La considerada primera edición de los Juegos Olímpicos de la Edad Contemporánea se celebró en la ciudad de Atenas en el año 1896, en ella participaron 241 atletas (solo hombres) procedentes de 14 regiones distintas que compitieron en nueve deportes. Más de un siglo después, concretamente 128 años, tendrá lugar la trigésimo tercera edición de esta competición, que reunirá en París en 2024 a los mejores deportistas del mundo.
En los más de cien años que han pasado desde que se empezó a contabilizar este evento han cambiado muchas cosas, desde el número de actividades que se incluyen en cada convocatoria hasta los países que participan o la ciudad donde tienen lugar cada cuatro años. Sin embargo, en este camino, quizás lo que ha supuesto un antes y un después en el desempeño de los JJOO ha sido la incorporación de la tecnología.
"La tecnología es el aliado indiscutible y necesario para que los Juegos se desenvuelvan en un espacio seguro, sostenible e innovador", afirma en una entrevista con D+I - EL ESPAÑOL Patrick Adiba, vicepresidente y director de grandes eventos de Atos, una empresa centrada en la transformación digital que tiene un papel fundamental en la intersección entre este tipo de herramientas y los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.
Más de 150 aplicaciones críticas
Y es que Atos cuenta con el Integration Testing Lab (ITL), un laboratorio que se puso en marcha a partir de los Juegos de Río de 2016 en el que se replica "con total precisión" todo el entorno TI que se despliega durante este evento. En este espacio, que se ubica en Madrid, se testean alrededor de 150 aplicaciones críticas con el objetivo de asegurar que se desarrollan de forma "correcta y sin incidentes" durante la celebración de los JJOO.
Adiba explica que en esta simulación se tratan desde el sistema de acreditaciones hasta el control de los resultados o el portal de voluntarios desarrollado con IA y la ciberseguridad del evento, todo ello en función del deporte y la sede de competición. "Ya estamos analizando todos los escenarios reales posibles que podrían darse en la competición para ofrecer la experiencia más satisfactoria a todos los implicados en París 2024", avanza.
En concreto, en el ITL de Madrid, como sede central de TI de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, analizan los paquetes de aplicaciones críticas para la gestión y retransmisión de los Juegos, el Sistema de Gestión Olímpica (OMS) y el Sistema de Difusión Olímpica (ODS) y sus diversos módulos para asegurar la distribución de los resultados de las pruebas a todas las organizaciones. "Durante la competición, se trasladan a las sedes más de 60 gestores de resultados del ITL que liderarán el correcto funcionamiento de las operaciones", añade.
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El director de grandes eventos de Atos explica, por un lado, el conjunto de aplicaciones ODS se materializa en la puesta a disposición de los usuarios y locutores toda una batería de datos, vídeos o resultados en tiempo real a través de la web oficial o de la aplicación, así como información actualizada sobre el perfil de los atletas. También, horarios de entrenamiento y competición, estadísticas, medallas y clasificaciones.
Por su parte, las aplicaciones OMS son responsables de las inscripciones, acreditaciones, el calendario de competiciones, clasificaciones, las aplicaciones de voto de los atletas que participan en los procesos de toma de decisiones del COI en el seno de la Comisión de Atletas, el Portal de Voluntarios y la gestión de los equipos operativos. "Estas funciones son esenciales para la realización de los Juegos, los cuales siguen los requisitos más estrictos en materia de seguridad y privacidad de datos", puntualiza.
Hasta un millar de escenarios límite
Sin embargo, el directivo precisa que el trabajo tecnológico relativo a esta cita deportiva empieza mucho antes de que se celebre. En concreto, tres años antes, momento en el cual los expertos del ITL empiezan a testear todas las soluciones que existen para asegurarse que cumplen las reglas deportivas y de la competición, ejecutando hasta un millar de escenarios que, de suceder, pondrían el sistema "al límite".
"Nuestro trabajo no se basa en que los problemas o inconvenientes no existan, si no que, aunque se produzcan, de ninguna manera se vea afectada la competición, y estos queden relegados a un segundo plano, solucionándolos sin que los espectadores ni los participantes se den cuenta", cuenta.
Adiba puntualiza que muchas de las situaciones que se plantean tuvieron lugar en ediciones anteriores de los Juegos. El directivo trae a colación los Juegos Olímpicos de 2008 en Pekín, donde parte del personal estuvo afectado por un virus respiratorio, lo que les obligó a desarrollar un protocolo que fue de máxima utilidad en los de Tokio 2020, en plena pandemia, y Pekín 2022.
250.000 horas para "minimizar errores"
En este sentido, precisa que la tecnología es una herramienta imprescindible para anteponerse a las posibles problemática y desarrollar soluciones, ya que estas herramientas son las únicas capaces de analizar la "infinidad de datos e información comprometida" que contiene un evento "de gran envergadura" como son los JJOO de forma eficiente y segura.
Por ejemplo, para los próximos, la compañía prevé realizar más de 250.000 horas de pruebas. "Hacerlo es la única manera de minimizar los errores que se puedan dar a lo largo del acontecimiento", afirma.
No obstante, el director de grandes eventos de Atos precisa que, durante los 15 días que duran los Juegos Olímpicos, el gran riesgo destacable no proviene tanto del panorama tecnológico, sino más bien del factor humano. Según precisa, el alto porcentaje de voluntarios puede ser peligroso si no se les provee de la suficiente formación o experiencia.
A pesar de ello, desde Atos están convencidos de que los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024 serán "los más tecnológicos y ciberseguros" de la historia olímpica.