Los aerosoles serán la herramienta para 'dispersar' nanarrobots. Esto es lo que han diseñado investigadores del MIT: rellenar estos particulares dispositivos con sensores diminutos con el potencial de hacer casi cualquier cosa, desde detectar una fuga en una tubería hasta diagnosticar una enfermedad.
Estos nanorrobots están ‘montados’ en partículas insolubles bidimensionales, llamadas coloides, que pueden flotar tanto en líquido como en aire. Esta particularidad, destacan los investigadores, es clave para poder dispersarlos en prácticamente cualquier entorno.
Asimismo, tienen la facultad de rastrear su entorno para detectar, por ejemplo, sustancias nocivas. Esto es posible gracias a sus sistemas electrónicos, que les permiten recopilar, procesar y almacenar los datos que detectan.
Además, estos pequeños robots, del tamaño de un óvulo humano, no necesitan batería ni una carga de energía externa, con un solo fotodiodo obtiene toda la potencia que requiere su pequeño procesador y su circuito de memoria.
Entre sus posibles aplicaciones, los investigadores subrayan las inspecciones de oleoductos o gaseoductos para detectar partículas contaminantes. Se pueden introducir por un extremo de la tubería, para que viajen con el flujo, hasta que se retiren por el otro extremo y, de este modo, proporciona un registro de las condiciones analizadas, como la presencia de contaminantes.
Otro uso de estos nanorrobots se centra en los diagnósticos de enfermedades, ya que pueden introducirse a través del tracto digestivo en busca de signos de inflamación y otros marcadores de enfermedad.