La civilización tecnologizada depende en gran medida, para todo tipo de dispositivos, de materias primas que sólo se encuentran en China y otros países con los que las relaciones a menudo resultan complicadas. Y todo empeora con la guerra en Ucrania y la situación geopolítica. ¿Qué podemos hacer en Europa?
"Lo primero de todo, necesitamos aumentar y fortalecer el sector europeo de las materias primas, invertir y asegurarnos de que hacemos crecer nuestras capacidades de manera consistente, en relación con la demanda proyectada. Y, de manera particular, con la transición ecológica. Porque lo que vemos hoy es que el suministro de materias primas y la demanda están totalmente desconectados".
La respuesta, concreta y precisa, es de Bernrd Schafer, CEO del KIC del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología dedicado a las materias primas (EIT Raw Materials, en su denominación en inglés).
Schafer no necesita que se le tire de la lengua para expresar en toda su crudeza el problema. D+I conversó con él en Bruselas, durante el evento INNOVEIT, sobre una de las grandes crisis que amenazan al desarrollo e innovación europeos. Dejemos que lo expresen sus propias palabras.
"Veremos multiplicarse por 18 la demanda de litio en 2030", prosigue Schafer. "Y veremos multiplicarse equis veces la demanda del litio para muchas otras materias primas que no tenemos aquí y nos hacen dependientes de países que, por su parte, también tienen un fuerte aumento de la demanda interna".
Minería y reciclaje
¿Y entonces…?, insistimos."Primeramente, tenemos que invertir en el sector para hacer minería. Y simultánemente, invertir en reciclaje, para un proceso de economía circular".
"Lo segundo es que, por supuesto, necesitamos asegurarnos de crear nuevas asociaciones para diversificar nuestras fuentes de materias primas, permítaseme decirlo, con países sensatos que nos ayuden a evitar y minimizar los riesgos que hemos aceptado durante tantos años con países como China", añade.
[Las baterías del futuro exigen innovar con materiales más baratos y mayor autonomía]
"De China importamos el 90% del magnesio y más del 90% de tierras raras", especifica Schafer. "Del Congo, somos dependientes para los suministros de cobalto. Y necesitamos de otros países con los que sería preferible no mantener una relación monopolística, como con Turquía, de donde importamos el 90% del boro que necesita la industria del cristal para los paneles solares...".
Cuando Schafer habla de minería, es inevitable recordarle las polémicas y rechazos que surgen en Europa cada vez que se habla de explotar algún yacimiento. Como en el caso de la prometedora mina de litio que Extremadura New Energies trata ahora de abrir en Cáceres.
"Es un punto interesante", concede. "Muchos errores en la minería están en el inicio del proceso. Que no es cuando se empieza a excavar en el suelo, sino que debe ser haciendo una aproximación inclusiva a las autoridades locales y a los habitantes de la zona. Lo primero es no sólo tener una narrativa correcta, sino explicar a la gente que la minería no es mala. Puedes hacer minería responsable o hacerlo de manera irresponsable".
'No en mi patio trasero'
Explica que "en Europa tenemos la tecnología más moderna para hacerlo de manera responsable con el entorno. No sólo para no dañar el área mientras excavas, sino que puedes reconstruirla cuando acaba el ciclo. Hay que abrir las mentes al hecho de que no se perjudica al medioambiente ni a la población, que no es responsable".
"Creo que la gente ha de comprender que las materias primas son el nuevo petróleo, como este lo fue en los 70, tan necesario para potenciar la industria. Estos materiales son necesarios para el coche, para todos los artefactos que tienes en las manos: el iPad, el portátil, el móvil. Hacen falta para tener cables de internet. Las necesitamos para todo eso", sentencia.
"Si queremos tener todas esas cosas -y no es 'si queremos', porque no creo que deseemos que Europa retroceda para volver a ser un territorio agrícola del mundo- necesitamos materias primas. Así que no se trata de si queremos hacer minería, sino de cómo queremos hacer la minería", advierte.
"Desgraciadamente, en muchos casos aparece la mentalidad de 'no en mi patio trasero', que es una irresponsabilidad", prosigue. "Es absolutamente peligroso porque así no se actúa contra el gran desafío de reducir la huella de carbono y bajar 1,5 grados el calentamiento, porque los países que no están 'en mi patio trasero' no respetan los criterios de producción de energía".
"China está utilizando cantidades masivas de energía producida por carbón para su producción y es un signo de que en Europa somos todavía irresponsables, externalizando nuestra propia huella de carbono a otras zonas en vez de mantener en casa nuestra producción y la cadena valor de una manera responsable", alega Schafer.
Dependencias de la transición verde
Sin detener la argumentación por un instante, señala que "debemos priorizar la obtención de materias primas que nos permitan incrementar los sistemas de energías renovables".
"Tomemos como ejemplo un generador eólico marino, que necesita diez veces los materiales por megavatio/hora que requiere una turbina de gas", dice. "Hay correlaciones masivas y debemos aceptar que necesitaremos muchas más materias primas. Y no deseamos que esa transición verde dependa de países geopolíticamente inestables o que, dada su demanda interna, las necesiten para sí mismos o incluso se lleguen a convertir en importadores netos".
Pero, ya que determinados minerales son escasos en el planeta, ¿podrá la tecnología proporcionar en algunos casos sustitutos sintéticos?
"De hecho, ese el concepto de lo que llamamos economía circular, en la que el reciclaje o reparación de algunos productos reduce el consumo de materias primas para reemplazarlos", responde Schafer.
"El problema es que eso no basta para tener en el tiempo adecuado los materiales que necesitamos para sostener el crecimiento en determinadas grandes áreas como las energías renovables, electrificación, electrónica de vehículos… En muchos de los sectores que están creciendo globalmente, puede ser una pieza del rompecabezas, pero no la respuesta definitiva.
La importancia del 'de dónde'
La cuestión final es ¿qué está haciendo al respecto el KIC de materias primas de EIT? "EIT Raw Materials es un consorcio de conocimiento y estamos promoviendo la educación, la innovación y la tecnología en ideas de negocios y startups. En paralelo, gestionamos la European Raw Materials Alliance, que se propone identificar casos de inversión en Europa, para incrementar nuestra producción de materias primas".
Schafer añade que esa actividad ha generado ya inversiones en torno a 12.000 millones de euros destinados a obtener diversos tipos de materias primas, "desde minería hasta actividades de reciclaje".
"Lo que nosotros podemos hacer es actuar como intermediarios sobre el terreno, para identificar, evaluar y asesorar desde el punto de vista comercial de negocio, sobre oportunidades de inversión en Europa y conseguir que ocurra, movilizando financiación para el sector", concreta.
"Eso es lo que hacemos desde la European Raw Materials Alliance. Tenemos el mandato de la Comisión Europea, desde septiembre de 2020, del comisario Thierry Breton y el vicepresidente Maroš Šefčovič, de identificar los desabastecimientos futuros de materias primas, observando las proyecciones de demanda en los sectores industriales hasta 2032".
Su misión es determinar qué minerales van a ser necesarios y de dónde vendrán. "El 'de dónde' es muy importante porque hoy en día están viniendo de países que hemos visto que no son lo suficientemente estables. Tenemos más de 600 socios en la alianza, incluyendo ONG, gobiernos, incluso de fuera de la UE -como Canadá y Australia- y empresas, como Río Tinto y muchas otras, también instituciones de investigación… Es muy inclusivo. Podemos decir que en la alianza está representado más del 90% del quién es quién del sector de materias primas europeo", concluye Bernrd Schafer.