El escenario que dibuja el uso e implantación de la inteligencia artificial plantea grandes desafíos a las empresas. A estas alturas, a nadie se le escapa que el impacto de herramientas como ChatGPT ha generado una mayor conciencia sobre sus capacidades y aplicaciones, tanto en el ámbito cotidiano como en el empresarial. Esto ha provocado una explosión de ideas sobre sus posibles beneficios, a la par que ha generado preocupaciones en torno al cumplimiento normativo y las implicaciones éticas.
En este contexto, no hay que olvidar que la confianza en la inteligencia artificial se basa fundamentalmente en la calidad de los datos. Maximizar su valor es una de las prioridades de las organizaciones, que se enfrentan a otro gran reto: cómo adaptar sus arquitecturas a la actual revolución digital.
La creciente complejidad de los datos empresariales, caracterizados por su naturaleza desestructurada y su diversidad en los sistemas de almacenamiento, plantea desafíos cruciales para su gestión en un futuro dominado, casi sin lugar a duda, por la inteligencia artificial.
Transformación empresarial
Las compañías proveedoras de esas infraestructuras son conscientes de ello y diseñan sus estrategias en torno a lo que ya se vaticina como un punto de inflexión para todos los ámbitos de la sociedad, de un calibre incluso mayor al que supuso la llegada de internet. Así ha quedado patente esta semana durante la celebración de Evolve 2023, en Nueva York (Estados Unidos).
El evento, organizado por Cloudera, también fue aprovechado por el nuevo CEO de la compañía desde el pasado mes de agosto, Charles Sansbury, para confirmar su apuesta por la inteligencia artificial generativa como una herramienta “para conseguir resultados más precisos para todos sus clientes: “Nuestras tecnologías les ayudan a administrar mejor sus negocios haciendo algunas de las cosas más innovadoras con los datos”.
[Las cinco aplicaciones de la inteligencia artificial que revolucionarán el mundo, según Gartner]
Entre esos clientes figuran Porsche, Verizon, Line o Union Bank, que compartieron durante la jornada cómo trabajan con esta empresaque con sede en Silicon Valley y algunos de sus socios, como IBM, AWS, Intel, Dell Technologies o Talent, también presentes en esta convención dedicada al valor de los datos que hay detrás de la inteligencia artificial.
Cloudera ya reconoció esta necesidad presentando un prototipo de aprendizaje automático aplicado que permite a las empresas emplear herramientas similares a ChatGPT con sus propios conjuntos de datos corporativos, garantizando respuestas fiables y seguras que cumplen con los requisitos normativos y de protección de la propiedad intelectual.
Porsche ya utiliza análisis avanzados de datos para mejorar la eficiencia en la fabricación y el diseño de automóviles, optimizando procesos y pronosticando la demanda del mercado. Verizon ha implantado soluciones de IA para mejorar la experiencia del cliente a través de análisis predictivos y recomendaciones personalizadas en sus servicios de telecomunicaciones.
Union Bank por su parte, emplea modelos de aprendizaje automático para detectar patrones de fraude y actividades sospechosas en transacciones financieras, fortaleciendo así la seguridad y protegiendo los activos de sus clientes. Mientras que Line , aplica técnicas de IA en el análisis de datos de usuario para personalizar la experiencia del cliente en su plataforma de mensajería y otros servicios relacionados.
Innovación en datos
Durante su intervención, Sansbury llamó la atención sobre cómo la rápida evolución tecnológica ha generado desafíos adicionales para los departamentos de tecnología y los profesionales de los datos. “Disponemos de capacidades para preparar esos datos y que estén disponibles para entrenar modelos de gran tamaño, satisfacer necesidades complejas e incorporar no sólo filas y columnas, sino que también estén bien estructurados para una mejor toma de decisiones, para una toma de decisiones predictiva”, aseguró durante su intervención en una sala llena del centro de convenciones The Glasshouse, en Manhattan, con vistas al río Hudson.
Para conseguirlo, el nuevo CEO de la compañía ha recordado la inversión de unos 2.000 millones de euros en I+D realizada en los cuatro últimos años y la “aceleración” en el desarrollo que están realizando en algunos de sus productos clave, como su lago de datos abiertos. “Se trata de extraer los datos y usarlos de un modo que no se había hecho antes, pero antes hay que prepararlos, y esto supone el 80% del trabajo en el campo de la ciencia de datos”.
[Las industrias coinciden: los datos y la colaboración son las "piedras angulares" de la innovación]
Aporta algo más: en Cloudera actualmente gestionan 25 exabytes de datos en nombre de sus clientes “y no todos están en la nube”. Una clara declaración de intenciones sobre la apuesta de esta empresa por las tecnologías híbridas.
La evolución de la inteligencia artificial y la gestión de datos seguirá ofreciendo oportunidades y planteando desafíos a todas aquellas organizaciones que quieren aprovechar todo su potencial para ser más competitivas en la actual y futura economía digital. Un mensaje optimista que se quiso transmitir en la última edición de Evolve desde el inicio del evento, cuya inauguración corrió a cargo del “futurista” Gen Leonhard.
Este teórico dedicó más de media hora a alabar y argumentar las bondades de la inteligencia artificial y, alineado con el mensaje de Cloudera, afirmó que “la IA será tan buena como buenos sean los datos” que se usen para su desarrollo. Sobre el escenario de Evolve también manifestó que los próximos 10 años traerán más cambios que los experimentados en los últimos 100 debidos, sobre todo, a seis factores tecnológicos: computación cuántica, fusión nuclear, biología sintética, geo ingeniería, genómica y, sobre todo, la inteligencia artificial, que “estará en el centro de la revolución digital”.