Esta semana, Oracle y Microsoft anunciaban un potente acuerdo por el que integraban sus respectivas propuestas cloud. En la práctica, supone facilitar a los clientes de cada una de las plataformas en la nube el uso de las soluciones del ajeno, principalmente en lo referente a Java y las bases de datos que aporta la firma roja y las herramientas de analítica e inteligencia artificial de los de Redmond. Los escenarios a nivel técnico que se abren son, efectivamente, inmensos, pudiendo ejecutar cargas en distintos niveles a un lado y otro de esta alianza y que el resultado final no sea un auténtico desastre, como suele suceder cuando se combinan diferentes nubes públicas con un mismo propósito. 

Hasta aquí la alianza vista desde el punto de vista del consumidor final, de la empresa cliente de Oracle Cloud y Microsoft Azure. Pero hay una pregunta obligada: ¿por qué esta alianza y por qué ahora?

Pongámonos en la piel de Oracle primero. Su propuesta de cloud pública no ha conseguido hacer sombra ni a los tres grandes (AWS, Microsoft y Google) ni tampoco a rivales directos como IBM. De hecho, la compañía hace varios trimestres que camufla los resultados de su división cloud con otras partidas para no desglosar los números comparables. Por si fuera poco, hasta ahora muchos clientes usaban soluciones Oracle desplegadas sobre infraestructura de AWS, pero la guerra abierta entre ambas empresas y la presión por borrar cualquier rastro de Larry Ellison de su oferta pueden cortar esta vía de ingresos en un futuro cercano.

En el otro lado de la alianza está Microsoft, con una segunda posición holgada en el mercado, recortando cuota mes a mes a AWS y con un posicionamiento muy bueno no solo en gran cuenta sino también entre pymes. Toda su propuesta de valor solo tenía un fallo: no disponía de licencias ni certificaciones de Java (propiedad de Oracle) lo que dificultaba enormemente la migración de determinadas aplicaciones a la nube.

Por tanto, este acuerdo es una buena noticia para ambas firmas, aunque Oracle corre el riesgo de desdibujarse como un mero partner de software en esta nueva etapa de su existencia. Para muestra, un botón: Microsoft subió un 2,2% en los parqués el día del anuncio, mientras que Oracle hizo lo propio tan solo un 0,2%.