Se estima que, en 2020, más de 30.000 millones de dispositivos estarán conectados a Internet, y la cifra no hace sino crecer de forma exponencial. Al mismo tiempo, estamos asistiendo al nacimiento comercial de las conexiones 5G en todo el mundo, cuya baja latencia e inteligencia incorporada en la propia red posibilitarán que la denominada hiperconectividad alcance no sólo a las personas, sino que extienda y democratice las relaciones entre máquinas y la creación de nuevos e inimaginables casos de uso.
Todo ello nos lleva a hablar de un nuevo concepto, el de ‘economía y sociedad en tiempo real’, sobre el cual ha versado un reciente evento del Parque Científico de la Universidad Carlos III de Madrid. En él, investigadores punteros en estos campos y empresas que están trasladando estas ideas a la realidad han sentado las bases de este mundo que se nos viene y detallado los retos que, tanto desde el plano técnico como desde el social y ético, debemos resolver de forma urgente.
En ese sentido, Arturo Azcorra, experto en redes 5G, investigador responsable del grupo Network Technologies UC3M y director del Instituto IMDEA Networks, hizo especial hincapié en las ventajas directas de la nueva generación de redes móviles en sectores como la salud o el transporte, pero también en áreas más pegadas al usuario de a pie como los videojuegos. En su opinión, el principal diferencial de la 5G pasa por haber "dotado de computación a la propia red, que no sirva únicamente para enviar información de un punto a otro", lo que habilitará muchos de los nuevos casos de uso que se le asocian a esta tecnología. Por delante, eso sí, Azcorra apela a la urgencia de replantear los empleos y habilidades laborales de la ciudadanía en tanto la 5G tendrá un inevitable impacto en el empleo tal y como lo conocemos.
A su vez, Jesús Carretero, investigador responsable del grupo de Arquitectura de Computadores, Comunicaciones y Sistemas (ARCOS) de la UC3M, quiso destacar que 5G podrá facilitar la extensión del internet de las cosas, hasta ahora frenado en cierto modo por las exigencias de energía de las antenas que se usan con otras tecnologías (LORA, Sigfox o NB-IoT, por ejemplo). "Muchos de estos dispositivos seguirán existiendo porque hacen funciones de bajo nivel", admite el experto. Para Carretero sigue quedando pendiente el reto de cómo escalar a escala global estos despliegues de IoT en los próximos años.
En la mesa redonda con investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid, moderada por el subdirector de INNOVADORES, Alberto Iglesias, la investigadora del departamento de Estadística y directora de IBiDat, Rosa Elvira Lillo, explicó "la revolución en la forma en que se tratan los datos" conforme este universo hiperconectado tome forma. Algo especialmente reseñable en sectores como el financiero, que tendrán que adaptarse a una nueva manera de procesar la información "más basada en el aprendizaje colaborativo y el microanálisis de los datos". Todo ello, añade Lillo, a la vez que se mejora la calidad de esos mismos datos obtenidos por medio de la sensorización.
La traducción comercial
En la cita también se dio buena cuenta de la traducción comercial de muchas de estas innovaciones ligadas a la economía en tiempo real. Juan María Fernández, director de la división de Telecomunicaciones de Eurocontrol, reconoció la actual "complejidad de estándares" existente en torno a estas tecnologías disruptivas, que en su caso ya se están usando para tareas tan diversas como medir y predecir el comportamiento energético de estaciones de servicio mediante gemelos digitales o para hacer modelos que anticipan posibles accidentes en los emplazamientos de telecomunicaciones de marcas como Orange.
Por su parte, Nuria Ciprés Durán, gerente de Tráfico e Infraestructuras de España y Portugal en Indra, resaltó la creciente relevancia de la conectividad en el ámbito de la movilidad, junto a otras tendencias paralelas como la inteligencia artificial o el Big Data, con el fin de mejorar la seguridad en las vías. Ciprés, que trabaja estrechamente en proyectos junto a la DGT, hizo mención especial a la necesidad de formar a los ciudadanos en la comprensión de estas revoluciones tecnológicas para evitar la propagación de bulos y noticias malintencionadas: "Por ejemplo, cuando lanzamos la aplicación de MiDGT, que permite llevar el carné en el móvil, hubo comentarios sobre si la podríamos utilizar para medir la velocidad de los coches y multarles", comentó al respecto.
Finalmente, Iván Turiel Rodríguez, delegado en Madrid de la Fundación IDONIAL, ejemplificó esa unión entre la investigación y la empresa en tanto que su centro tecnológico trabaja en "llevar a los mercados" estas innovaciones punteras. Entre otras iniciativas, Turiel destacó proyectos para "deslocalizar la economía", por medio de contenedores para la fabricación en 3D de piezas en líneas de conflicto o, sin ir más lejos, trabajos para construir viviendas in situ de forma remota, gracias a la conexión 5G.