Tres frases: "Nuevas estructuras de control jerárquico y desigualdades están enriqueciendo a unos pocos a expensas de la mayoría"; "la narrativa neoliberal de la igualdad ha quedado hecha añicos por la realidad material de la brecha cada vez más profunda entre ricos y pobres"; y "los ganadores de estas dos décadas de globalización y avance tecnológico han sido los ricos, tanto en los países desarrollados como en los emergentes".

Aparecen en el libro La era de la perplejidad. Repensar el mundo en el que vivimos, publicado por BBVA Openmind. La primera la firma Robin Mansel, de la London School of Economics; la segunda es de Simon Springer, investigador de la Universidad de Victoria y apasionado defensor del movimiento okupa... la tercera frase pertenece a Francisco González, presidente de BBVA.

El libro contiene duros alegatos contra la gestión de Donald Trump en EEUU. Audaces, tratándose de un mercado clave para el banco. El propio González le critica por "utilizar su potencia económica y su poder militar sólo en defensa de sus intereses".  Jan-Weiner Müller lo incluye entre los líderes populistas del mundo, junto a Hugo Chávez y Vladimir Putin. Y en su análisis sobre el previsible auge de China, Ian Storey pasa de puntillas sobre la cuestión de los derechos humanos, mientras critica la "visión estrecha y egoísta" de Trump.

Su gran aportación es dibujar "un futuro en el que haya multitud de participantes en la industria financiera"

No queda claro en el libro si las nuevas tecnologías van a mejorar la sociedad o a socavar sus cimientos. En realidad, se echa en falta una síntesis robusta para esta conocida dialéctica. El presidente de BBVA comienza advirtiendo de que "son herramientas para la desestabilización política, la delincuencia y el terrorismo, porque facilitan el planeamiento, la concertación y la financiación de las acciones", apunta el riesgo de "impacto sobre el empleo futuro" y recuerda que tras los episodios de "fuerte aceleración tecnológica" sobrevienen etapas de "estancamiento" que "en muchas ocasiones dan lugar a crisis, conflictos y guerras".

Pero después, abandona la equidistancia entre tecnooptimistas y tecnopesimistas, y sentencia: "Las tecnologías actuales tienen un potencial enorme para transformar la banca".  De hecho, su gran aportación es dibujar "un futuro en el que haya multitud de participantes en la industria financiera, la mayoría de ellos muy especializados, que cooperen y compitan en unas pocas grandes plataformas».

El libro pone de manifiesto, en fin, la necesidad de  que nuestras grandes corporaciones encuentren todavía su relato y lideren la transformación tecnológica española, vista la impotencia de las pymes y la desconexión de la Administración. Poner al Ibex en la locomotora del tren de las ideas es nuestra gran tarea pendiente. Entretanto, desorientación. 

Eugenio Mallol  es director de INNOVADORES.