Investigación
Viento iónico para refrigerar dispositivos electrónicos y también para limpiar la COVID-19
Cedrion es una startup, de ocho profesionales y pendiente de una ronda de financiación, que pretende tener listas las pruebas del uso de viento iónico contra el coronavirus antes del verano, para su posterior certificación
27 mayo, 2020 07:00En apariencia, la refrigeración de drones, aviones y satélites poco tiene que ver con la lucha contra la COVID-19. Y, sin embargo, existe una tecnología que puede por igual enfriar dispositivos de alta tecnología como limpiar virus y bacterias: el viento iónico.
Nos lo explica Enrique Medina, CEO de Cedrion, una startup española especializada en esta innovación: "Este viento tiene dos grandes aplicaciones. Por un lado, nos permite dirigir muy eficientemente un fluido de manera que, si lo canalizamos contra una fuente de calor, la podemos refrigerar más eficientemente que los sistemas actuales, con el mismo consumo, la mitad de tamaño y de peso. Y siendo también totalmente silenciosos". La segunda, es la que aplica a la biotecnología, al "aprovechar los iones para acabar con virus, bacterias, incluso los biofilms, que son estructuras bacterianas 1000 más resistentes que las bacterias aisladas. Para conseguirlo, sometemos al aire a un campo eléctrico y generamos iones de las especies que ya están en el aire. Las sinergias entre estas especies es lo que afecta a los microorganismos. Además, estos iones son muy inestables, así que enseguida se recombinan en las partículas neutras del aire", detalla el emprendedor.
La técnica precisa se conoce como plasma frío atmosférico. "Nosotros lo conseguimos a través de un fenómeno fisicoquímico llamado descarga corona. Esto ocurre cuando se aplica una gran diferencia de potencial entre dos electrodos hasta alcanzar la ruptura dieléctrica del aire, creándose plasma", indica Enrique Medina. "Este plasma es una nube de electrones e iones que nos permite generar una corriente denominada viento iónico. Algunas especies químicas generadas durante el proceso fisicoquímico son partículas de ozono, óxidos de nitrógeno y peróxido de hidrógeno". Y, como mencionábamos, son esas partículas las que acaban con los virus y bacterias presentes en el entorno.
En el caso de la pugna que estamos librando contra el nuevo coronavirus, los dispositivos de viento iónico se guardan una importante ventaja bajo la manga: la persona que los maneja no necesita tener ninguna protección adicional durante su uso a la que viste cualquier ciudadano. "Además, al trabajar sobre aire, no necesitamos almacenaje o logística de ningún gas o líquido. Y no necesitamos altas temperaturas ni presiones, por lo que nos permite esterilizar cualquier tipo de material, telas, plásticos, metales...", añade Medina.
El momento actual ha hecho que Cedrion, creada hace tres años con el foco en la industria aeroespacial (ha sido acelerada por la ESA y Airbus, además del Parque Científico de la UC3M) se haya centrado ahora en esta área tan prometedora. Si bien es cierto que no es una idea que haya surgido de la nada, en tanto que hace un año ya comenzaron a trabajar en esta línea junto a la Universidad de León: "Surgió a colación del problema de listeria con la carne mechada, pues se habían contaminado las herramientas de corte. Tenemos un prototipo que es capaz de acabar con el 99,99% en menos de un minuto de exposición. Ahora lo que estamos trabajando en ampliar las pruebas a los virus, que es más difícil trabajar con ellos, pero su estructura es más débil que la bacteriana", reconoce su líder.