Para visitar un centro de datos son necesarios tres requisitos: la autorización del propietario (son sitios muy reservados), tapones para proteger los oídos del fragor de los servidores y abrigarse contra el frío.

Es decir, eso es así, salvo en el caso de OVHcloud, en cuyos datacenters conviene quitarse algo de ropa porque, realmente, hace bastante calor.

"No tenemos ningún tipo de aire acondicionado en la sala de los servidores", aclara sonriente el responsable de seguridad que nos acompaña a través de las zumbantes hileras de ordenadores y luces, dentro del centro de datos Roubaix 1.

Es uno de los ocho que la multinacional tiene en sus instalaciones de la localidad francesa, donde concentra casi la cuarta parte de sus centros de datos, que alojan 450.000 servidores de 1,6 millones de clientes en 140 países.

[El año de los centros de datos (elespanol.com)]

En total OVHcloud posee 34 datacenters repartidos por buena parte del mundo, entre Francia (16), Alemania (2), Reino Unido (1), Polonia (1), Canadá (8), Estados Unidos (2), India (1), Singapur (1) y Australia (2).

Presume de ser número dos en Europa en nube privada (frente a los grandes gigantes del sector). Y es la número cinco en nube pública, pero primera entre las compañías europeas. Además, es número uno en Francia y España en alojamiento web y tiene su propia red troncal de conexiones entre países, con 44 puntos de intercambio de tráfico. Tiene una capacidad de más de 70 terabites por segundo.

Economía circular

La originalidad en el planteamiento empresarial de OVHcloud es que el diseño y ensamblaje de sus servidores se hace totalmente en casa (las placas base y semiconductores los compra en el mercado). Y eso incluye su hecho diferencial y mayor orgullo: la refrigeración por agua.

D+I tuvo ocasión de visitar el centro neurálgico de la compañía fundada por Octave Klaba en 1999 (hoy es presidente del Consejo), que este año celebra el 20 aniversario de su inmersión en la tecnología de refrigeración por agua.

Ese centro neurálgico se reparte entre dos localidades del noreste francés. En Roubaix concentra 120.000 servidores en sus ocho datacenters. Y en Croix está su centro de I+D y la factoría, en la que construye sus racks y sistemas de refrigeración, monta sus servidores y desarrolla un continuo proceso de reciclaje de elementos de los que retira al detectar algún fallo.

En Canadá, en la región de Montreal, OVHcloud tiene otra factoría que desarrolla una tarea similar para sus actividades en América.

La compañía ha cumplido dos décadas de servicio al más alto nivel.

Cuando un servidor se retira (su vida media son casi cinco años), todos sus componentes se desmontan y revisan, para darles una segunda vida, explica a D+I Grégory Lebourg, director de programas medioambientales de la compañía.

El 45% de los servidores son ensamblados con componentes reacondicionados, a la vez que todo lo que puede ser reciclado contribuye a una economía circular propia, evitando arrojar basura al medio ambiente.

Tuberías de cobre

La facilidad para montar y desmontar los ordenadores es parte del diseño de sus sistemas, cuyas cajas, bandejas y estructuras metálicas son fabricadas a medida por Aximetal, un partner con el que comparte ubicación física en el mismo recinto de Croix.

Los técnicos de OVHcloud son capaces de ensamblar más de 200 servidores en la factoría de Croix en un solo día si es necesario. La media puede estar más cerca del centenar.

Pero lo esencial de ese diseño es la adaptación al sistema de refrigeración para la CPU de cada máquina, mediante un circuito de agua de diseño propio, evolucionado a lo largo de dos decenios, con 16 patentes.

El agua circula por tuberías de cobre, también suministradas a medida por una empresa asociada, Paolo, que comparte el recinto de Croix al igual que Inodesign, que fabrica los cableados. OVHcloud tiene así cogidos de la mano los eslabones clave de su cadena de suministro.

Trabajadores de la compañía.

Sobre cada procesador se instala un recipiente rectangular de cobre, cerrado, "un waterblock", lo llama Lebourg, en cuyo interior circula el agua por un circuito tallado de manera que el líquido absorba la mayor cantidad de calor sin que se formen turbulencias en su recorrido.

Es un canalillo con una sección de apenas milímetros, que hace un recorrido pleno de meandros dentro de un bloque cuadrado de unos seis o siete centímetros de lado ("¡No photo!", advierte Alí Chehade, que se presenta como The Cooling Guy, el ingeniero de fluidos, jefe de I+D en refrigeración, que nos muestra su secreto mejor guardado: el interior del waterblock).

La 'puerta de la nevera'

Esa agua recalentada viaja hacia un bloque de refrigeración, ("fridge door", puerta de la nevera, lo llaman) similar al radiador de un coche y acoplado en la trasera de cada rack, con un juego de ventiladores para enfriarla.

El ingeniero detalla que la refrigeración supone el 40% del consumo de energía de un centro de datos normal, cuyos servidores son enfriados por ventiladores. En ellos, es necesario rebajar la temperatura ambiente con un potente aire acondicionado (el requisito de abrigarse para visitarlo), para optimizar la ventilación de los procesadores.

Por el contrario, asegura Chehade, su sistema de enfriamiento por agua sólo carga con "un 3,5%, como máximo el 5%" del consumo de energía. Según los datos de OVHcloud, la refrigeración por agua es 3,3 veces más eficiente que por aire.

Añade que, mientras un armario clásico se enfría al 100% con ventiladores, su sistema sólo requiere hacerlo un 30%, en el radiador posterior, lo que también redunda en una disminución de ruido.

Imagen de archivo de sus 'data center'.

En cuanto al intercambio de calor, el sistema de agua es suficientemente eficiente para temperaturas entre 27 y 47 grados. En los ambientes más fríos, el sistema no requiere más sofisticación. En lugares de más calor se combina con torres externas de enfriamiento.

En todo caso, Alí asegura que "el consumo de agua es mínimo", apenas un poco de evaporación. El agua utilizada procede del suministro ordinario de la municipalidad, aunque sometida a constante análisis de PH y posibles contenidos de lodos.

El riesgo de filtraciones

Un punto clave para el éxito de esta estrategia es garantizar al máximo que no haya filtraciones de humedad. Especialmente en el circuito dentro del servidor. "Siempre existe ese riesgo", nos dicen en la factoría, donde se montan las máquinas.

Y eso ha llevado a una evolución en el diseño del waterblock, que en una primera etapa cerraba su parte superior con un componente de plástico. Era su punto débil. En la fabricación actual, todos los elementos de la refrigeración dentro del servidor son metálicos, de cobre, con soldaduras de precisión y control por láser de los acabados.

Según el tipo de CPU o GPU que deba refrigerar, y su potencia, "hay diferentes canales y diferentes geometrías", que suponen una complicación para la fabricación.

En la actualidad, asevera Chehade, su equipo de diseño es capaz de "diseñar, prototipar, validar y poner en producción en un par de semanas" cada variante necesaria. En el futuro, más o menos cercano, la previsión es fabricar esos bloques con impresoras 3D y sistemas robotizados.

Su tecnología está al más alto nivel.

La continua evolución de los procesadores (utilizan arquitectura x86, con chips de Intel y AMD) cuya potencia va creciendo, obliga también a evolucionar los diseños.

"Hasta ahora teníamos procesadores de 60 vatios, hoy los tenemos de 500 vatios, así que no podemos hacer lo mismo", señala Chehade. Su nuevo diseño se orienta a un doble bloque de enfriamiento, pensando que, además, en una misma placa pueden instalarse más de un procesador.

Verticalidad y confianza

OVHcloud juega un papel importante como parte de la nube genuinamente europea. Estuvo en el grupo que inicio Gaia (11 cofundadores franceses y otros tantos alemanes), iniciativa que luego ha sido adoptada como estrategia de la Unión Europea.

Lebourg subraya la verticalidad de la compañía con sus partners y su capacidad para atenerse a las normas legales, tomando el RGPD de Europa como un "standard mundial", para generar en sus clientes, por encima de todo, "confianza en la nube" y sus servicios.

Controla el coste de las operaciones y tiene escasa dependencia de proveedores, todo lo cual, afirma, le permite ofrecer a los clientes unos costes "predecibles" y sin fluctuaciones ni sorpresas.

"La tecnología de enfriamiento por agua ofrece grandes beneficios en términos de eficiencia energética", remarca, todo lo cual son los pilares de una estrategia competitiva para una empresa que se define como "frugal".

A todo esto, Lebourg añade los propósitos de rebajar sus emisiones de CO2, en fases sucesivas de 2025 a 2030, utilizar un 100% de energía baja en emisiones para 2025 y ningún residuo al medioambiente en el mismo año.