El simulador con el que entrenan los pilotos de la alta competición que rehabilita a pacientes con daño cerebral

En el año 2021 el Hospital Beata María Ana, en Madrid, incorporó a su Unidad de Daño Cerebral un peculiar sistema para ayudar a la rehabilitación de los pacientes que tuvieran una lesión cerebral. El objetivo era que pudieran volver a conducir, y recuperar así parte de su independencia. 

Se trata de un simulador de conducción concebido, inicialmente, para que pilotos profesionales se prepararan para el mundo de la alta competición. Gracias a este recurso, y combinado con otro tipo de terapias, desde hace un año han conseguido que el 30% de los pacientes tratados en esta unidad vuelva a conducir en un entorno seguro. 

"Las personas que tienen una lesión cerebral se encuentran de forma súbita con su actividad cognitiva y/o física muy afectada y esto tiene un gran impacto en sus vidas. Nosotros trabajamos para que puedan retomar sus actividades cotidianas y el simulador ayuda a rehabilitar y a entrenar a pacientes para volver a llevar a cabo acciones tan usuales como la conducción”, explica el coordinador de la Unidad de Daño Cerebral, Marcos Ríos. 

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Las sesiones duran una hora aproximadamente y en ellas se trabaja la psicomotricidad, reflejos, velocidad de reacción, velocidad de procesamiento y funciones cognitivas, entro otros, a través de un ejercicio inmersivo en el que se trabaja con los giros, la dirección del volante, las frenadas, el ajuste y control de la velocidad, el rastreo visual o el reconocimiento de las señales de circulación.

"Estamos muy orgullosos de que uno de nuestro simulador de competición haya ayudado a más de 100 pacientes con daños neurológicos en su proceso de rehabilitación. Los resultados que se están obteniendo nos impulsan a seguir trabajando y esforzándonos en desarrollar soluciones innovadoras para mejorar la vida de las personas”, indica Leopoldo Satrústegui, director general de Hyundai Motor España, compañía que ha cedido el simulador. 

Recapacitación para la conducción

El simulador tiene diferentes usos atendiendo a dos grandes objetivos principales: recapacitación para la conducción y psicoterapia. De los pacientes que lo utilizan, aproximadamente el 70% lo hace como parte de su rehabilitación para volver a conducir y, de ese grupo, los que finalmente consiguen volver a conducir representan más de la mitad.

"Este recurso es un éxito tanto para los pacientes que vuelven a conducir como para los que no”, subraya Ríos. En el caso de estos últimos, “lo utilizamos como una herramienta para que tomen consciencia en primera persona de sus limitaciones, poniendo a prueba sus capacidades en un entorno controlado”, afirma.

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Pedro Serrano y Teresa Boccanera son terapeutas ocupacionales que trabajan con el simulador a diario. Desde su experiencia, Teresa destaca que “el simulador de Hyundai nos resulta muy útil para obtener información a la hora de trabajar para reeducar la conducción y detectar qué aspectos seguimos necesitando trabajar en sala o en la calle para ver si esa conducción es rehabilitable o no”. 

Para aquellos pacientes que precisarán un vehículo adaptado, también se utiliza para detectar sus necesidades a la hora de diseñarlo. “Es una herramienta muy completa como instrumento de rehabilitación. Además, es muy motivadora porque supone diversión, juego y, sobre todo, libertad", afirma Serrano.

"Con un simulador de estas características, obtenemos información desde el primer minuto, analizando acciones tan automáticas como ponerse el cinturón, ajustar el asiento o ir revisando el indicador de velocidad, que nos aportan información muy valiosa para enfocar de forma personalizada la terapia de cada paciente”, añade. 

Tratamiento de psicoterapia

En el caso de la psicoterapia, el simulador tiene un objetivo emocional y lúdico. Los profesionales de la unidad lo utilizan como herramienta para tratar afecciones como el síndrome de estrés postraumático. En los casos en los que cumple un objetivo lúdico, se utiliza como aliciente para animar a los pacientes a participar en otras fases del proceso de rehabilitación

“Un ictus hemorrágico es un asunto muy grave y te condiciona la vida, a todos los niveles, de golpe. He tenido que volver a aprender a realizar tareas de la vida cotidiana que antes desarrollaba de manera automática. Gracias a los profesionales del hospital y a la suerte que he tenido, mi vida está volviendo poco a poco a la normalidad", cuenta Julio León, paciente del Hospital Beata María Ana.

Las distintas posibilidades de configuración que ofrece el simulador se adaptan a las necesidades de cada paciente para mejorar el proceso de recuperación. Sus múltiples escenarios, perspectivas y pantallas, entre otros, proporcionan sensaciones de conducción muy similares a la realidad y facilitan el proceso de recuperación de las capacidades para manejar un vehículo.