La tribuna
La digitalización como la salvadora del cambio climático
En 2018, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés) señaló la urgencia de limitar el calentamiento global a 1,5º C, en lugar de 2º C, con el fin de minimizar el cambio climático y evitar que se convierta en un fenómeno irreversible. Esto derivó en el establecimiento de un claro objetivo: las emisiones netas mundiales de CO2 causadas por la humanidad deberían reducirse, para el 2030, en aproximadamente un 45% con respecto a los niveles de 2010, alcanzando un "cero neto" alrededor del año 2050.
Sin duda estos objetivos medioambientales requieren transformaciones rápidas y de largo alcance, tanto por parte de las administraciones públicas como de las empresas, en ámbitos como la energía, la industria, los edificios, el transporte y las ciudades. Y si bien se trata de un imperativo ambiental, existen también sólidas razones económicas que justifican por partida doble el proceso de descarbonización.
Se ha demostrado que las empresas que siguen políticas medioambientales son capaces de fidelizar más a sus clientes y fortalecer su imagen de marca, atraer y retener empleados, lograr importantes ahorros operacionales y aumentar su valor de cara a los accionistas. Más concretamente, las últimas investigaciones del Foro Económico Mundial (FEM) revelan que las empresas que se centran en el desarrollo de iniciativas medioambientales han crecido a un ritmo anual del 15%. Además, se ahorraron casi 3.700 millones de dólares en base a casi 80.000 proyectos de reducción de emisiones reportados por 190 compañías de Fortune en 2016.
De estos datos se deduce que la mitigación del cambio climático es una estrategia corporativa cada vez más importante. Además, las empresas que establecen objetivos públicos de energía y sostenibilidad tienen más probabilidades de recibir financiación para sus proyectos y para explorar alternativas como las energías renovables.
Eso sí, estos objetivos deben ser rigurosos y estar basados en hechos concretos, con lo que los datos son una base fundamental para las prácticas sostenibles. La capacidad de trabajar con información exhaustiva es un factor determinante en la consecución de los objetivos de sostenibilidad, lo que puede conseguirse mediante la digitalización.
Sin embargo, las investigaciones muestran que los dispositivos de IoT, fuentes primarias de datos, aún están masivamente infrautilizados. Sólo una minoría de empresas -un 18%- utiliza tecnologías que permiten la supervisión de sus operaciones a distancia y el análisis de datos en tiempo real. Esto es así a pesar de que la mejora en la recogida de los mismos y la presentación de informes y recomendaciones, mediante herramientas de análisis en la nube, suponen una gran ventaja por su capacidad de identificar oportunidades de eficiencia para reducir las emisiones de carbono y la generación de residuos.
El potencial de ahorro de los data centers
Pongamos como ejemplo el sector de data centers, cuyo consumo energético mundial representa el 3% del total. En España, en los últimos años, la red de data centers ha crecido considerablemente, sobre todo en Madrid, que podría llegar a ser el hub de data centers del sur de Europa.
Sin embargo, estas instalaciones cuentan con un gran número de servidores y dispositivos inteligentes que requieren determinadas condiciones ambientales y, por lo tanto, consumen una gran cantidad de energía. Por este motivo, muchos operadores de la nube están implementando iniciativas sostenibles para reducir sus consumos de energía, aprovechando las tecnologías inteligentes y eficientes. También están utilizando cada vez más las energías renovables, que han bajado considerablemente su precio y representan una buena oportunidad de ahorro a través de Acuerdos de Compra de Energía (PPAs) renovable y a través de las tecnologías microgrids.
ROI y rentabilidad
La digitalización requiere una inversión inicial de capital, eso es cierto. No obstante, esta inversión suele contar con un retorno importante a través de ahorros sustanciales, en poco tiempo.Así pues, con la infraestructura adecuada y el uso de datos procesables, la sostenibilidad se puede integrar en todo el ciclo de producción, desde la gestión de la cadena de suministro hasta el consumo de energía y el reciclaje.
Esto, sumado al hecho de que se estima un aumento del 50% del uso de la energía en el ámbito industrial durante los próximos 35 años, apremia a las empresas a revisar detenidamente sus prácticas actuales y centrarse en la conservación de los recursos limitados.
Dada la creciente presión sobre los recursos del Planeta y la necesidad urgente de reducir las emisiones, la transformación digital y el uso inteligente de los datos proporcionan a las empresas una oportunidad única de ser más rentables a largo plazo y se presentan como una solución para re-establecer la economía mundial sobre una base más sostenible.
Pablo Ruiz Escribano, es VP Secure Power Iberia de Schneider Electric