Europa lidera la innovación en hidrógeno verde mientras EEUU ralentiza su producción

El hidrógeno verde se ha convertido en la gran esperanza para descarbonizar la economía, sobre todo en aquellos sectores en los que otras energías renovables no constituyen una alternativa viable a los combustibles fósiles, principales causantes del calentamiento global que está experimentado nuestro planeta.

Aunque la producción de hidrógeno no es algo nuevo -en España se lleva investigando sobre ello desde los años 70 del pasado siglo-, sí lo es la fuente de la que se obtiene. Frente al hidrógeno marrón, para el que se usa carbón negro, y el gris, proveniente de combustibles fósiles como el gas natural, la etiqueta “verde” va ganando peso.

Así lo refleja un análisis publicado por la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) en colaboración con la Oficina Europea de Patentes (EPO), que recoge las principales tendencias en las tecnologías del hidrógeno desde 2011 hasta 2020.

[Hidrógeno verde: la gran esperanza para descarbonizar la economía se abre paso entre investigadores y startups]

De todo el periodo analizado, los datos muestran que las innovaciones de bajas emisiones generaron más del doble de patentes internacionales.

El cambio es significativo en 2020, cuando las tecnologías motivadas por preocupaciones climáticas representaron casi el 80% de todas las patentes relacionadas con la producción de hidrógeno, con un importante aumento de las solicitudes de patentes de electrólisis, pilas de combustibles o métodos de bajas emisiones para producir hidrógeno a partir de gas.

Europa, líder mundial

Por regiones, el informe sitúa a la Unión Europea como líder mundial en solicitud de patentes de hidrógeno, con un 28% del total; seguida de Japón, que el 24%. Los países líderes en Europa son Alemania (11% del total mundial), Francia (6%) y Holanda (3%).

“Aprovechar el potencial del hidrógeno es una parte clave de la estrategia de Europa para lograr la neutralidad climática para 2050”, ha manifestado el presidente de EPO, António Campinos.

 “Pero si el hidrógeno va a desempeñar un papel importante en la reducción de las emisiones de CO2, se necesita con urgencia la innovación en una variedad de tecnologías. Este informe revela algunos patrones de transición alentadores entre países y sectores industriales, incluida la importante contribución de Europa al surgimiento de nuevas tecnologías de hidrógeno.”, añade.

Estados Unidos, con el 20% de todas las patentes relacionadas con el hidrógeno presentadas en el periodo analizado, es la única región que ha visto disminuir las solicitudes. El análisis también recoge que la actividad en este campo sigue siendo modesta en Corea del Sur y China, pero está en aumento. Otros países que generan volúmenes significativos de patentes de hidrógeno son Reino Unido, Suiza y Canadá.

Automoción e industria química

Entre las aplicaciones de uso final del hidrógeno, el documento señala la automoción como el principal sector de innovación, sobre todo en Japón. No ocurre mismo en otros ámbitos, “a pesar de las iniciativas políticas y la atención de los medios en los últimos años sobre el potencial del hidrógeno para descarbonizar el transporte de larga distancia, la aviación, la generación de energía y la calefacción”, señala el documento.

Un punto positivo es un aumento reciente en las patentes para el uso de hidrógeno para descarbonizar la producción de acero, posiblemente en respuesta al Acuerdo de París de que el sector necesita soluciones radicales para reducir las emisiones rápidamente.

[Hidrógeno: el elemento clave de la transición energética acelera su despliegue]

“El hidrógeno de fuentes de bajas emisiones puede desempeñar un papel importante en las transiciones de energía limpia con potencial para reemplazar los combustibles fósiles en industrias donde existen pocas alternativas limpias, como el transporte de larga distancia y la producción de fertilizantes”, ha afirmado el director ejecutivo de la IEA, Fatih Birol.

 “Este estudio muestra que los innovadores están respondiendo a la necesidad de cadenas de suministro de hidrógeno competitivas, pero también identifica áreas, particularmente entre los usuarios finales, donde se requiere un mayor esfuerzo”, advierte.