Esta semana se ha oficializado el acuerdo estratégico entre IBM y Telefónica en la arena cloud. Un jardín, como ambas entidades han querido denominar a este proyecto, que busca aprovechar el mercado de 1.107 millones de euros asociado a la nube pública en nuestro país, según IDC. Un nicho de actividad en pleno crecimiento (se prevé un 22,5% de crecimiento anual compuesto para el próximo lustro) que busca ser explotado por los gigantes digitales (Amazon, Microsoft y Google) y donde IBM está consolidando su cuarta plaza frente a rivales tradicionales del segmento empresarial como Oracle o la germana SAP.

El acuerdo es, partiendo de la base, muy interesante: IBM radicará sus aplicaciones en centros de datos locales en España, de modo que facilite el salto a la nube de empresas y organismos públicos que se muestran reticentes (o están limitados por regulación) a mandar sus datos a CPDs ubicados en otros puntos del globo. "El 20% de las cargas de trabajo ya se han movilizado a cloud, pero casi ninguna de ellas es crítica. Y, por ejemplo, solo el 4% de los proyectos de inteligencia artificial están en la nube", destacó Marta Martínez, CEO del Gigante Azul.

Pero más relevante si cabe, por encima de detalles técnicos como la apuesta por los contenedores (compartida desde hace años por la mayoría de players de la industria), es el difícil rol que va a jugar Telefónica en esta ecuación. Más allá de comercializar e integrar los servicios cloud de IBM, el operador de telecomunicaciones patrio renuncia finalmente a jugar cualquier rol protagonista en la creciente industria digital.

Su activo es la base de clientes instalada y su capilaridad territorial a la hora de captar nuevos usuarios de la nube, pero poco más. Y es que, ni tan siquiera los propios centros de datos sobre los que se ha sellado este acuerdo serán -dentro de muy poco- propiedad de Telefónica: después de años de rumores, la 'telco' ha confirmado que está en negociaciones para deshacerse de estos activos para hacer caja y reducir su abultada deuda... al mismo tiempo que tratar de amortizar las ingentes inversiones (300 millones de euros del proyecto completo del CPD de Alcalá de Henares) realizadas en estas lides. Y es que, como suele decirse, zapatero a tus zapatos...

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