La tribuna
Stop desahucios en la industria española
La inacción política y empresarial ante la transformación digital es la gran causa de la desinversión industrial
No hace falta contratar un minucioso estudio a una consultora molona para saber que la inversión tecnológica en la industria española ha decrecido en los últimos dos años. Solo hay que visitar las fábricas para evidenciar esta realidad.
El motivo fundamental de esta crítica situación es la ausencia de 'directivos 4.0', de líderes capacitados para abordar los desafíos tecnológicos. Por desgracia, lo que se lleva ahora es la ignorancia compartida sobre la Industria 4.0.
La paralización de las inversiones a nivel industrial comenzó en el sector de la automoción. Son numerosos los expertos que sitúan el inicio de esta crisis en las declaraciones de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en julio de 2018. En sede parlamentaria, la actual vicepresidenta cuarta afirmó categórica y textualmente que el “diésel tenía los días contados”. Desde mi punto de vista, estas manifestaciones fueron la excusa perfecta, pero creo que había motivos más profundos que una frase poco acertada.
Otro motor de desinversión ha sido el Brexit. A este segundo capítulo de nuestro declive industrial se suman otras áreas de actividad, además de la automoción. Son muchas las empresas españolas que dependen, en mayor o menor medida, del mercado británico, pero la incertidumbre no les ha permitido acometer nuevas inversiones, no tenía ningún sentido.
A todo esto se sumaron las advertencias de ralentización del sector de la construcción, y la injustificada restricción al crédito por parte de las entidades financieras. Los economistas sabemos que los primeros síntomas de una crisis económica aparecen cuando las entidades de crédito comienzan a mostrar sus miedos. ¿Cuántas empresas han visto reducidas sus pólizas de crédito en el último año?
Hay muchos más motivos que explican la paralización de la industria española. Pero, desde mi punto de vista, la razón más importante es la inacción ante la transformación digital y la adopción de la Industria 4.0. Una inacción de carácter político y también de visión por parte de las cúpulas directivas de las empresas.
Este argumento se refuerza con una noticia que se publica mientras escribo este artículo: la resolución del Programa Reindus del Ministerio de Industria. El Ministerio acaba de conceder 221.269.159 euros de ayudas a 183 proyectos de inversión industrial. ¿Saben cuántas de esas iniciativas tienen que ver con la implementación de tecnologías para la Industria 4.0? La respuesta es muy desalentadora: tan solo tres.
La industria española tenía un reto, tenía una estrategia tecnológica. En noviembre de 2015, la entonces secretaria general de Industria, Begoña Cristeto, puso en marcha la iniciativa del Gobierno de España en Industria 4.0. En aquel momento, no hace tampoco tanto tiempo, la fórmula de financiación fue la colaboración público-privada. El Banco Santander, Telefónica e Indra ayudaron a que la estrategia viera la luz. La sustitución del ministro Soria por De Guindos dejó un tanto aparcada la iniciativa, y otros temas tuvieron más prioridad para el nuevo titular de la Cartera. El reto era facilitar la transformación digital de nuestra industria y la adopción de la Industria 4.0. Es evidente que no lo hemos conseguido.
La ignorancia compartida
La iniciativa española en Industria Conectada no ha sido prioridad en la agenda política de los tres últimos gobiernos. Pero tampoco ha tenido protagonismo en los planes estratégicos de las empresas. Los directivos no han considerado prioritario diseñar y ejecutar una hoja de ruta en transformación digital.
Por otra parte, muchos de los proyectos de trasformación que se han acometido han supuesto un esfuerzo superior a lo previsto, sobre todo en recursos humanos. También hay un grave problema de retraso en la implantación. Conozco varias iniciativas que, aún hoy, no pueden justificar el esfuerzo realizado. La variable económica es lo menos importante. Por desgracia para los proveedores tecnológicos, la inversión hasta ahora ha sido baja. Ha habido más de apuesta innovadora por parte de los proveedores, que de presupuesto por parte del empresario.
Ante este panorama tan desolador, cabe hacernos una pregunta básica: ¿por qué? Mi respuesta se resume en una frase también muy básica: “Por la ignorancia compartida”. Parece una frase dura y un tanto categórica, pero para confirmar esta afirmación tampoco necesitamos contratar un estudio de mercado. Es la realidad. Los altos ejecutivos de las empresas no están capacitados para abordar el reto de la Industria 4.0 y, así, es muy difícil que accionistas y grandes corporaciones inviertan en la transformación productiva de nuestras industrias.
La realidad que nos encontramos, cuando visitamos polígonos industriales, es que los 'héroes' de la Industria 4.0 en España financian sus proyectos a base de ahorrar pequeñas partidas del presupuesto de mantenimiento, de los servicios recurrentes y de apretar al límite al proveedor tecnológico. Lo mismo ocurre con la contratación de nuevos perfiles profesionales. Cuando preguntas "¿cómo contrataste a ese científico de datos?", la respuesta es: "Para mi dirección no es un científico de datos, es un ingeniero electrónico". Así es todo.
Estimados ejecutivos, por favor, tómense en serio la Industria 4.0. Ya sé que no se sienten cómodos protagonizando esta nueva etapa de su organización, pero es una necesidad. Solo se me ocurre un consejo: o apuestan de manera urgente por su formación, para que las empresas que dirigen puedan competir en el futuro, o dejan paso a las personas que se han capacitado en los últimos cinco años, muchos de ellos serán, probablemente, sus mandos intermedios. Si su opción es la primera, tienen una oportunidad única, este mes de marzo, en el Programa Directivo en Industria Conectada de la Universidad de Navarra y Fom Talent, que se impartirá en el Campus de Madrid. Créanme, por experiencia sé de lo que hablo y, por eso, este artículo se titula “Stop desahucios en la industria española”.
Pablo Oliete Vivas es director del Programa Directivo Industria Conectada, Universidad de Navarra - Fom Talent