La historia de los cables submarinos de telecomunicaciones va irremediablemente unida a la de las inclemencias e incidentes que pueden acabar con su vida útil de forma súbita. De hecho, el primero de estos despliegues -el cable que unió Francia y Reino Unido allá por 1850- fue también el primero en sufrir esta mala suerte: un marinero enganchó sus redes de pesca al cable y lo acabó partiendo.
Es por ello que, en pleno despliegue acelerado de estas infraestructuras para dar respueta a unas necesidades de hiperconectividad en crecimiento exponencial, la industria y los investigadores no se olvidan de prevenir o mitigar esta clase de accidentes. Y la respuesta final a cómo evitar las desgracias que acechan a los cables submarinos puede haberla encontrado un grupo español de entidades públicas y privadas.
Los protagonistas son AFR-IX telecom, la Universidad de Alcalá, el Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) y Aragón Photonics. ¿Su proyecto? Una tecnología financiada con fondos europeos para la detección acústica avanzada. ¿Su potencial? Prevenir toda clase de incidentes en torno a esta ingente obra de ingeniería y, de paso, servir de ayuda a los científicos en temas medioambientales de primer orden.
Monitorización constante
Vayamos por partes. Los cables submarinos de telecomunicaciones pueden verse dañados tanto por fenómenos naturales (terremotos, deslizamientos de tierra submarinos, tsunamis...) como animales (debido a los movimientos de algunos mamíferos marinos) y humanos (golpes de ancla de barcos, por ejemplo).
Todos estos escenarios pueden medirse mediante la tecnología DAS (del inglés ‘Detección Acústica Distribuida’). Se trata de un sistema de monitorización inteligente que permite unaq sonsorización acústica de altas prestaciones (HDAS) para analizar cómo las variaciones en el entorno del fondo marino -temperatura y movimiento– se traducen en variaciones de las mismas.
El nuevo sistema de monitorización cuenta por un lado con un dispositivo que permite registrar pequeñas variaciones de deformación de las señales ópticas a lo largo de un cable de fibra óptica y, por el otro, con un sistema de inteligencia artificial capaz de analizar los datos recopilados por el HDAS y transformarlos en una interpretación inteligente de la potencial amenaza al cable en todas las situaciones posibles, así como de variaciones ambientales en el lecho marino.
Entrará en funcionamiento en 2024
Para aplicar la tecnología del pionero sistema de monitorización, AFR-IX facilitará el uso de su futuro cable submarino Medusa Submarine Cable System, un cable que unirá nueve países del Mediterráneo y que entrará en funcionamiento en 2024.
Concretamente, para el desarrollo del sistema de monitorización inteligente, se dará acceso al cable submarino Medusa desde las estaciones de aterrizaje del cable en Barcelona (Barcelona Cable Landing Station -CLS-, impulsada por AFR-IX), Torreguadiaro y Zahara de los Atunes, y otros posibles aterrizajes en países de la región europea.
Desde cada estación de aterrizaje se proporcionará una red de alta velocidad a través de routers de alta capacidad y la red del sistema de cable submarino Medusa para que los datos del DAS en tiempo real sean transportados a Barcelona CLS, donde serán procesados por la Universidad de Alcalá. El equipo del Centro de Operación de Red 24/7 garantizará el funcionamiento y aseguramiento de la red, en los sitios de las estaciones de cable y en Barcelona CLS para que los datos se puedan analizar en todo momento.
Su aplicación medioambiental
Los beneficios inmediatos de este sistema de monitorización son obvios: menor tiempo de respuesta ante cualquier incidente, mayor capacidad de anticipar un problema y, en definitiva, una mejor eficiencia operativa para los propietarios de estos cables.
Sin embargo, la innovación gestada por estos actores españoles no se queda ahí. Gracias al uso de esta tecnología de medición acústica, el sistema podrá hacer mediciones sísmicas subacuáticas que ayudarán a comprender mejor fenómenos como las mareas, las corrientes oceánicas o los meteotsunamis, es decir, los tsunamis de origen meteorológico. De hecho, recientemente los mismos equipos HDAS que se plantean usar en el proyecto, han estado monitorizando los movimientos sísmicos del volcán Cumbre Vieja en la isla de la Palma.
Además, la tecnología DAS brinda la oportunidad de supervisar los ecosistemas marinos a través del seguimiento de grupos como los cetáceos, lo que contribuye a su protección y a la conservación de los hábitats en los que viven.