La biometría y el reconocimiento facial se unen al Gobierno británico para combatir el narcotráfico dentro de las prisiones. A partir de ahora, cualquier persona que quiera visitar a un recluso deberá escanear sus rostros e iris antes de acceder al recinto. Así lo ha anunciado el Ministerio de Justicia británico que quiere, con esta iniciativa aumentar los esfuerzos del Gobierno para combatir el contrabando de drogas y evitar la violencia en las cárceles.
El Gobierno espera que estos nuevos equipos “reconozcan” a los posibles contrabandistas antes de que puedan acceder al recinto. Permitirán no sólo que el personal pueda rechazar su entrada en la prisión, sino también reunir pruebas para cualquier investigación posterior. Los funcionarios de prisiones cruzarán la información de la tecnología biométrica de escaneo de iris y reconocimiento facial con la validación de los documentos que se aporten
Por el momento se han llevado a cabo pruebas en tres cárceles: HMP Lindholme y HMP Humber y HMP Hull. En las dos primeras el número de visitas se ha mantenido, pero en la tercera se produjo una caída de un 40% de visitas. Según el Ministerio, esto puede ser una muestra del efecto disuasorio de la aplicación de esta nueva tecnología. El Gobierno considera todo un éxito la prueba que ahora será desplegada en otras cárceles británicas.
Para David Gauke, ministro de Justicia: "La nueva tecnología es vital en nuestra lucha contra las pandillas que buscan causar caos en las prisiones, y este equipo biométrico tiene gran capacidad para ayudar significativamente en nuestros esfuerzos por mejorar la seguridad de las prisiones”.
El año pasado los funcionarios de prisiones incautaron más de 23.000 medicamentos y cerca de 4.000 teléfonos móviles que los visitantes querían entregar a los reclusos. Con la nueva tecnología biométrica el Gobierno británico está convencido de que estas cifras podrán al menos reducirse.