La empresa de telecomunicaciones BT puso en marcha hace dos años y medio una estrategia para transformar la propia compañía, especialmente en lo referente a sus actividades fuera de Reino Unido, centrándose en prestar servicios y soporte en infraestructuras, puesto de trabajo digital y soluciones de seguridad a compañías globales en más de 180 países.
Esta nueva orientación del negocio llevó a la empresa a vender parte de sus negocios en algunos países o regiones, como América Latina, Francia, Italia o la propia España. Así, en mayo de 2020 BT cerró la venta de su negocio de servicios de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en España a fondos gestionados por Portobello Capital.
Coincidiendo con este proceso de transformación de la compañía, Joris van Oers se incorporó en abril de 2019 a BT para asumir el puesto de director general de Europa y de recursos, fabricación y logística a nivel global de BT. De esta manera, regresaba a la compañía, en la que ya fue director para la región de Benelux (Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo) entre 2013 y 2016, tras su paso por la holandesa KPN.
En una entrevista a D+I, Van Oers destaca que la ejecución de esta estrategia fue "la correcta" y ya ha registrado "grandes progresos". Incluso ha ayudado a la compañía a capear mejor la crisis generada por la crisis de la covid-19. De hecho, considera que BT lo hubiera pasado peor durante la pandemia de haber mantenido su anterior organización.
En este sentido, añade que la crisis llegó cuando BT ya estaba ejecutando su estrategia, algo que está más bajo el propio control de la empresa, y no necesitó diseñar una nueva. Además, ya tenían en su cartera soluciones que durante la pandemia se demostraron imprescindibles para mantener la actividad en fases de confinamiento.
Sin embargo, admite que no todo fueron historias bonitas en este periodo, ya que algunos de sus clientes, como empresa de motor o aerolíneas, tuvieron que suspender sus inversiones porque no se lo podían permitir. Además, la compañía tuvo que avanzar en su propio proceso de digitalización y pasar a trabajar completamente en remoto de la noche a la mañana.
Así, incide en que, a pesar de ser una compañía de infraestructuras, son una empresa de servicios, por lo que nada vale si no tienes a las personas adecuadas haciendo lo correcto. En este sentido, apunta que lo que han aprendido durante la crisis es la "enorme resiliencia y compromiso" de sus trabajadores, en cuyo bienestar la compañía está poniendo si cabe un mayor énfasis.
Nuevo enfoque en España
Respecto a su decisión de vender gran parte de sus operaciones en España, Van Oers defiende que, aunque fue una decisión "complicada", fue la correcta. Así, recuerda que las telecomunicaciones son un sector "intensivo" en inversiones de capital, por lo que es bueno para España que un fondo como Portobello sea capaz de contar con el enfoque y el dinero necesario para ello.
Así, añade que lo importante es que, en cada país en el que está presente, BT ponga el foco en su actividad principal y en satisfacer las necesidades de sus clientes. Asegura que, gracias a esta decisión, la compañía puede ahora poner sus capacidades al servicio de las multinacionales que operan en España, donde también tienen Centro de Operaciones de Ciberseguridad (SOC por sus siglas en inglés), ubicado en Madrid.
Tras esta transformación del negocio de BT en España, Van Oers asegura que su objetivo ahora es "crecer" en el país, para lo que realizarán las inversiones que sean necesarias. Esta estrategia de crecimiento se sustenta en tres pilares, el primero de los cuales pasa por seguir ampliando los servicios y soluciones que ofrecen a sus clientes actuales.
"Creo que todavía tenemos la oportunidad de aportar mucho valor a nuestros actuales clientes", afirma el directivo de BT, que apunta que su "significativa base de clientes" puede acceder a sus programas de optimización de red, soluciones de seguridad, puesto de trabajo digital o sistemas de videoconferencia, entre otros.
La segunda de las prioridades de la compañía en esta nueva etapa en España es captar nuevos clientes, para lo cual están incrementando su equipo de ventas y aprovechando la posición como socio tecnológico que ya ocupan en sectores como el financiero, la industria manufacturera, la automoción, el comercio minorista o el de las aerolíneas. De hecho, confía en un par de meses poder anunciar acuerdos con grandes compañías en España.
El tercer pilar de su estrategia es ampliar su cartera de productos y ofrecérselos tanto a sus actuales clientes como a las que se vayan incorporando. Un ejemplo de este enfoque son la reciente alianza con Microsoft en materia de innovación y seguridad o la inversión que han realizado en la startup de ciberseguridad con sede en Silicon Valley Safe Security.
La covid-19 y la digitalización
Por otro lado, Van Oers señala que la covid-19 ha hecho que muchas empresas de muchas industrias hayan acelerado sus inversiones en transformación digital y hayan tomado conciencia de su importancia. Así, apunta que la economía ya está recuperándose y muchas empresas están en una mejor posición que hace doce meses, además con "apetito" por invertir en lo digital.
En este contexto, el directivo tiene muy clara su opinión personal sobre la oportunidad que ofrecen los avances en materia de digitalización provocados por la crisis de la covid-19, y es una muy "pragmática": "Nunca desperdicies una buena crisis".
Van Oers señala que la crisis ha obligado a los líderes europeos a unirse y decidir qué pasos seguir en un mundo en constante evolución. Una unión que ha llevado a la creación de ese fondo Next Generation con la "significativa" cantidad de 800.000 millones de euros y una apuesta acertada por la sostenibilidad y la digitalización.
Así, se muestra optimista ante la posibilidad de que la apuesta que están haciendo los Gobiernos europeos por la digitalización provoque un cambio significativo en el Viejo Continente. Sin embargo, advierte de que una cosa es poner sobre la mesa un montón dinero, pero darle vida de una forma sensata es otra "más complicada".
Asimismo, incide en que, aunque Europa tiene algunas compañías tecnológicas muy buenas, apenas hay un par de ellas entre los gigantes digitales del mundo. Pero añade que ahora mismo no tiene sentido que Europa cree su propio Google, porque ya existe, sino que su misión es lograr crear empresas tecnológicas líderes en campos como la inteligencia artificial o la ciberseguridad.
Sin embargo, añade que no todo es responsabilidad de los gobiernos, sino que también es necesario impulsar el espíritu emprendedor y abrazar las posibilidades que existen y que vendrán en el mundo digital y preguntarse cómo se pueden crear compañías que tenga impacto y relevancia a nivel global. En este contexto, afirma que BT quiere ser un "actor tecnológico relevante" en todo el mundo y cuenta con las habilidades necesarias para ello y la voluntad de crecer.
Propuesta para mejorar la ciberseguridad en España
En el caso de España, celebra que casi el 30% de los fondos recibidos vayan destinados a digitalizar el país y asegura que desde BT quieren apoyar este impulso y ser "relevantes para la sociedad", ya que no son una empresa que busca sólo captar clientes y generar ingresos y Ebitda (resultado bruto de explotación).
En este contexto, informa de que desde la compañía han remitido una propuesta al Gobierno español para ayudar a los negocios del país a ser más seguros en un momento el que "no hay tiempo que perder" para intentar captar todos los beneficios de la digitalización. "Pensamos que es necesario alcanzar el equilibrio correcto entre digitalizar las organizaciones y hacer que sean seguras al mismo tiempo", afirma.
Van Oers recalca que, aunque la compañía tiene su actividad enfocada en España a empresas multinacionales, la propuesta enviada al Ejecutivo está destinada a ver como pueden contribuir a generar unos negocios digitalizados más seguros en el país en general. Su objetivo es hacer que las empresas sean más consciente de la importancia de la seguridad.
Así, añade que en BT esperan poder desempeñar un papel en este campo de la seguridad, aspecto que está en el centro de su propósito como empresa y dónde tienen capacidades, conocimiento y experiencia para añadir valor. Además, están abiertos a alianzas con otros actores del sector, ya sean públicos o privados, para dar el siguiente paso en este sentido.
Colaboración, regulación e innovación
Por otro lado, el directivo también defiende los beneficios que tiene la colaboración entre el sector público y privado. Así, recalca que durante su carrera ha visto muchos ejemplos en los que uniendo fuerzas puedes lograr un mejor resultado en sectores como las infraestructuras, los transportes, los sistemas de pago o las telecomunicaciones, donde ambas partes se han alienado para asegurar que todo el mundo tenga acceso a la banda ancha y reducir así la exclusión social.
Asimismo, señala que es necesario un marco regulatorio equilibrado que cree el nivel de competencia adecuado en los países, algo que beneficiará tanto a las empresas como a los consumidores. Así, agrega que esto les hará trabajar más duro, hacer mejor las cosas y ofrece servicios relevantes a precios asequibles. Y para lograrlo, Van Oers también incide en la importancia de contar con el talento adecuado.
El directivo de BT también apunta que la innovación muchas veces sale de pequeñas empresas que luego no tienen la capacidad de crecer lo suficiente para tener un mayor impacto. De ahí que defienda los beneficios que se derivan cuando se une la innovación de una compañía pequeña con la fortaleza y el alcance global de una gran corporación.
Sin embargo, también admite de que en algunas industrias en las que lo digital está teniendo un "enorme impacto" hay pequeñas empresas que están teniendo dificultades para responder a esta situación, como se vio durante la crisis de la covid-19, en la que mientras unos comercios minoristas florecieron, otros desaparecieron.
En cuanto a las grandes empresas, el directo de BT para Europa considera que son "muy conscientes" de que no invertir en digital no es una opción y muchas han acelerado estas inversiones para alcanzar a aquellas que ya habían iniciado este proceso de digitalización en el pasado.