Cuando pensamos en drones, casi como un instinto, levantamos la cabeza y oteamos el horizonte en busca de alguna aeronave no tripulada, con esa forma tan particular y esos rotores que las hacen distinguibles de cualquier otro ente que nos sobrevuele. Pero los drones no sólo están en los cielos, también en la superficie terrestre y, por supuesto, en los mares.
Precisamente los drones navales son los grandes olvidados de la ecuación, donde se vienen usando con fines militares desde principios del siglo XX. Pese a esa falta de presencia en la opinión pública, estos vehículos ya se están comenzando a utilizar no sólo en el ámbito militar, sino también en misiones de salvamento marítimo, ayuda en las entradas y salidas en los puertos, vigilancia de las costas, monitorización de plataforma petrolíferas, transporte logístico en las zonas portuarias o para la investigación científica.
Razones no faltan para que el interés en ellos esté creciendo como la espuma de las olas: "Hay muchos beneficios al usar drones en el mar. Por supuesto, eliminas el riesgo para la tripulación en casos con malas condiciones del mar o en entornos contaminados. También reducimos el tiempo de respuesta ante una emergencia, porque podemos lanzar el barco desde el muelle de manera inmediata. Pero su gran ventaja radica en la posibilidad de operar de manera continua, dependiendo del régimen del motor y las necesidades de la misión", explica César Martínez, CEO de Utek, a INNOVADORES.
Esta startup, radicada en el Parque Científico de Madrid e impulsada por la Agencia Espacial Europea, está especializada en desarrollar esta clase de embarcaciones sin personas a bordo. Allá por 2017, Utek ya presentó un prototipo de barco semirígido de siete metros de eslora en colaboración con un astillero gallego y otra motora madrileña. Fue un proyecto relámpago: en tan solo ocho meses, esa embarcación estaba operativa.
Desde ese momento, comenzó la travesía para mostrarle las bondades de esta tecnología a entidades como el Ministerio de Defensa, Puertos del Estado o Salvamento Marítimo. Pero sería el Gobierno canario el que finalmente apostaría con fuerza por esta clase de drones navales para temas de investigación oceánica y control medioambiental, al menos en un principio.
"Hemos puesto mucho cuidado en hacer del barco una plataforma con capacidad para crecer, con un sistema de comunicaciones con tierra muy robusto al que poder ir añadiendo módulos para los casos de uso particulares", detalla el emprendedor.
Por el momento, la embarcación diseñada para las Islas Canarias cuenta con una amplia variedad de instrumental a bordo, como cámaras de vigilancia que abarcan los 360 grados y un brazo robótico -también diseñado por Utek- con el que se miden parámetros del agua cada dos horas.
César Martínez y su equipo provienen del mundo aeronáutico y espacial, el cual reconocen que tiene esa imagen de vanguardia que se le escapa al mar. "No se está adaptando tan rápido porque no es tan fácil. Por eso nosotros estamos aplicando las metodologías de trabajo en materia de ingeniería, de seguridad, de fiabilidad e incluso documentación en el mundo marítimo", reconoce el directivo.
Estos últimos puntos pueden parecer de cajón, pero en el momento en que un dron (con misiones críticas de defensa o lucha contra el narcotráfico) deba estar conectado a un sistema en tierra, automáticamente se convierte en un vector de ciberamenazas más.
"En torno a la seguridad trabajamos en dos aspectos. Por un lado, en hacer enlaces y protocolos de comunicaciones robustos que no se puedan interferir. Por otro, el componente de seguridad marítima en cuanto a seguridad del tráfico marítimo, porque si vas a operar en zonas de tráfico, pues hay que tener unos protocolos muy bien definidos y los sistemas de seguridad para que no te lleven por delante".
Eso sí, todo esto no es más que el comienzo de la era de los drones en el mar. "Esta tecnología puede llegar hasta donde la regulación lo permita, porque esto va muy rápido y la regulación un poco más lenta, aunque se está trabajando ya en ello porque esto es una realidad", adelanta un optimista César Martínez. "Podremos ver barcos pequeños de transporte para aplicaciones muy específicas o automatizar mcuhas operaciones en barcos de contenedores. Y quien sabe si en 15 o 20 años podrá haber barcos con pasajeros y sin tripulación a bordo".
Desde España hacia Oriente Medio y Latam
Utek está centrada actualmente en demostrar la utilidad de sus embarcaciones sin tripulantes en las Islas Canarias y seguir ganando clientes dentro de nuestras fronteras. Pero César Martínez y su equipo son conscientes de que el mercado al que se dirigen es de nicho, con un potencial limitado en España, y que, por tanto, la visión ha de ser internacional desde el minuto cero. Por ello, la startup ya ha firmado un acuerdo con un agente comercial en Oriente Medio y está trabajando en modelos parecidos en Latinoamérica, con el fin de distribuir su tecnología en esas latitudes.