadores, fondos [de inversión], grandes empresas, pequeñas, etcétera, se involucren en darnos esa realimentación, con un nuevo sistema de indicadores, para poder tener una gobernanza basada en datos".
Y remata afirmando que "también nos vamos a tener que dedicar a aprender a participar en nuevas formas, para que nuestras empresas estén ahí presentes…".
Pacto por la Ciencia "breve con tres medidas"
Interrogada por la moderadora, Nuria Marcos, directora de Pons IP, sobre el 'Pacto por la Ciencia', recién presentado por el ministro Pedro Duque y "70 organizaciones apoyándolo", Riesgo aclara que "es un pacto breve, tiene una página, con tres medidas".
"La primera medida es asegurar la financiación de la ciencia y la innovación", describe. "La segunda se refiere a la estabilidad y a la buena coordinación de las agencias financiadoras, principalmente el CDTI. Y la tercera, cuidar a las personas que hacen investigación e innovación, atraer talento, retenerlo y atraer otro talento que todavía no está formado".
El pacto ahora mismo está en discusión en el Parlamento, en una subcomisión de la comisión de ciencia, innovación y universidades del Congreso. Riesgo espera que sea "apoyado por la mayor parte de las fuerzas políticas del país, porque necesitamos estabilidad y sostenibilidad del sistema. No podemos andar dando bandazos".
Sobre las "10 políticas palanca, divididas en 30 componentes" del plan ‘España Puede’, Riesgo perfila, en la parte de que le toca, "el componente 17", referido a ciencia e innovación. Afirma que habrá financiación de todo tipo para "pymes innovadoras y UTEs", fijando como objetivo que crezcan, incluso "las micro-nano-pymes", para que sean más fuertes y competitivas, basándose en la innovación, con productos nuevos, y la internacionalización.
Subraya, además, que está en curso una modificación de leyes, porque la transferencia de conocimiento, hasta ahora, no está en la Ley de la Ciencia sino en la de Economía Sostenible. El asunto está en fase de consultas, mientras trabajan con un equipo de la OCDE para establecer una clara hoja de ruta.
Ciencia como motor económico
Desde el punto de vista de una entidad inversora, Almudena trigo, socia fundadora y presidenta de BeAble Capital, pone el acento en la situación creada por la pandemia como un "momento de reflexión. Realmente la ciencia es un motor económico y tenemos que considerarla en España como una actividad esencial".
"Se debe dar un golpe sobre la mesa, decir hasta aquí hemos llegado: la ciencia, no es algo colateral", asegura.
"No creo que haya un momento de la historia donde la ciencia esté más en la sociedad", dice. "Ahora se la ha visto necesaria para solucionar el problema, no sólo a nivel médico y sanitario. También en la industria. Hemos visto que, o tenemos en España un tejido industrial sólido, un tejido industrial potente, o todas las crisis, sean económicas, sanitarias, o la que vendrá medioambiental, nos van a pegar un palo, porque afecta en el número de empleos, en su estabilidad y en la prosperidad de la gente".
"Eso ya está en la sociedad" insiste. "Se tiene que crear una industria alrededor la ciencia para transformar los desarrollos tecnológicos en prosperidad, riqueza y empleo".
Aunque avisa que "en toda industria hay diferentes actores, y no puede ser que todos queramos hacer todo. Hay que especializarse y trabajar entre nosotros". También advierte que "no es lo mismo la inversión que la financiación, que puede ser dar prestamos".
Defiende Trigo la importancia de darle a su tarea de inversora "un nombre que sea fácil, no solamente para los científicos, para la gente técnica, sino también para el mundo de los negocios y el mundo de capital privado. Con el de 'science equity' yo no tengo que explicar más. Y se acabó, cómo lo de empezar a explicar lo que es la transferencia tecnológica".
Contando con todos
Al hilo de la pandemia, Ana Castro, vicepresidenta adjunta de transferencia de conocimiento del CSIC, identifica el momento como "una oportunidad" que ha hecho cristalizar por "la presión exterior", una metodología de trabajo incipiente en la organización con "las plataformas temáticas interdisciplinares".
"Esta situación ha servido para que las cosas caigan por su propio peso. En el CSIC se hizo un llamamiento general a todos los investigadores para contar con ellos. Y así surge la plataforma que conocemos como 'salud global'. Contando con todos, a todos los niveles, con todas las áreas del saber y todos los campos científicos y a el punto generoso de todos los investigadores por buscar una solución antes de que llegaran las ayudas".
"El CSIC aglutinó en diferentes grupos de trabajo, intentando ser complementarios". Al principio con más de 150 investigadores, en los primeros meses, y "ahora son más de 350 grupos de investigación y más de 90 institutos", que empezaron a trabajar sobre la enfermedad, tratamiento de nuevas terapias antivirales, vacunas, diagnóstico, detección... "y la difusión y transmisión de esa información a la sociedad".
"Ahora es una estructura que funciona, que ha dado un recorrido y unos resultados", afirma Castro, apostando por "buscar los aliados estratégicos y adecuados, las alianzas público privadas fundamentales para proyectos de gran envergadura como los desarrollos de fármacos o vacunas, para llevarlas al mercado".
Patentes, el eje clave
María José de Concepción Sáez, subdirectora de la OEPM, habla del capítulo de las patentes y su influencia en el avance tecnológico, tras un año en el que, "aunque parezca mentira", en España las solicitudes de patentes subieron un 8% y las de modelos de utilidad un 25%.
La patente, afirma "es una herramienta más. Somos un actor más en algo mucho más grande que lo que pueda ser proteger la propiedad industrial, que es un ecosistema de innovación y económico".
"Todo el mundo sabe que existen patentes que protegen y mucho hemos tenido que bregar nosotros, en este tiempo, con las licencias obligatorias, porque cuando surge la covid y forma parte de nuestra sociedad, lo primero son las herramientas para vencerla, las patentes que protegen medicamentos o sistemas para proteger a nivel sanitario", detalla.
"Lo que ahora hemos vivido es porque las bases ya estaban puestas en la colaboración público privada", aunque reprocha que también debería hablarse de la colaboración "público-pública, porque es una pena que, dentro de la administración, tengan que llegar momentos así para decir quiénes nos tenemos que sentar en esta mesa y cómo tenemos que negociar algo".
"La patente, al final, es la protección de un proyecto de I+D susceptible de ser protegido por propiedad industrial, pero que se ha iniciado años antes", asevera. "La subida de solicitudes de patentes no está tan vinculada con lo que ha sido la pandemia. Sí ha sido el caso de los modelos de utilidad, que es una figura más rápida, más dinámica, da también esa protección y responde a las necesidades sociales en un momento determinado".
También la Oficina Española de Patentes y Marcas está en proceso de reformas regulatorias, sometidas a consulta pública para establecer una ley de marcas, una ley de protección del diseño industrial y la ley 24/2015 de patentes y su plan estratégico 2021/2024.
Tener en cuenta a la cadena de valor
Hablando desde una gran empresa privada, Marta Luengo, responsable de servicios jurídicos de innovación, sostenibilidad y calidad de Iberdrola, ve que el momento supone una oportunidad para desarrollar nuevos proyectos de innovación.
"Será interesante que, en el ámbito de la innovación, y con los Fondos de Recuperación, se tenga en cuenta toda la cadena de valor y se aproveche para crear puentes entre los organismos públicos, las grandes empresas y las pymes innovadoras, para conectar el conocimiento de los centros tecnológicos con la flexibilidad y la fuerza de comercialización de las empresas".
Luengo recuerda que en "los primeros días de confinamiento, con todos en casa, fue un totum revolutum para el equipo de innovación, para ver en qué situación quedaban las startups a las que damos apoyo y con las que colaboramos estrechamente".
Sin embargo, "estando confinados", siguieron avanzando y fueron "capaces de generar nuevos proyectos, para Horizonte 2020. Surgieron grandes proyectos como el flagship para montar un aero[generador] flotante en el mar de Noruega. O el de Smart Mobility, el CEF Transport, para instalar 600 puntos de recarga en las redes principales y secundarias de España y Portugal".
Mirando al futuro, Luengo señala que su empresa lleva "desde el año 98 metida en los programas marco europeos y, por supuesto, en los programas nacionales. Trabajando siempre en colaboración con los distintos actores y tendiendo puentes tanto a universidades y centros tecnológicos como a las startups".
"Tenemos un programa de universidades muy robusto y fuerte con el que conseguimos poner en contacto a en torno a los 290.000 universitarios e investigadores con empleados de Iberdrola para construir ese futuro eléctrico, que pasa por ser renovable y descarbonizado", añade.
También habla de programas para las startups de base tecnológica, "alimentándonos mutuamente: por un lado, nosotros aprendiendo de esa tecnología y de esa agilidad y flexibilidad que tienen las startup, que están más cercanas al público; y ellos nutriéndose de la experiencia comercializadora de la gran empresa".