Un equipo de investigadores del MIT y del Instituto Oncológico Dana-Farber ha desarrollado un modelo de inteligencia artificial (IA) capaz de determinar el origen del cáncer de un paciente. Este descubrimiento facilita la elección del tratamiento adecuado para dichos usuarios, suministrando los fármacos específicos para el tipo de enfermedad.
Según precisan los responsables del proyecto, cada año "un número considerable de personas" desarrollan cánceres con origen desconocido, lo que limita el tratamiento, ya que la mayoría de terapias se aprueban en función de su procedencia.
A través del aprendizaje automático, los autores han creado un modelo computacional capaz de analizar la secuencia de unos 400 genes y utilizar esa información para predecir exactamente en qué parte del cuerpo se originó el tumor.
En un principio, los investigadores entrenaron el modelo con datos de 30.000 pacientes diagnosticados con uno de los 22 tipos de cáncer conocidos; luego, lo aplicaron a 7.000 tumores con origen conocido, pero que no se habían visto antes; por último, analizaron 900 tumores de pacientes con cáncer cuya procedencia no se conocía.
Tras los buenos resultados obtenidos, determinaron que el modelo desarrollado era capaz de clasificar con precisión el 40% de los mismos con un alto grado de fiabilidad.
Además, los autores identificaron un 15% más de pacientes que podrían haber recibido un tratamiento dirigido existente si se hubiese conocido su tipo de cáncer en vez de uno genérico.
Terapias más eficaces
Los científicos que participaron en este proyecto señalan que el hecho de que este modelo pueda utilizarse para ayudar a tomar decisiones terapéuticas, orientando los tratamientos para personas afectadas por dicha enfermedad con origen desconocido es uno de los hallazgos que consideran más importantes en su trabajo.
Según apuntan, entre el 3% y el 5% de los pacientes que padecen cáncer, especialmente en aquellos en los que los tumores han alcanzado la metástasis, los oncólogos no disponen de una forma fácil de determinar el origen de la enfermedad.
La falta de información en este tipo de casos impide a los médicos administrar a los pacientes fármacos de precisión que estén dirigidos, específicamente, contra la tipología de cáncer que padecen, por lo que se opta por dar medicamentos genéricos, que son menos eficaces y pueden tener un mayor número de efectos secundarios.
Los autores afirman que los resultados de este proyecto son muy útiles desde el punto de vista clínico porque no se basan en la aprobación de un nuevo fármaco, sino en dirigir tratamientos de precisión que ya existen.
En este sentido, avanzan que su intención es ampliar el modelo desarrollado para incluir otro tipo de datos, entre ellos, imágenes radiológicas o patológicas, con el objetivo de ofrecer una predicción más completa basada en diferentes modalidades de datos.
Así, apuntan, el proyecto incluirá una perspectiva integral de los tumores, lo que ayudará no solo a predecir la tipología que sufre el paciente, sino también el tratamiento óptimo que se le debe administrar.