Uno de los trabajos que se realizan en las piscifactorías es contabilizar el número de ejemplares que se crían en ellas. Una tarea para la que suelen utilizarse procedimientos manuales consistentes en vaciar parcialmente el estanque, de donde los operarios recogen una muestra representativa, y pesen y midan los peces para hacer una estimación de cuántos hay.
“El principal problema de los acuicultores cuando introducen las crías en las balsas es que al cabo del tiempo no saben cuál es la cantidad y qué tamaño han alcanzado”, explica Juan Carlos Gutiérrez Estrada, profesor titular del área de Tecnologías del Medio Ambiente del Departamento de Ciencias Agroforestales de la Universidad de Huelva.
Para mejorar su crianza y promover un mayor bienestar de los animales, un equipo multidisciplinar de esta universidad, del que forma parte Gutiérrez Estrada, ha desarrollado un sistema no invasivo que cuenta con más exactitud el número de peces que hay en los tanques.
Estimación precisa
Para estimar con precisión el número de ejemplares de un estanque de cultivo, así como su peso y su tamaño, este equipo de expertos ha empleado un sonar estático. Se trata de un dispositivo utilizado habitualmente en la pesca deportiva y comercial que capta imágenes similares a las que se obtienen en las ecografías hasta a seis metros de distancia. En total, puede generar hasta 2.000 imágenes en un solo día.
Toda esa información se vuelca en un software diseñado íntegramente por el equipo de investigación de la Universidad de Huelva, cuya función es determinar el número, tamaño, peso y longitud de los peces a partir de su movimiento, ya sea de forma individual o en grupo.
Además, se trata de un método inocuo que evita manipular a los animales y romper la armonía de su entorno, reduciendo así el índice de mortalidad y la aparición de estrés en los peces.
“El sistema ya está programado tras insertar varias ecuaciones obtenidas experimentalmente tras coger una muestra en la piscifactoría y medir su altura, longitud y peso para realizar estas funciones. En concreto, un parámetro relaciona la altura del pez con la longitud y otro vincula la longitud con el peso”, aclara Gutiérrez.
Con toda esta información, genera un modelo que simula cómo se desplazan los peces. “No es lo mismo que estén distribuidos de forma aleatoria a que se encuentren en grupo”, matiza el investigador.
En este sentido, el sistema cuenta con un pequeño margen de error. “Hay una pequeña desviación de un 10% aproximadamente dependiendo de si los peces están agregados y se mueven en bancos o si su movimiento no tiene nada que ver con el pez que tiene alrededor, aunque no suele ser lo habitual”, puntualiza Gutiérrez.
Equipo multidisciplinar
Las conclusiones de la investigación se han recogido en el estudio ‘Fish abundance estimation with imaging sonar in semi-intensive aquaculture ponds’, publicado en la revista Aquacultural Engineering.
Para llevarlo a cabo, el equipo ha trabajado con ejemplares de dorada (sparus aurata) criadas en esteros de las Salinas del Astur, ubicados en la localidad onubense de Punta Umbría. En estos estanques la dorada crece desde un peso de 30 a 100 gramos hasta pesos comerciales, que rondan los 400 gramos aproximadamente.
Tras esta primera fase del trabajo, la segunda parte se centra en la incorporación de mejoras en el software, concretamente en la automatización en tiempo real del análisis y conversión de las imágenes captadas por el sonar.
El equipo de investigadores está formado por integrantes de los departamentos de Ciencias Agroforestales, de Tecnologías de la Información y de Ingeniería Electrónica, de Sistemas Informáticos y Automática, así como del Centro de Estudios Avanzados en Física, Matemáticas y Computación (CEAFMC).