La impresión 3D entra en quirófano para salvar el ojo de un niño de 11 años

BCN3D es uno de los principales desarrolladores y fabricantes de soluciones de impresión 3D del mundo y también uno de los proveedores de impresoras y materiales al Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, pionero en la utilización de esta tecnología.

"Trabajamos con termoplásticos, un material muy accesible con el que se pueden realizar prototipos de manera muy rápida y económica. Esto ha hecho posible que la impresión 3D esté presente en una diversidad de sectores, entre ellos, el sanitario", explica Marc Felis, uno de los fundadores de la firma y actual director de marketing.

La tecnología de BCN3D sirvió de base al equipo de cirugía pediátrica maxilofacial del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, dirigido por el doctor Josep Rubio, en la operación para la extirpación de un tumor maligno en el cráneo de un niño de 11 años. "Se crearon modelos anatómicos tridimensionales de las partes del cráneo del paciente para que el equipo quirúrgico pudiera prepararse para una intervención tan compleja", comenta Felis. 

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El proceso tomó su tiempo. Se inició a partir de la toma de una imagen del cráneo y el tumor y, en base a ella, se diseñó un modelo 3D digital que posteriormente se fabricó mediante impresión 3D. "Para llevarla a cabo, se utilizó nuestra impresora 3D W27 de la serie Epsilon, con doble cabezal extrusor, y materiales ABS -termoplásticos- que permiten recrear los huesos de manera muy realista".

"El objetivo de la cirugía era quitar el tumor alojado en el pómulo del niño con márgenes de seguridad. Para ello, utilizamos la planificación 3D para delimitar los limites de la resección", explica Josep Rubio, jefe de la Unidad de cirugía maxilofacial del hospital SJD.

Esta práctica, según Rubio, "es habitual en la cirugía maxilofacial y especialmente en casos complejos como el de este paciente". Explica que tuvieron que crear "guías de corte y de posicionamiento para trasladar la planificación virtual desde el ordenador al quirófano. Esto nos permitió ejecutar con precisión en la mesa de operaciones lo que diseñamos virtualmente". 

La aplicación de la impresión 3D en los pasos previos de una operación permite "evitar posibles complicaciones postoperatorias y ayuda a mejorar la calidad tanto para el paciente como para el proceso quirúrgico", asegura la cirujana maxilofacial del hospital, Adaia Valls.

Pionero en España y en Europa

SJD es pionero en España y Europa en la investigación e implementación de nuevas tecnologías y concretamente en impresión 3D, que se abrió paso en el centro en 2013. Actualmente posee un grupo multidisciplinar de nueve especialidades diferentes que utilizan esta tecnología habitualmente.

"Decidimos trabajar con las impresoras 3D de BCN3D para planificar los modelos anatómicos óseos en cirugías complejas, como maxilofaciales y traumatológicas. Empleamos materiales que definen excelentes elasticidades y tonalidades cromáticas, que nos ofrecen una exactitud muy completa y realista", afirma Arnau Valls, ingeniero de innovación en el servicio de impresión 3D del hospital SJD.

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Los biomodelos sirven como para realizar la simulación prequirúrgica, ayudando a la práctica de los cortes que realizará con posterioridad el cirujano. La impresión 3D ayuda a personalizar las intervenciones, acelera la generación de herramientas de soporte y guía para el cirujano y mejora la precisión y, consecuentemente, la seguridad de la intervención.

BCN3D surgió en 2011 como un proyecto de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), que se convirtió en 2019 en una spin-off. Nació de la mano de siete estudiantes de ingeniería de diversas especialidades. Actualmente está enfocada en la fabricación de impresoras 3D y cuenta con una plantilla de 90 personas.

Su sede y factoría están ubicadas en la población barcelonesa de Gavá, desde donde comercializan las impresoras principalmente a Estados Unidos, España, Alemania, Francia, Inglaterra e Italia. Entre sus compradores más destacados se encuentran grandes firmas como Nissan, BMW, la NASA, Camper, Louis Vuitton y también el Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT), "pero la gran mayoría de nuestros clientes son pymes", concreta Felis.