Tecnológicas
Música y agua en la cuna 'conectada' de Mozart
Visitamos las sedes del festival de música más importante del mundo, en Salzburgo. La tecnología de Siemens permite a los frescos del techo detectar humo y refrigerar con agua del río
3 septiembre, 2018 08:00Era 1918. No había cesado la cacofonía de los cañones en los campos de batalla europeos de la I Guerra Mundial, cuando unos amantes de la música pensaron recuperar, como un proyecto de paz, los festivales, que se habían celebrado esporádicamente en Salzburgo desde el siglo anterior para homenajear a Mozart en su ciudad natal.
El 22 de agosto de 1920 se organizó el primer gran Festival de Salzburgo con una representación teatral de la obra Jedermann, de Hugo von Hofmannsthal, al aire libre, frente a la fachada de la Catedral. A punto de cumplirse el centenario, es un clásico cada año. Salzburgo es hoy el festival de ópera y música clásica más importante del mundo. Dispone de tres auditorios y dura seis semanas, entre julio y agosto, con seis grandes producciones y más de 200 representaciones, conciertos y 'performances'. La asistencia de público cubre el 97% de los aforos.
Detrás de la catedral, en la gran explanada de la Kapitalplatz, se organiza en paralelo desde 2002 el Fest>Spiel>Nächte, en el que la tecnología moderna, a través de una gigantesca pantalla LED, visible a pleno día, ofrece cada tarde-noche a una audiencia de hasta 2.500 personas clips y representaciones de los espectáculos programados en el Festival.
Música, tecnología y agua son los ingredientes de un cóctel que combina la división de edificaciones de Siemens, patrocinador principal y socio tecnológico del Festival de Salzburgo desde 1999. La multinacional alemana aporta tecnología de última generación para optimizar iluminación y consumo energético, detección de incendios, control de acceso, gestión de sonido y una aplicación específica de hardware y software para las comunicaciones del regidor con cualquier punto del recinto. Desde una consola puede lanzar mensajes de carácter general para todo el teatro o comunicar específicamente con zonas entre bambalinas, para dar instrucciones a camerinos, intérpretes, técnicos…
En 1925 se construyó la primera sede del Festival, la Casa de Mozart, en lo que habían sido los establos del obispo-príncipe de Salzburgo desde el Siglo XVII. El año siguiente se construyó el Felsenreitschule, en la contigua antigua escuela de equitación. Se creó para representaciones al aire libre, con una impresionante galería con 96 arcos tallada en la roca. Antes eran palcos para el público. Hoy se instalan allí los músicos y el edificio tiene un techado retráctil.
Por último, en 1960 fue construida 'la casa del gran festival', un colosal recinto con 2.179 butacas. Los tres teatros son adyacentes, en edificios cuyos intocables fundamentos se remontan a siglos anteriores en los que hay que 'incrustar' cuidadosamente la tecnología.
"La aplicamos sobre todo para la seguridad", explica a INNOVADORES el manager de los teatros, Marcus Piso. "Pero dependemos de distintas autoridades. Una cosa son los requerimientos de la policía para la celebración de espectáculos y otra las exigencias para la conservación de edificios que son patrimonio cultural".
Eso obliga al socio tecnológico, Siemens, a imaginar sistemas diferentes de los que se utilizan en las tripas de los edificios inteligentes. En la continua "mejora y modernización" de las sedes se han instalado "multitud de sensores", pero no se pueden agujerear paredes o techos para canalizar fibra óptica o tuberías.
Para el riesgo de incendios ha implementado el sistema Sigmasys, con 1.823 detectores automáticos y 179 no automáticos. Hay detectores y extractores de humos, con monitorización independiente y un punto de control común en la Casa de Mozart. Un telón de hierro de 36 metros y 43 toneladas puede separar escenario y patio de butacas en caso de emergencia en el auditorio más grande. Lo más llamativo está en techos pintados al fresco y con artesonados: un sistema láser, con emisor y detector, es capaz de detectar la presencia de humo y partículas para hacer saltar la alarma.
El agua es un componente esencial. Es la refrigeración, "sin consumo de energía", de los teatros. Llega muy fría a los sótanos procedente del río Salzach, a través de un canal originalmente fue construido para el suministro de la ciudad. El antiguo sistema de intercambiadores y bombeo instalado desde la construcción del auditorio, se regula ahora con los datos de 5.000 puntos de control de temperatura y flujo de agua. "La ventaja con Siemens es que nos cubre todas las piezas necesarias para el mantenimiento, desde lo más antiguos a lo más moderno".
Para una representación musical es vital mantener la temperatura y el grado de humedad en niveles óptimos (21 grados al empezar, una pizca más al concluir), porque "no sólo importa a la comodidad de público e intérpretes, es que la humedad y el calor también afectan a la calidad acústica".
Balnearios eficientes
Dos balnearios en Gastein, cerca de Salzburgo, sirven de exposición para Siemens en las mejoras de eficiencia energética y control de edificios directamente relacionados con el agua. En especial, aguas termales y el área de salud. Kurtherme es una construcción con origen en 1489 con derechos exclusivos sobre un manantial, cuyos clientes son en el 92% de los casos enviados por la seguridad social. Felsentherme celebra 50 años, con un edificio totalmente modernizado.