En los últimos años, la sostenibilidad ha pasado de ser una nota a pie de página en las estrategias corporativas a un eje central de cualquier modelo de negocio y pilar fundamental de los planes de recuperación europeos tras la covid-19. Un cambio de ritmo absoluto, en el que las compañías que ya tenían esa visión de antemano parten con propuestas muy concretas para hacer frente a este desafío.
Es el caso de Mastercard, la popular empresa de medios de pago, cuya visión en materia de sostenibilidad fue destacada en el marco del South Summit 2021.
Durante la cita, Kristina Kloberdanz, Chief Sustainability Officer de Mastercard, ha remarcado la “tensión entre volver a la vida normal y tener en cuenta estos desafíos que constatamos con la pandemia”. Un equilibrio tan complejo de alcanzar como “el balance entre el corto plazo y el largo plazo”, así como entender que la sostenibilidad no sólo afecta a temas medioambientales, sino que van mucho más allá.
“La inclusión financiera es algo que en Mastercard tenemos presente desde hace tiempo. De hecho, teníamos el objetivo de facilitar que 500 millones de personas que no tenían acceso a servicios financieros lo pudieran conseguir. Y el año pasado duplicamos ese objetivo, buscando llegar a otros 500 millones de personas más”, detalló Kloberdanz.
Un grupo poblacional que, hablando ahora ya del medio ambiente, es el que más riesgos asociados al cambio climático experimenta. De ahí también la estrategia de Mastercard por aunar finanzas, tecnología y planeta bajo un mismo paraguas estratégico.
“Tenemos el objetivo de llegar al uso de energías 100% renovables, para lo que también estamos revisando toda nuestra cadena de suministro. Y en una visión más ambiciosa, queremos llegar a ser una empresa de cero emisiones netas para 2025”, añadió la ejecutiva. “Contamos con una posición única para ello, que la fortaleza de nuestra red de 20.000 bancos y tres billones de usuarios de tarjetas”.
Los individuos y los 100 millones de árboles
En su opinión, esta búsqueda de la sostenibilidad no sólo ha de alinear a empresas y gobiernos en grandes proyectos de transición verde, sino que debe involucrar a los usuarios individuales en el camino.
“Hemos de cambiar el consumo de los ciudadanos y la percepción de los usuarios. Las compañías y países tienen objetivos sostenibles, pero las personas individuales también deben jugar un rol”, reconoció Kristina Kloberdanz, antes de dar a conocer su iniciativa Priceless Planet Coalition que busca unir los tres polos necesarios para dar cuenta de los retos climáticos desde la perspectiva de Mastercard.
Bajo este programa, la empresa tecnológica aspira a plantar 100 millones de árboles en todo el mundo, con un “modelo de reforestación a escala que incluya no sólo la plantación de los árboles, sino también su mantenimiento y sensorización”.
Un programa en el que participan 74 compañías privadas y que es diseñado junto a dos organizaciones especializadas (Conservation International (CI) y el World Resources Institute). Entre las empresas que apoyan la iniciativa está el Banco Sabadell, que se ha comprometido en el marco del South Summit a la plantación de 100.000 árboles en nuestro país.
“Queremos que cale el mensaje de que si usas el transporte público y pagas con tarjeta, salvas árboles. O lo mismo si pagas sin efectivo en una tienda o en internet”, explicó la directiva.
Por el momento, la Priceless Planet Coalition trabaja en el Amazonas brasileño, en Kenia y Australia, con planes de expansión en todo el planeta.
Crear o asumir el cambio
La sostenibilidad ha sido una de las banderas esgrimidas por Mastercard durante su participación en South Summit 2021. En ese sentido, la casa de los dos círculos ha prestado su escenario para que Mathias Wikström, CEO de Doconomy, diera su visión al respecto del que es uno de los grandes desafíos para la Humanidad en nuestros días.
“O creas el cambio, o lo asumes, tú decides", dijo Wikström. “Todos generamos una huella de carbono, el problema es que no sabemos de cuánto. Y, ¿cómo podemos cambiar algo si no lo conocemos? Tenemos que hacer un esfuerzo de colaboración: todos, organizaciones, compañías y personas de la mano de la ciencia y la Academia”.
“Estamos enfrentándonos una crisis que sin duda genera ansiedad a la gente. Porque, ¿cómo está el mundo? Podríamos estar mucho mejor. Es importante tener esa conversación porque nadie más va a poder resolver esta crisis: tendremos que ser nosotros”, concluyó.