Comenta en privado un ex alto cargo socialista, en España y Europa, que la situación de bloqueo institucional que atraviesa nuestro país, derivada de la fragmentación política, no es para tanto, llegue o no Pedro Sánchez a Navidad (él apuesta a que no). Al fin y al cabo, Europa no ofrece un panorama mucho mejor, con Italia en estado de shock, el Brexit, la crisis migratoria o el auge de los extremismos. Difícil encontrar el sosiego y la firmeza necesarios para adoptar decisiones de calado estratégico, con visión a medio y largo plazo, ni aquí ni en Bruselas. Lo cual nos instala en una dinámica de caza de oportunidades.
Pero la lógica de los políticos no es la de la innovación, que sigue desafiando al paisaje económico y reclama una actualización normativa. Sin visión estratégica, se agudiza la incapacidad de los reguladores para seguir el extenuante ritmo de la revolución tecnológica. El desacoplamiento con las grandes corrientes de cambio, como la inteligencia artificial o la técnicas de edición genética CRISPR, es fehaciente.
En España, hay muchas miradas puestas en los datos de cierre trimestral de actividad que se conocerán en unos días. Un gigante de la distribución ha encendido las alarmas al mostrar signos de descenso del consumo en el primer semestre, y muchos proveedores se tientan la ropa ante la posible confirmación de la tendencia. El bloqueo político se ha traducido en una llamativa ausencia de inversiones de calado, de las que colocan a un territorio en el mapa. Mientras países como Francia levantan hubs fintech para atraer empresas del Brexit, España arroja un saldo decepcionante, ni una. Y el presidente Sánchez investiga y aplaude en una tesis claramente prescindible nuestra agresiva diplomacia económica. Persisten vacíos históricos y flagrantes como el hecho de que buena parte de las grandes tecnológicas globales tengan su base de operaciones para Latinoamérica en... Miami. ¿Nada que obtejar? Ciudadanos acaba de registrar una proposición no de ley para que se desarrolle reglamentariamente una ley ¡de 2015! que adapta la FP a los cambios tecnológicos. El bloqueo político sí tiene consecuencias en innovación.
Los países son, en última instancia, el reflejo de sus empresas. Veamos cómo va el ritmo de la transformación tecnológica. Dividamos las plataformas de nuestras principales compañías en tres capas: cliente, intermediación y core. La primera está muy avanzada, al 90% quizás. El próximo año será la explosión en España de soluciones de inteligencia artificial que permitirán utilizar los datos del cliente en tiempo real para mejorar la experiencia de usuario y captar nuevos consumidores. La de intermediación ya va un poco más atrasada, un 30-40% de digitalización. La plataforma core... vamos a ver, la plataforma core no la toca ni Steve Jobs redivivo, que lleva décadas funcionando muy bien. El core es puro Miami.
EUGENIO MALLOL es director de INNOVADORES