Un nuevo mortero de cemento que recicla por primera vez materiales aislantes y reduce el consumo de la arena empleada en su fabricación, lo que contribuye a implementar los criterios de la economía circular en el sector de la construcción. Investigadoras de la Escuela Técnica Superior de Edificación de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) han conseguido mejorar las propiedades mecánicas y térmicas de los productos a los que se incorporan, evitando su depósito en vertedero.
Así, han demostrado cómo los residuos de lanas minerales, producidos por la propia construcción, se pueden utilizar como alternativa a las fibras de refuerzo que se utilizan actualmente en los materiales de este sector. De hecho, los residuos de las lanas minerales, un material aislante usados para el aislamiento térmico y acústico que incrementan el ahorro energético de los edificios, es uno que está creciendo de manera alarmante.
Hasta el 0,2% del volumen de todos los residuos de construcción y demolición generados en Europa proceden de lanas minerales. Se estima, además, que en 2020 se generarán en los 28 países de la Unión Europea más de 2,5 millones de deshechos de estos materiales, caracterizados por su difícil reutilización y escasas tasa de reciclado y formas de recuperación.
Este equipo de investigación ha averiguado que tanto la estructura química como la microestructura de los morteros que incorporan fibras recicladas es similar a la de los morteros sin fibras, es decir, no hay un cambio significativo causado por la adición de estas fibras que afecte la funcionalidad del mortero, por lo que puede usarse para la construcción. También han verificado que, aunque las fibras recicladas procedan de un vertedero, estas no ven afectadas sus propiedades.
Además, una de las expertas que ha formado parte del equipo de investigación Mercedes del Río subraya que se ha demostrado científicamente que los morteros que incorporan residuos de lana mineral son más ligeros, por lo que, unido a su composición química, estos morteros mejoran las propiedades aislantes con respecto a otros con fibras comerciales.
Asimismo, en otro estudio han concluido que los compuestos obtenidos tienen propiedades mecánicas similares a los que contienen fibras comerciales empleadas hoy en día, con una resistencia a la flexión mejorada por la incorporación de este tipo de residuos. Esta resistencia posee valores muy parecidos a los materiales a los que se les incorporan fibras comerciales poliméricas y de vidrio resistente a compuestos alcalinos, una opción poco sostenible, ya que necesitan una gran cantidad de energía para su fabricación.
En su último trabajo, en el que ha colaborado también una científica de Bialystok University of Technology de Polonia, las investigadoras han pretendido, además, reducir al máximo los áridos empleados para la elaboración de los morteros de cemento, ya que la arena es el recurso natural más demandado del mundo, seguido del agua y por delante de los combustibles fósiles.
Como señala Carolina Piña, que ha participado en las distintas investigaciones y es la investigadora principal de esta última, “con estos morteros ecológicos se consigue reciclar hasta un 50% del volumen de la arena empleada, lo que supone una gran cantidad de ahorro de materia prima y un reciclaje de más de 100kg de lana mineral por tonelada de cemento”.
Los resultados obtenidos por las investigadoras en los ensayos mecánicos, físicos y microscópicos señalan que el uso de residuos de lanas minerales en morteros de cemento disminuye el impacto ambiental de los mismos al reducir el empleo de la arena y conseguir revalorizar estos residuos que en la actualidad se depositan en vertederos.