Hace ya más de 180 años, Poe fue el primero en imaginar un personaje mitad hombre, mitad robot, lo que podría considerarse la primera fantasía del ser humano con el cyborg. En la actualidad, hay países como Suecia donde la historia de Poe se está haciendo realidad: más de 4.000 personas se han implantado un dispositivo electrónico en el cuerpo con el fin de facilitar su vida diaria, muchas veces como sustitutivo de alguna función del smartphone: pagar en comercios, abrir la puerta de casa, acceder al trabajo o validar un billete de tren, entre otras.
Los smartphones se han convertido en una extensión más de nuestro cuerpo, pero ¿hasta dónde llegaremos? ¿qué cambios producirán las nuevas tecnologías en los seres humanos? ¿Son los cyborgs o transhumanos los ciudadanos del futuro? El 20% de los españoles se muestra favorable a implantarse un chip en el cuerpo para disponer de forma inmediata de las funciones del móvil. En este sentido, poder almacenar miles de datos (46%), tener una cámara de visión integrada (31%) y contar con un GPS (27%) son algunas de las preferidas por los ciudadanos para instalarlas en su cuerpo.
Estas son algunas de las principales conclusiones que se extraen del informe Y después de los Smartphone, ¿qué? Ciudadano Cyborg, realizado por Línea Directa, con el objetivo de analizar cuál será la siguiente revolución digital tras el smartphone.
A pesar de que muchos ciudadanos se muestran abiertos a convertirse virtualmente en cyborgs, también señalan las desventajas que conllevaría implantarse un chip: posibles problemas de salud por tener un cuerpo extraño en el organismo (59%), tener que ceder datos de su vida personal a terceros (57%) y no poder desconectar digitalmente (53%). Unos hándicaps que contrastan con las ventajas: estar siempre localizables (31%) y no tener que llevar dispositivos físicos encima (30%).
No obstante, las objeciones a tener que ceder datos a terceros se reduce si se obtienen ventajas económicas: casi un tercio de los españoles (32%) dejaría que las empresas monitorizaran sus hábitos de vida a través de un chip integrado en su cuerpo a cambio de obtener importantes descuentos en sus productos y servicios.
Línea Directa también ha testado el grado de dependencia del smartphone de la sociedad actual, que, sin duda, parece ir en aumento. El 21% de los ciudadanos reconoce “sentir ansiedad” si no llevan el móvil encima, hasta el punto de ser capaces de volver a casa a por él. Además, el 30% es incapaz de realizar cualquier actividad durante más de una hora sin consultar su smartphone.
Muchos ya perciben esta dependencia y reconocen que la excesiva dependencia de la tecnología les resta capacidades cognitivas. El 46% de los españoles admite haber perdido capacidades desde que tienen móvil, el 56% no recuerda más de cuatro números de teléfono y más del 50% tendría muchas dificultades para llegar a un nuevo destino sin disponer de GPS.
Un país de 'cyborgs'
Ahora bien no todas las comunidades tienen la misma opinión sobre este tema. Los territorios más abiertos a hacerlo son La Rioja (28%), Andalucía (26%) y Canarias (24%). En el lado contrario se sitúan Navarra (10%), Asturias (14%) y Aragón (16%), donde la mayoría de los ciudadanos lo considerarían “una barbaridad”.
Para Francisco Valencia, director de Gobierno Corporativo de Línea Directa Aseguradora: “La irrupción de las nuevas tecnologías, que cada vez ocupan una parte más importante de nuestras vidas, y nuestra dependencia de ellas es ya un hecho innegable. Por eso, en Línea Directa, dentro de nuestra apuesta por liderar la Transformación Digital, queremos analizar la evolución y el impacto de las nuevas tendencias tecnológicas, especialmente el smartphone, en la sociedad”.