Tecnológicas
La inversión TIC en España se acelera al compás de la madurez digital
IDC prevé un gasto en TIC de más de 47.500 millones de euros para 2019. Se trata de un 1,7% más respecto a la inversión realizada este año (estimada en un origen en 41.600 millones de euros, cuando se predijo un crecimiento de apenas el 0,4% respecto a 2017).
27 noviembre, 2018 12:00La transformación digital de la empresa española sigue su curso, acelerando su ritmo conforme la recuperación económica comienza a notarse en los bolsillos de las compañías. Así lo corroboran los datos facilitados por la firma de análisis IDC en el día de hoy, en tanto que se prevé un gasto en TIC de más de 47.500 millones de euros para 2019. Se trata de un 1,7% más respecto a la inversión realizada este año (estimada en un origen en 41.600 millones de euros, cuando se predijo un crecimiento de apenas el 0,4% respecto a 2017).
Este apretón también tiene su reflejo en las previsiones a medio plazo. De hecho, se pasa de una estimación de crecimiento anual compuesto del 1,1% hasta 2021 a una nueva tasa del 2,1% para un año más tarde. Se trata de cifras que no se veían en nuestro país desde los tiempos previos de la crisis económica... con la diferencia de que la madurez de la propia tecnología permite desarrollar proyectos que vayan más allá de la gestión diaria de la empresa hacia nuevos modelos de negocio basados en el dato como eje angular.
Siempre de acuerdo a las cifras de esta consultora, la eficiencia operativa sigue siendo la máxima prioridad de las compañías al afrontar los proyectos de transformación digital (53%). E incluso un preocupante 23% de las empresas españolas reconoce desconocer cuáles son sus intenciones en estas lides... pese a estar invirtiendo en ello. Pero la nota positiva, la que justifica esa madurez en el tejido empresarial (y sirve casi de imperativo, más que de motivación al uso), es que para 2021 el 50% de los ingresos vendrá de la transformación de modelos de negocio digitales, en base a economías de plataforma y la monetización de los datos.
Todo ello se refleja en otro parámetro digno de admiración, a tenor de la evolución vivida en los últimos cursos: se ha producido un desplazamiento de las empresas españolas en cuanto a su estadio de madurez digital. Aunque hay un 9% de empresas que todavía no se ha iniciado en este camino, otro 62% ya considera la transformación digital como una prioridad. Y, desgranando más las cifras, vemos cómo hemos pasado del 34% de empresas consideradas 'exploradoras' de este proceso, ahora este porcentaje cae al 26%. Y esa cantidad pasa, principalmente, a la categoría de 'transformadores digitales', mucho más avanzada, que sube del 12% al 18% en apenas dos cursos.
Sigue la mala racha del hardware
Como en años anteriores, el hardware es la única parcela de negocio que experimenta comportamientos negativos en este sector, especialmente en lo que concierne a la tecnología de consumo. En ese sentido, 2019 será un curso extraordinariamente difícil para los fabricantes de teléfonos móviles y smartphones (con un 9,2% de caída en sus ventas), los proveedores de PC tradicionales (0,9% de descenso interanual) y un sorpredente desplome del 5% en las ventas de tablets. ¿Lo único positivo en este ámbito? El crecimiento de las soluciones de movilidad empresarial y las ventas de equipos ultraligeros.
Misma tendencia se percibe en el caso del hardware empresarial. Mientras que el segmento IaaS crece a un ritmo endiablado (22,5% entre 2018 y 2019), solo las redes soportarán la presión del mercado (2% más en 2019), mientras que los sistemas al uso como el almacenamiento (-10,8%) o servidores (-2,1%) vivirán tiempos difíciles en el futuro inmediato.
Un cielo (bien) nublado
Este escenario tan negro del hardware viene motivado, en gran parte por las lluvias que caen intensamente de las nubes que ya han dejado de verse puntualmente para convertirse en el cielo de cada día de las empresas españolas. No en vano, el mercado cloud moverá en 2019 nada menos que 1.107 millones de euros en España, un 20% más respecto al pasado curso. Más todavía: esta tendencia se va a mantener en el próimo lustro, a una tasa anual compuesta del 22,5%.
Un negocio muy lucrativo que, además, estará en manos de cuatro grandes megaplayers en la capa de infraestructura y plataforma como servicio (Amazon Web Services, Microsoft, Google y la disputa por el cuarto puesto entre IBM, Oracle y Alibaba), quienes coparán el 80% del mercado total.
Desde IDC se atreven incluso a aventurar que el 50% de las empresas elegirá la nube pública como su modelo de despliegue por defecto en 2023 por su menor riesgo y complejidad. Para creernos esta ambiciosa previsión, la firma de análisis refleja que en 2022 se habrán equiparado ya los despliegues efectivos de cloud privada e híbrida (un 19% para cada paradigma, frente a la ligera ventaja que tienen los modelos privados en la actualidad -17% vs 15%), frente al continuo descenso de los despliegues tradicionales (on-premise): del 68% actual pasaremos al 61% en 2022.
Caída lenta pero continuada y, con casi total seguridad, sin vuelta atrás. En ese sentido, cobra capital importancia la convivencia entre los sistemas de toda la vida con estos nuevos contextos multicloud, con la orquestación de tecnologías ("apenas un 3% del mercado de infraestructuras, pero clave en este contexto", ha indicado Emilio Castellote) y la hiperconvergencia ("dependerá del caso de uso, porque habrá empresas que sigan apostando por CPD al uso por temas de latencia, por ejemplo, y otras que darán el salto más ambicioso a cloud", ha señalado a continuación José Antonio Cano, responsable de análisis y consultoría de IDC Research).
Seguridad como servicio
En toda esta evolución digital, la ciberseguridad se antoja como el ingrediente inoloro e invisible, pero fundamental para garantizar que el futuro no se vuelva a negro en lugar de color arcoiris. En esta línea, IDC prevé un crecimiento del 7% de esta particular industria, con 1.307 millones de euros invertidos en ciberseguridad en España, pero el mercado se encuentra en una profunda reinvención: la transición de los productos de seguridad especializados a propuestas como servicio, integradas y gestionadas directamente desde la nube, hará que el número de empresas de ciberseguridad decaiga en un 40% de aquí a 2023. "Muchas desaparecerán y otras se fusionarán o serán compradas para construir estas propuestas integradas", señalan los analistas.