La tribuna
Inteligencia artificial y ecología
AlphaZero el programa desarrollado por DeepMind (Google) aprendió como nunca había hecho una computadora a maximizar sus posibilidades de ganar al ser humano en el milenario juego chino de estrategia Go. Nadie va a castigar al software si no gana, ni le van a premiar con un bonus si resulta vencedor. Ni siquiera se va a sentir frustrado si pierde; porque es para lo que esta programado, para ganar la partida, y casi con total probabilidad lo conseguirá.
El cálculo matemático infinitamente superior de una máquina respecto de un ser humano no es novedad, cualquier simple calculadora se desenvuelve mucho mejor con números. Lo que supone la gran novedad, es como con movimientos en el tablero que llegan a parecer absurdos al invicto gran maestro, acaban por vencerle percibiendo que su rival goza de nuevos estándares no basados únicamente en el aprendizaje de jugadas maestras memorables, sino que de una inteligencia estratégica desconocida.
No llama la atención que una máquina sea capaz de batir a un ser humano; por muy experto que sea en un juego de tablero y cada vez con mayor probabilidad; sino esa capacidad de sorprender con movimientos desconcertantes, desconocidos basados en el autoaprendizaje, así como considerar todo el espectro de probabilidades dentro de una dimensión de universos futuros sin precedentes.
La inteligencia artificial entendida como capacidad de tomar decisiones y de pensar una máquina, todavía tiene un largo camino que recorrer, estamos en la prehistoria de la robótica. Las máquinas hacen acciones muy concretas, interactúan para lo que están programadas y diseñadas, pero les queda mucho para llegar a la complejidad de los comportamientos animales o humanos, tareas y decisiones múltiples y voluntarias subjetivas y no algorítmicas que permiten hasta ahora únicamente una relativa autonomía heurística.
Esta capacidad de sorprender a expertos jugadores es una esperanza para el futuro de la humanidad, nuevas perspectivas del conocimiento hasta ahora desconocidas que nos pueden ayudar a solucionar problemas que hoy por hoy con exclusivo conocimiento humano, simplemente no tienen solución. Una de ellas es el proceso de degradación del planeta que deviene cada vez más preocupante y exponencial. Pero es que también el desarrollo de la tecnología es exponencial y eso a estos efectos es positivo, muy positivo.
¿Inteligencia Artificial encaminada a salvar el planeta? Por qué no. Procesos cada vez más eficientes gracias a la tecnología, nuevas y sorprendentes ideas provenientes de procesadores, pueden ser nuestra salvación, hoy por hoy la única que se me ocurre fuera de retrasar o acelerar un proceso no regenerativo y si degenerativo y por muchas conductas responsables que se tengan y que por supuesto son exigibles.
Apostemos por tanto por esta escalada tecnológica que estamos viviendo, pero conduciéndolo por una línea ética adecuada al servicio de la humanidad. Exijamos que el uso de la tecnología siempre sea más ecológico que su no utilización y procuremos que todas nuestras decisiones con respecto a las mismas tengan siempre en cuenta este factor: que pueden salvar el planeta en el que vivimos, es la gran esperanza de la eco tecnología.
Rafael Chelala director del programa de ciberseguridad y profesor de Deusto Business School.