La importancia de un centro tecnológico radica, en esencia, en su capacidad para apoyar al tejido empresarial de su entorno en su necesidad de investigar e innovar con el objetivo de que ese tejido empresarial mejore su competitividad.

Y, como es lógico, mejorar la competitividad de un determinado tejido empresarial también supone mejorar la competitividad del territorio en el que se ubica.

Si ya de por sí un centro tecnológico ofrece esa posibilidad a las empresas de acceder a servicios avanzados, pruebas de laboratorio etc., imaginen si esa colaboración se manifiesta en red.

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Ese trabajo en red lo que también hace es marcar tendencia, es decir, fija progresos en determinados sectores y en determinadas tecnologías que pueden ser modelo a seguir por otras entidades.

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En esta memoria, encontramos 11 proyectos de I+D+i con empresas, que se complementan con interesantes proyectos internacionales o nuevas infraestructuras para no sólo ser ejemplo, sino marcar agenda en sectores como el plástico, el medio ambiente, la madera, el metal o la agroalimentación.

Proyectos de I+D+i con empresas

Entre los proyectos destacados de I+D+i con empresas podemos resaltar Go Oliva, desarrollado por AIMPLAS -Instituto Tecnológico del Plástico- con la cooperativa olivarera Los Pedroches, y que ha permitido el desarrollo de un nuevo material plástico biodegradable y compostable a partir del hueso de oliva. Con él se fabricarán productos relacionados con el aceite de oliva que podrán ser procesados en una planta de compostaje e incorporados con el compost en el propio olivar.

Por su parte, la empresa Laser Food, con la colaboración de AITEX -Centro de Investigación de la Industria Textil-, ha logrado crear un sustituto del cuero de origen animal y sintético, respetuoso con el medio ambiente, sostenible, con un 85% de contenido de base biológica y que forma parte de la economía circular de la región de origen del material de partida.

También es interesante un proyecto validado a escala preindustrial por AINIA -centro dedicado a la alimentación-. Es una iniciativa llevada a cabo por Nedgia con la tecnología desarrollada por la ingeniería valenciana Genia Bioenergy para producir gas renovable a partir de la paja del arroz. El piloto demostró la solución que podría solventar, en gran parte, el problema ambiental de la gestión de la paja del arroz en la Albufera.

Otro centro técnológico, AIJU -dedicado al juguete y al ocio- ha colaborado con la empresa Revestech en la investigación del desarrollo de nuevas formulaciones para láminas impermeabilizantes para construcción a partir de materiales más sostenibles con propiedades mejoradas.

Algunos centros tecnológicos de REDIT experimentan con la realidad virtual. FOTO: REDIT

La sostenibilidad también está detrás de la iniciativa Fungistop de AIDIMME -Instituto Técnológico Metalmecánico, Mueble, Madera y Embalaje- con el apoyo de Barnices y Pinturas Andrés, Barnices y Pinturas Vicur y Barnices MontoroSanz, ha desarrollado recubrimientos con biocidas de tomillo y propiedades antifúngicas para distintas aplicaciones, en sectores como el mobiliario, la decoración y la construcción, que limitan así el desarrollo de cepas de hongos críticas para personas alérgicas y asmáticas, así como inmunodeprimidas.

La optimización del diseño es protagonista del proyecto Democratiop del IBV -Instituto de Biomecánica- junto a las empresas The Spb Global Corporation, Royo Spain, Choví, HOSBEC, Peronda y Playfilm, que tiene como objetivo democratizar la metodología de Innovación Orientada por las Personas (IOP) y que cualquier empresa pueda incorporarla en su proceso de toma de decisiones. Aportará a las empresas herramientas online que les permitan optimizar su diseño de una forma rápida y fiable introduciendo al usuario en fases tempranas del diseño. 

REDIT pone en valor el modelo valenciano de apoyo a la innovación empresarial perfectamente adaptado a la realidad del tejido industrial.

El laboratorio de Análisis Funcional de INESCOP -centro tecnológico dedicado al sector del calzado-, en colaboración con varias empresas del sector, ha investigado el concepto completo de calzado deportivo con el objetivo de crear un producto personalizado al entorno y la actividad, con prestaciones requeridas por parte de la población deportista y en general, incluyendo gestos cotidianos y deportivos estándar.

La cerámica, uno de los sectores más potentes de la Comunidad Valenciana, también marca tendencia, con este proyecto de ITC -centro tecnológico dedicado precisamente a este sector-,   coordinado por el grupo Keraben y junto a Fritta. Consiste en la implantación de un sistema real de economía circular a partir del reciclaje de palas eólicas y de los residuos del sector aeronáutico que permitan valorizarlos y devolverlos de nuevo al proceso productivo para ser utilizados en el propio sector y en otros.

La sostenibilidad vuelve a centrar el objetivo de una iniciativa del ITE -centro tecnológico de la energía-, que ha desarrollado un nuevo proyecto centrado en el tratamiento del agua de rechazo procedente de una planta de electrodiálisis reversible mediante procesos electroquímicos. En el proyecto participa Aguas de València.

ITENE -centrado en el sector del transporte y logística- ha trabajado con la empresa Pack2Earth en el proyecto Metamorfosis, cofinanciado por el programa Horizonte 2020 de la UE, para el desarrollo de innovadores materiales de packaging compostables en el hogar, inicialmente pensados para una gama de nutrición deportiva, con los que pueden fabricarse envases sostenibles para una amplia variedad de productos de alimentación secos o semilíquidos de larga vida útil.

También la logística protagoniza la última tendencia. Witrac e ITI -centro tecnológico de las tecnologías de información y comunicaciones- trabajan en la puesta en marcha de una solución de trazabilidad integral de activos para la cadena de suministro y de valor.

En concreto, el apoyo del centro tecnológico especializado en TIC’s se centra en una combinación de diferentes soluciones tecnológicas entre las que se encuentran el posicionamiento mediante RSSI, la habilitación en big data y la lectura de etiquetas en movimiento.

Proyectos de carácter internacional

A estos proyectos con empresas españolas, se suman otros de carácter internacional, entre los que podemos destacar el proyecto europeo Funtomp, en el que participa AIJU, y que va a desarrollar nuevos productos alimentarios basados en tres pilares fundamentales de la dieta mediterránea como son la remolacha, el aceite y el tomate.

O uno auspiciado por AIDIMME, a través de la iniciativa WoodMarkets, que está analizando y aportando soluciones para mitigar las dificultades que impiden la digitalización en el sector maderero y sus industrias afines en el suroeste europeo.

También destaca una iniciativa de IBV, que coordina un estudio para medir los datos antropométricos y de fuerza de los niños europeos, algo muy importante para el desarrollo de productos infantiles más ergonómicos y seguros.

O un proyecto del ITI que permitirá establecer en el futuro un Data Space único para todos los puertos marítimos de Europa. La iniciativa plantea la creación de una plataforma de datos segura que permita compartir la información tanto entre los diferentes agentes, como con más puertos.

Infraestructuras

Por último, los centros tecnológicos también marcan tendencia en cuanto a dotación de servicios e infraestructuras.

En la última memoria publicada por REDIT se daba cuenta de que, por ejemplo, AITEX ha adquirido un conjunto de equipos destinados a la evaluación de filtros de protección respiratoria contra gases. Este equipamiento permite realizar ensayos con amoniaco, dióxido de azufre y ciclohexano, entre otros agentes de ensayo.

También destaca que AINIA ha estrenado una nueva planta piloto de cultivos celulares en la que se desarrollará la investigación de ingredientes y componentes innovadores para su aplicación en el sector cosmético, alimentario y farmacéutico.

AIJU ha creado un laboratorio, Techlab, con una sala de realidad virtual colaborativa que permite la formación de trabajadores en puestos de trabajo en colaboración, entornos peligrosos o formación previa al uso de maquinaria industrial.

Por su parte, el ITI ha ampliado el espacio de datos y de computación mediante la adquisición de nodos de computación, de almacenamiento, dispositivos de red y tarjetas gráficas de cálculo. Este clúster ampliará las capacidades en el ámbito de big data e inteligencia artificial.

Por último, el ITC ha inaugurado una planta piloto hipocarbónica, una cámara de combustión adaptada para ensayos y estudios sobre uso de hidrógeno como alternativa para hornos cerámicos.