La inteligencia artificial es ya una tecnología omnipresente en nuestro mundo: nos facilita la selección de la película que queremos ver y nos ayuda a comprender problemas relacionados con la salud. Incluso nos muestra algunos de los grandes misterios del cosmos. Pero todo desde tierra, todavía no había viajado al espacio. ¡Hasta ahora! Por primera vez se ha roto esa tendencia y ha conseguido llevar la inteligencia artificial al espacio a bordo de un satélite experimental del tamaño de una caja de cereales. PhiSat-1 se eleva ya a 530 km de altura en una órbita sincrónica con el Sol.
Es el resultado de un trabajo en equipo entre Intel, la startup irlandesa Ubotica y la Agencia Espacial Europea (ESA). Así han conseguido desarrollar el primer satélite que emplea inteligencia artificial en órbita para mejorar el envío de los datos de observación a la Tierra.
Si tenemos en cuenta que cerca de dos tercios de la superficie de nuestro planeta están cubiertos por nubes en algún momento, lo habitual es que los satélites capturen cientos de imágenes “inservibles” para la investigación. La inteligencia artificial a bordo soluciona este problema.
PhiSat-1 cuenta con una cámara térmica hiperespectral y procesamiento de inteligencia artificial a bordo. Con una unidad de procesamiento de visión (VPU) Intel Movidius Myriad 2 (la misma que emplean muchas cámaras inteligentes en la Tierra) puede identificar y descartar el material fotográfico que resulte inútil. Es decir, la IA será la encargada de filtrar entre información de valor y datos inútiles (como imágenes de nubes) que hasta ahora se capturaban y eran eliminadas por un científico (o un algoritmo) días después en Tierra.
Como el satélite tan sólo envía las imágenes con buena resolución que aportan información para la investigación, se consigue “mejorar el uso del ancho de banda ya que reduce significativamente los costos del enlace descendente hasta en un 30%”, aseguran desde Intel, por no hablar del tiempo que ahorran los científicos en la base.
Otras de las funciones de estos nanosatélites es la capacidad de ejecutar muchas aplicaciones. "En lugar de tener hardware dedicado en un satélite que hace una cosa, es posible cambiar las redes de entrada y salida", dice Jonathan Byrne, jefe de la oficina de tecnología Intel Movidius. Por eso hablan de ellos como "satélite como servicio".
Para Intel las posibilidades de estos nuevos satélites son infinitas. Por ejemplo, al sobrevolar zonas forestales, el satélite puede detectar incendios y notificar el incidente en minutos en lugar de horas. En el océano su cámara puede detectar el movimiento no autorizada de barcos y en tierra firme puede rastrear la humedad del suelo y el crecimiento de los cultivos con una comunicación mucho más precisa y rápida.