La seguridad que tenemos hoy en día se basa en unos métodos de seguridad computacional, es decir que ciertos problemas matemáticos son difíciles de resolver. Pero difícil no quiere decir imposible y cada vez hay mejores técnicas para resolver estos problemas. Esta es la razón por la que se está trabajando en un nuevo tipo de encriptación, de ciberseguridad, que no esté basado solo en funciones computacionales. Y aquí entra la aplicación de la tecnología cuántica, como la que está desarrollando Quside, con siete años de investigación a sus espaldas.
Su CEO y fundador, Carlos Abellán, que ha sido premiado por el MIT como uno de los mejores innovadores en Europa menores de 35 años, explica cómo han desarrollado un generador de números aleatorios, que ya cuenta con varias patentes internacionales, para aprovechar uno de los principios básicos de la cuántica: "Existe una impredecibilidad inherente en el mundo".
Se están desarrollando nuevos algoritmos para encriptar información con una seguridad más avanzada y, para muchos de ellos, es necesaria la generación de números aleatorios a alta velocidad. En la actualidad, señala Abellán, ya existen, pero o bien son de baja velocidad o bien se basan en procesos predecibles, como los generadores pseudoaleatorios, que aunque parezcan aleatorios, siguen un patrón, lo que es "un desastre para garantizar la seguridad de nuestras comunicaciones".
Los números aleatorios que genera Quside podrían aplicarse a campos como el juego online y las máquinas tragaperras, para que ni el jugador ni el casino puedan 'predecir' los resultados de estos juegos de azar, donde la 'impredecibilidad' es más que necesaria. También tienen una traslación a los llamados métodos numéricos, a través del de Monte Carlo, por ejemplo, para predecir valores de bolsa o la fuerza que puede soportar el ala de un avión, es decir, aquellos problemas difíciles de resolver de forma analítica, pero con números aleatorios se pueden resolver de manera numérica.
Pero, quizá, el campo con mayor proyección para esta startup es aplicar este tipo de números a la tecnología de criptografía para proteger la información, porque "sin aleatoriedad, sin impredecibilidad, no existe la ciberseguridad». "La cuántica nos da la mejor tecnología posible para hacer esto con garantías de futuro", porque permite generar claves criptográficas que, compuestas por números totalmente impredecibles, se pueden usar en cualquier sistema de encriptación, desde la protección de las comunicaciones de centros de datos hasta la ciberseguridad de cualquier dispositivo portátil, un móvil o, incluso, un coche conectado, insiste Abellán.
El objetivo de Quside es industrializar su chip y poder llevarlo a unos volúmenes, una capacidad de producción y de costes que pueda escalarse en mercados más de consumo. Es decir, dar el salto de la ciberseguridad de los centros de datos a la protección de los dispositivos portátiles. "Queremos que nuestra tecnología sea capaz de contribuir a mejorar la seguridad de cualquier dispositivo conectado proporcionando números totalmente impredecibles para cualquier sistema de encriptación", subraya Abellán.
Para conseguirlo, tiene claro que la tecnología cuántica debe llegar al mercado para poder hacer "un cibermundo un poco más seguro". En su opinión, la encriptación del presente debe anticiparse al futuro a la hora de implementarse en proyectos como el coche conectado y autónomo: "Tienes que estar tres pasos por delante de la seguridad que hay hoy en día. Hay que anticiparse". Por ejemplo, los fabricantes de coches tienen que trabajar con la posibilidad de que un futuro cercano se pueda desarrollar un ordenador cuántico capaz de resolver con facilidad la seguridad computacional actual, por ello deben trabajar con una ciberseguridad superior e ir por delante.
El hito de la migración
En este proceso prima la transparencia: Quside trabaja con 'partners' en el campo de la encriptación y el desarrollo de 'software' para añadir una capa adicional a los sistemas de seguridad actuales y así facilitar la migración.