La batalla del 5G está servida. Los fabricantes empujan a que se acelere el despliegue de la infraestructura, pero las operadoras recuerdan que aún está por extender la red 4G y, además, reclaman que la inversión no recaiga solo sobre sus hombros, sino que sea responsabilidad de todos. Esto se confirma de nuevo ahora con el último informe publicado por Moody’s: las teleco europeas evitarán un gran aumento de la inversión en 5G en los próximos cinco años.
Ya a principios de este año, Javier Gutiérrez, director de estrategia y desarrollo de red de Telefónica insistía en el Foro 5G: Expectativas y Realidad, organizado por INNOVADORES y Qualcomm, que el 4G funciona con “una evolución espectacular: en 2017 tuvimos un crecimiento interanual del 125% en tráfico de datos. Estamos en el 50-60% de nuestro compromiso de cobertura con el Ministerio del 4G para 2020”.
Por ello, subrayaba que en 5G “no alcanzaremos una red madura hasta 2025-2026”. Se trata de “saber manejar los tiempos, de no exprimir la 4G sin conceptualizar lo que haremos en la siguiente oleada”.
Unos meses después, en unas de las conferencias del Mobile World Congress de Barcelona el presidente y CEO de Ericsson, Börje Ekholm, incidía en que si hay un interesado en que el 5G sea real, ese es el sector de las telecomunicaciones. “Los operadores ven esta generación de telefonía como la oportunidad para recuperar el valor de la red”.
Sin embargo, su interés por recuperar un protagonismo perdido colisiona con las condiciones de su marco de trabajo. Por eso, las grandes operadoras aprovecharon su paso por la gran feria del móvil para dejar caer todo tipo de reivindicaciones que, generalmente, apuntan hacia la normativa y, especialmente, a la europea. “Europa se está quedando atrás”, adviertía Ekholm.
Unas posiciones en la batalla que el informe de la agencia de calificación ha ratificado: las empresas están adaptando una estrategia de “esperar y ver”. Desde Moody's Investors Service indicen en que es “probable” que las operadoras europeas sean “cautelosas” en su inversión en 5G hasta “estar seguras de que generará mayores ingresos, dada la deslustrada monetización de la industria desde el 3G”.
Por ello, Moody's estima que el despliegue comercial de 5G no llegará a Europa hasta 2020, es decir dos años más tarde que en Estados Unidos o Asia. Según este estudio de la agencia de calificación, entre 2020 y 2025, las teleco europeas se van a centrar en actualizar sus redes 4G existentes, mientras implementan la 5G de forma selectiva.