No es fácil encontrar un entorno en el que los cinco grandes partidos que concurren a las próximas elecciones generales (PSOE, PP, Ciudadanos, VOX y Podemos) estén de acuerdo. Más complicado todavía es que todos ellos admitan ese consenso, sabedores de que la crispación social es un acicate que moviliza votos. En el caso de la estrategia digital para España, lo primero se ha conseguido: todos los grupos políticos coinciden en las mismas propuestas y descargan sus diferencias en aspectos paralelos como la ordenación territorial.

De hecho, muchas de estas propuestas son calcos de las que se vienen aplicando en el tramo final de la última legislatura, ya que, como quedó patente en otro debate organizado entre estos mismos partidos apenas unas semanas antes de la moción de censura, no figuraban hasta ese momento en los planes de ninguna formación, y sólo el PSOE las defendía.

Hablamos, por ejemplo, de la tan cacareada 'estrategia Nación Emprendedora', que ahora suscriben casi al pie de la letra Ciudadanos e incluso como concepto VOX. Una propuesta que sigue sin aterrizarse en demasiados puntos concretos, pero que sirve como nexo de unión política para considerar este terreno como una de las claves de la sostenibilidad económica.

Entre los aspectos específicos donde se revalida este consenso encontramos la reforma de la Formación Profesional para adecuarla a los nuevos perfiles digitales que demanda el mercado (PSOE y PP concuerdan aquí), la necesidad de rebajar los requisitos para la entrada de inversores extranjeros en startups (discurso unánime de PSOE, Ciudadanos y PP) o el estímulo al venture capital dentro de nuestro país y un tratamiento fiscal más acorde con las necesidades de estos proyectos de nuevo cuño.

En este punto, pese al consenso de partida, surgen las inevitables diferencias entre izquierda y derecha. Mientras Francisco Polo aboga por "regular y flexibilizar todo lo que se pueda, pero sin caer en la injusticia social o la precariedad laboral" (en coincidencia con el asesor económico de Podemos, Iván Ayala), el diputado del PP Guillermo Mariscal exige un mayor "crédito en la libertad" y "rebajar impuestos para atraer más capital", sin especificar cómo se materializaría esa apuesta.

Por su parte, Susana Solis (Ciudadanos) iba más allá al proponer que "las startups no tengan que pagar impuestos en los dos primeros años de vida" y abordar "regulaciones que no traten de eliminar la competencia". Y luego está VOX, que en palabras de Rocío Monasterio, su líder en Madrid, pide "una fiscalidad clara y una regulación adelantada a la innovación", una posición que despertó recelos en PSOE y PP al recordarle este último que "no podemos aventurarnos a regular a 20 años porque en vez de ir con la ola, nos arrastraría".

De vuelta al consenso, casi unánime, nos encontramos con la necesidad de impulsar el talento digital en nuestro país, no solo su captación sino también su retención. En ese sentido, Francisco Polo (PSOE) y Susana Solís (Ciudadanos) coincidieron en eliminar las trabas para que las startups puedan ofrecer opciones sobre acciones a sus empleados como fórmula de motivación, ampliando además el límite por el que estos mecanismos están exentos de tributación. Por su parte, Ayala (Podemos) pidió que esta formación haga especial foco en "personas mayores y con bajo nivel de alfabetización" para evitar la brecha social, algo sobre lo que también se manifestaron públicamente a favor tanto los socialistas como los naranjas. Ni PP ni VOX hicieron mención al respecto.

En la brecha social que adelantaban los morados a través de su portavoz en el debate organizado por Adigital en Madrid, también hay apartado aparte para las mujeres. Sabedores de la enorme desigualdad de género imperante en la industria tecnológica, tanto PSOE como Podemos y Ciudadanos coincideron en posicionar este tema como un factor clave de la estrategia digital española. Polo propuso al respecto una campaña internacional de atracción de talento femenino, mientras que Solís pidió impulsar las habilidades STEM entre todos los ciudadanos, pero con especial foco en ellas. El Partido Popular no quiso mojarse en este aspecto mentras que Rocío Monasterio (VOX) directamente afirmó que era un debate -el de fomentar las habilidades científicotecnológicas en las mujeres) que le aburría. 

Para Monasterio resulta más importante hablar sobre la creación "de una agencia nacional que impulse la formación, el empleo y la digitalización de las empresas en España". Irónicamente, ya existe un organismo dedicado a esta materia (Red.es). Cuando fue preguntada por INNOVADORES sobre esta dicotomía, la representante conservadora intentó explicar que ella defendía "una agencia, llámesele como quiera, que no dependa de las autonomías ni cree sobreregulación  o sucursales de los programas nacionales en cada una de las autonomías". Hasta la fecha, Red.es es un organismo dependiente del Ministerio de Economía y que trata directamente con el resto de AAPP implicadas en su campo de actividad, con lo que ya se estaría cumpliendo la premisa de partida de la propuesta de Rocío Monasterio. Mismo pecado cometió la representante de VOX al hablar de financiación y pedir un fondo de capital riesgo específico para estas lides, cuando ya existe el Fond-ICO con sus distintas vertientes (incluyendo programas específicos para pymes).

Y de estas generalidades a la nada, porque apenas hubo más detalles concretos que resaltar en ese debate. Susana Solís (Ciudadanos) recogió el guante de la patronal AMETIC al pedir un impulso en tecnologías habilitadoras para España, Francisco Polo recordó la propuesta de Ley de Startups del Gobierno ("la primera vez que se consulta al ecosistema sobre una ley así") y Monasterio coló palabras como 'blockchain' o 'smart cities' en su discurso, pero sin ninguna relación entre ellas ni explicación alguna sobre lo que entendía de estos términos, lo que pretendía hacer con esos conceptos o cuál era su abordaje ni tan siquiera superficial. Por su parte, Ayala (Podemos) lanzó la idea de crear un Centro Nacional de Robótica Aplicada, sugerencia que consiguió el inesperado respaldo del Partido Popular.

Muchos consensos en la base (salvo VOX, cuyo discurso digital es inexistente y trata de derivar toda la conversación hacia el debate autonómico) pero que, hoy por hoy, no se están traduciendo en acuerdos parlamentarios que ayuden al sector TIC en España. Veremos si con la nueva legislatura algo de eso cambia o si seguimos con este consenso crispado e ineficaz en materia digital...