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Biarnés (Cinesa): “Es espectacular lo que viene, vamos a estar inmersos en la película”

Los nuevos modelos de entretenimiento audiovisual reinventarán los espacios de ocio. Ramón Biarnés, director general de Cinesa, protagoniza un nuevo diálogo con mujeres directivas

29 octubre, 2018 07:00

Si hay un sector que sabe generar experiencias en el usuario, esa Ítaca para las empresas de consumo, es el de la producción y acceso a contenidos audiovisuales. Y en ese capítulo ninguno tiene quizás la trayectoria de la exhibición cintematográfica. La Marketing Manager Cinema Products Europe de Dolby, Elena Ceballos, y el director general de Cinesa, Ramón Biarnés, protagonizan el nuevo Diálogo #Somosmujerestech by Mastercard.

Elena Ceballos.-Han surgido en el panorama del entretenimiento players como Netflix, HBO o Amazon Prime, mientras el cine se queda un poco inalterado en la oferta que da a los telespectadores. Además, una entrada cuesta poco más o menos lo mismo que una suscripción mensual a una de estas plataformas. ¿Cómo lucha la exhibición cinematográfica para atraerse los telespectadores y sacarlos de esa inmediatez, variedad de contenido y precio?
Ramón Biarnés.-Realmente, si bajas al detalle no ofrecemos lo mismo. Nosotros proyectamos en la mayoría de los casos películas de estreno, ellos se enfocan más en la parte de series. De hecho, aunque parezca que nos peleamos, ellos tienen su negocio y nosotros el nuestro, y en ocasiones hemos tenido la oportunidad incluso de colaborar. Porque cuando han querido hacer el estreno de una de las temporadas de su serie, al final han querido ofrecerlo en un cine. Somos hasta complementarios. Lo que te ofrece una plataforma es la comodidad de no tener que salir de casa, y lo que te ofrece un cine es pasar una tarde de experiencia distinta y disfrutar de lo que tú quieres ver en un asiento reclinable. Los cines se relacionaban con palomitas y CocaCola y ahora tienes un Oscar’s Bar donde te puedes tomar un gintonic. También la oferta gastronómica se ha ampliado, puedes tomarte una tapa de jamón y queso, es una variedad distinta. En lo que no creemos mucho, y en EEUU nuestros dueños de AMC lo hacen, es el dinning: que estés en la sala y te vengan a servir. No creemos mucho en ese modelo, pero sí en el de que puedas venir antes, tomarte un gintonic o traértelo a la sala. En Italia es muy común el tema del intermedio, ese tipo de oferta la podemos ofrecer nosotros. 

EC.-Al mismo tiempo que surgen estas plataformas de video on demand aparecen fabricantes que están sacando al mercado televisores cuya tecnología está, en muchos casos, por encima de la de la mayoría de cines. ¿Cómo se enfrenta la proyección a este panorama?
RB.-Si a una persona nacida a principios del pasado siglo le dijéramos que hablamos a través de un aparato que ni siquiera tiene teclas con Sidney posiblemente diría que estamos locos. Los fundadores de Apple lo han dicho muy claro: estamos en la punta del iceberg de la tecnología, todavía no hemos visto de lo que somos capaces. Hoy tienes el QLED, el 4K y ¿qué pasará con el 16K? No podemos limitarnos a lo que vemos hoy. Es verdad que los cines tenemos que apostar, y de hecho estamos invirtiendo mucho dinero, tenemos equipos que se dedican a ver qué puede ser el futuro de la tecnología. Por ejemplo, que puedas llegar a elegir el final de la película, hoy una montaña rusa sin gafas de realidad virtual no es moderna. Estás intentando trasladar a la gente a una realidad que es la que quiere ver. En el cine vamos a ir a eso, a que al final puedas estar inmerso en una película, que no sea simplemente ver una pantalla. De hecho, tenemos la primera sala del sur de Europa con proyección lateral, no sólo frontal. En este tipo de tecnología es en la que tenemos que invertir. No hemos visto todavía de lo que somos capaces. Vendrán cosas todavía mucho más espectaculares. 
EC.-Antes, el contenido el rey, pero ahora salen los cines con proyección lateral, butacas que se mueven, con efectos ambientales, ¿cuál es el futuro a cinco años? ¿Las pantallas LED, experiencias que son mucho más que la propia película?
RB.-Va a ir evolucionando a una velocidad que da un poco de vértigo. La realidad virtual no es muy lejana. No recuerdo la última vez que vi a mi hijo ante la televisión, todo lo ve en youtube. El hecho de venir al cine, sentarse en una butaca y ver una película en una pantalla habrá un porcentaje de la juventud que les parece bien, pero otros que no. Los videojuegos hoy son cuanto más inmersivos mejor. Lo que quieren es venir y sentirse dentro, protagonistas de las películas. Y el tema es que estas son las generaciones que vienen. A la gente joven le encanta el nuevo modelo de cines, aunque los puristas digan que no les gusta. 
EC.-Con toda esta tecnificación del cine, se da muchas veces la circunstancia de que estás en el cine y hace frío, o calor, o no se oye bien. ¿Hay alguna solución tecnológica para que, sin llamar al personal a la sala, el usuario pueda informar de que la situación no es la adecuada?
RB.-Es una cosa que muchas veces no se ve, porque cuando uno está en una película se mete al 100%. En nuestros cines, siempre tenemos a un par de personas que entran en las salas durante cualquier proyección para comprobar que todo está bien. Ahora más que nunca lo que estamos observando, que era una queja que aparecía en nuestras encuestas de satisfacción, gente que se quejaba de que otros espectadores usaban el móvil y la luz molesta. Se entra y se observa que todo está bien. 
EC.-Estamos intentando procurar a la gente experiencias casi personalizadas. Hay un público cada vez más cultivado, acostumbrado a ver las series de televisión en plataformas en versión original. Pero en los cines es difícil encontrar cine en versión original. ¿Hay alguna solución tecnológica para que la gente pueda elegir el idioma en el que ve la película?
RB.-Hay y, de hecho, lo estamos testeando. El problema es que hay un periodo de tiempo entre que se habla y se traduce, y a la gente le molesta que no seas capaz de seguir los labios a la velocidad adecuada. Mejoraremos y se llegará a alguna aplicación ideal. La versión original a mí me encanta, pero en España desafortunadamente este es un tema de blanco o negro: hay gente que es muy fan, pero si lo pones en el cine ves que el público deja de ir, no cumple las expectativas. Hicimos una experiencia hace años en los cines de Mallorca,  y pusimos cine en alemán pensando en los turistas. Pero las salas estaban vacías porque la gente no va a Mallorca al cine. 
EC.-En materia de accesibilidad, ¿qué soluciones tecnológicas hay para que la gente con dificultades visuales o auditivas pueda disfrutar de esta experiencia? 
RB.-Una de las cosas que hacíamos mal en el pasado era que a la gente en silla de ruedas, o la sentábamos en la primera fila, que es la peor, o atrás del todo. Ahora los ubicamos en una situación mucho mejor. Tenemos un cine en Torrejón donde uno de nuestros clientes más asiduos es un invidente. No viene a ver el cine, sino a escucharlo, una o dos veces a la semana. Muchos subtítulos para personas que no escuchan describen lo que pasa y de la misma manera deberíamos evolucionar en el aspecto de poder darle a un invidente no sólo el diálogo de la película, sino los movimientos en escena. Habrá algo que podamos hacer con tecnología para que ellos también puedan disfrutar de esta experiencia.
EC.-El cine sigue siendo una experiencia social y un espectáculo que es algo que estando en casa no puedes conseguir.
RB.-Hay una cosa de la que no nos damos cuenta muchas veces: un martes a las 5 de la tarde hay salas donde hay poca gente, y nos dicen que se sienten molestos en un cine donde están solos, porque es un tema social. Ahora en las nuevas butacas hemos incorporado la mesita, y parece una tontería, pero cuando vienes con los niños, los abrigos, las palomitas y las CocaColas  cuando vas a una butaca normal no sabes qué hacer. 
Innovadores.-¿Habrá una fórmula para integrar el formato de las series en el cine?
RB.-En el equipo de ventas hay gente dedicada al contenido alternativo. Hicimos la final de Eurovisión y vinieron 16.000 personas que podían verla en casa perfectamente, hemos intentado hacer finales de fútbol y tiene su público, pero no es general. En el caso de las series sería meternos en una parte que es el core business de plataformas como Netflix.
I.-Nos lo dijo el fundador de Netflix.
RB.-Si quieren hablamos.
I.-¿Cómo es la relación de las salas de cine con las productoras de contenido para innovar?
RB.-Es un partnership, no es una relación fría, al contrario, es constante y para ellos el mejor termómetro para saber si su producto ha funcionado o no es lo que les decimos nosotros. Muchas adaptaciones, retrasos o adelantos tienen que con el feedback que nosotros les damos. Dentro de esa experiencia del cliente ellos entienden que culturalmente cierto contenido se puede estrenar en España en noviembre, pero en Italia en septiembre, y es parte de ese partnership que tienen con nosotros.
I.-Ahora prácticamente las experiencias de cross selling se limitan a la alimentación, pero las nuevas tecnologías permitirían interactuar con otros sectores como el retail.
RB.-Estamos sustituyendo los cañones clásicos de CocaCola por un producto llamado FreeStyle con hasta 96 tipos de colores. ¿Dónde pueden probar esto? En sitios donde hay mucha afluencia y pueden sacar estadísticas. Fontvella ha lanzado productos novedosos que ha probado primero en el cine. Somos una buena plataforma para ellos y a nivel tecnológico estamos desarrollando que puedas comprar tus palomitas y bebida desde casa.

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