La historia está llena de grandes rivalidades, de antagonistas de manual que dividen la sociedad en dos polos que, ya sea por sus diferencias o por sus similitudes (cual imán que se repele al verse igualado), tienden a enfrentarse entre sí. Thomas Edison y Nikola Tesla, Cristiano Ronaldo y Messi, Alexander Graham Bell y Elisha Gray o la Coca-Cola y Pepsi. Rivalidades que, en muchos casos, hicieron a sus protagonistas dar la mejor versión de sí mismos para tratar de vencer a su declarado oponente.
Pues bien, algo parecido es lo que está vislumbrándose desde hace unos años en la arena cloud, especialmente en las capas de infraestructura y plataforma como servicio, la más lucrativa para los grandes players (por su mayor margen de beneficios y la menor competencia de startups ante las barreras de despliegue que conlleva).
Amazon Web Services es el rey hegemónico de este mercado en estos momentos, con un 33% de la cuota de mercado, según datos de Synergy Research. Sin embargo, su dominio de la industria se mantiene plano, frente al empuje de sus principales rivales: Microsoft ocupa la segunda plaza con un 13% de cuota (frente al 10% que ostentaba en 2017) y Google Cloud hace lo propio pasando de un 5% a un 6% del mercado. De hecho, el gigante de las búsquedas ya amenaza a IBM en la tercera plaza de este particular ranking y consigue oxígeno ante la fuerte llegada de la china Alibaba al mercado europeo.
Sin embargo, hay un nombre que no figura todavía en esos primeros y honrosos escalones, y es el de Oracle. La compañía de Larry Ellison entró tarde en este segmento de actividad (su primer anuncio cloud tuvo lugar en 2011, después de años negando su utilidad por considerarlo un concepto "de marketing"), pero en los últimos cursos ha pisado el acelerador para tratar de romper con la dinámica de los cinco grandes nombres que le preceden, vía innovación en lo que mejor se le da a la firma roja: sus bases de datos.
Así pues, en el Oracle Openworld de 2017, el propio Ellison anunciaba la llegada de las bases de datos autónomas, un nuevo paradigma de gestión que pasaba por el parcheado automático de fallos, las actualizaciones sin necesidad de interrumpir el servicio o la detección de problemas e incidencias sin la interacción humana. Buscaba, de este modo, acabar con dos pájaros de un tiro: por un lado, diferenciar su propuesta cloud con una tecnología única en el mercado y, por otro, evitar cualquier amenaza inminente a su reinado entre las bases de datos como pretendían, entre otros, SAP o la propia Amazon Web Services.
rnUna batalla secundaria en términos de visibilidad, pero nada desdeñable económica y técnicamente, que también obtuvo respuesta por parte de AWS: tras lanzar su propia BBDD (Aurora, que logró convencer a algunos históricos clientes de Oracle como Verizon, General Electric o Expedia), la compañía con sede en Seattle anunció que dejará de utilizar en su seno cualquier base de Oracle en 2020 por "no escalar lo suficiente para responder a las necesidades de rendimiento".
Asistentes digitales
Había, por tanto, una enorme expectación por conocer la respuesta de Larry Ellison -ahora CTO además de presidente de la multinacional roja-, máxime después de que ya en 2017 verbalizara la mayor parte de sus ataques hacia AWS. Y en este Openworld 2018 (el principal evento de la casa, con 60.000 asistentes en San Francisco), el que según Forbes es el décimo hombre más rico de la Tierra -con una fortuna de 58.500 millones de dólares- no ha defraudado al Respetable.
Ataviado con su icónica americana, su camiseta negra y sus vaqueros, Ellison se hizo grande a hombros de su base de datos autónoma para plantar cara a Amazon. "Hay gente que me ha dicho 'OK, Oracle ha hecho una base de datos autónoma, pero Amazon está haciendo una semiautónoma’. Pero con las bases pasa lo mismo que con los coches semiautónomos: te subes, conduces y mueres". Una declaración de intenciones, o de guerra en toda regla, que tenía también un respaldo técnico en mejoras en sus capacidades de inteligencia y en su modelo de entrega a clientes, ya que estará disponible no solo en la nube pública, sino también en los centros de datos de los clientes que estén gestionados por Oracle. Ironías del destino, casi en paralelo a las declaraciones de Ellison, los sistemas de Amazon Web Services sufrieron una interrupción de su servicio Prime Day por un error en la migración de sus bases en Oracle a su tecnología propia.
El ataque siguió su curso, en esta ocasión versando alrededor de la seguridad, pilar de la principal innovación de este Openworld: la posibilidad de separar las redes y establecer consolas de control cloud dedicadas, con las que nadie (ni tan siquiera el propio proveedor) puede acceder a lo que sucede en el interior de cada máquina. "En la primera generación cloud se utilizaban chips comunes, con varios clientes compartiendo una máquina y con la posibilidad de acceder al código de control del sistema cloud. Si un cliente es inteligente, puede entrar en la consola de control, moverse entre los distintos entornos y manipular todos los parámetros (...) Amazon Web Services puede ver tus datos. El resto de clientes puede ver tus datos. Y cualquiera puede robarlos; es un problema clásico con los modelos en la nube", explicó el presidente y CTO.
Eso en lo que tiene que ver con la guerra abierta en IaaS y PaaS contra Amazon Web Services, porque Oracle también tuvo tiempo a lo largo de esta semana para hacerse fuerte en la otra capa que resta del cloud: el software como servicio. En su última intervención, Ellison anunció facilidades técnicas para que cualquier cliente de ERP pueda migrar a su herramienta de planificación de recursos en la nube, en una clara alusión a sus propios clientes pero también a los de la germana SAP. Además de presumir de que Oracle tiene "más aplicaciones SaaS que cualquier otro proveedor de nube", el directivo de 74 años también anunció nuevas integraciones de sus sistemas de machine learning en estas aplicaciones y la creación de un nuevo asistente digital de categoría empresarial con capacidades de reconocimiento de voz.
La ofensiva de Oracle
La estrategia de circunscribir la batalla cloud en torno a Amazon Web Services, obviando al resto de rivales que los separan en la tabla, no es baladí ni una cuestión de ego. Y es que, si nos atenemos al último cuadrante sobre el tema publicado por la firma de análisis Gartner, Oracle parece ser el actor que plantea una ofensiva mayor sobre esta industria ante el ligero estancamiento y las dudas que surgen entre sus principales competidores.
De acuerdo a estos expertos, Oracle ya estaría por encima de IBM y Alibaba en términos de visión estratégica como de ejecución en estas lides. Y lo que es más importante: "Tiene una perspectiva realista de su entrada tardía en el mercado y una hoja de ruta de ingeniería sensata centrada en la creación de las capacidades necesarias para casos de uso específicos". A su favor, Gartner también señala que Oracle «ha sido relativamente fiable en el cumplimiento de sus plazos previstos de ingeniería», aunque alerta de que su canal de partners dedicado a la nube sigue siendo "incipiente".
Sin embargo, el documento, fechado el pasado mayo, no era todo de color de rosa para esta multinacional. Como destacaba en su momento The Register, "Oracle a veces utiliza tácticas de venta de alta presión para vender sus ofertas de IaaS en la nube, incluidas auditorías de software o la amenaza de aumentar dramáticamente el coste de las licencias de la base de datos si el cliente elige otro proveedor de la nube".
rnSea como fuere, Oracle ha encontrado su rival histórico, su nueva némesis tras enfrentarse a SAP, HPE o Salesforce. La historia escogerá los vencedores y vencidos.