La estrategia corporativa ha cambiado de la noche a la mañana de ser un proceso poco frecuente y que requiere mucha mano de obra a uno que es continuo y dinámico a medida que más organizaciones utilizan plataformas tecnológicas. Esta disrupción está apoyando un tipo de pensamiento más amplio sobre dónde competir y cómo ganar. Al mismo tiempo, está facilitando la creación de nuevos espacios de mercado en los que la competencia es irrelevante. Es decir, las plataformas tecnológicas permiten a los estrategas corporativos trabajar tanto los océanos rojos como los azules.
Recordemos que los primeros son todas las industrias que existen en la actualidad y las empresas intentan superar a sus rivales para hacerse con una mayor parte de la demanda existente. Los segundos son todas las industrias que no existen en la actualidad y las reglas del juego todavía no han sido establecidas. Los estrategas del 2021 recurrirán cada vez en mayor medida a plataformas equipadas con análisis avanzados, automatización e inteligencia artificial para identificar continuamente fuerzas internas y externas, informar las decisiones estratégicas de sus organizaciones y monitorizar los resultados.
Esta tendencia tecnológica está conectada con el corazón de la empresa y figura en primer lugar de las que ha identificado Deloitte en su reciente estudio “Tech Trends 2021”. Sin embargo, no es fácil transformar una organización incorporando las nuevas tecnologías y este reto está provocando una fractura entre las que lo consiguen y las que no.
Las empresas que están siendo capaces de incorporar el valor de los datos están en el camino de la industrialización de la Inteligencia Artificial. Esto implica integrar modelos de desarrollo de aprendizaje automático que permitirán aflorar anomalías, hacer mejores predicciones y descubrir insights sobre los que será posible innovar y tomar mejores decisiones. Esta revolución pasa necesariamente por la llamada “Inteligencia Centauro” que es la que posee una inteligencia humana potenciada por un sistema de inteligencia artificial. Asimismo, se ha observado que los modelos antiguos de datos e infraestructuras fueron diseñados para que los humanos fuesen quienes tomasen las decisiones por medio de unos procesos y procedimientos específicos que se están quedando obsoletos.
Para evitar este problema, las empresas más avanzadas están tomando medidas para alterar los datos de la gestión de la cadena de valor de principio a fin. Esto incluye el uso de nuevos enfoques para la captura, nuevas capacidades para su estructuración, novedosas técnicas de análisis para identificar conexiones inesperadas entre datos aleatorios y nuevas generaciones de sistemas de almacenamiento en la nube para dar soporte a modelizaciones complejas.
Es evidente que aprovechar estas tendencias tecnológicas suena muy bien, pero la realidad es que la mayoría de las empresas españolas las observan desde la distancia. Recordemos que las pequeñas y medianas empresas suponen el 99,8% del tejido empresarial español y están sufriendo enormemente la crisis actual. Son muchos los directivos que explican que su organización no tiene capacidad real para adoptar y aprovechar las enormes ventajas de las tecnologías exponenciales en el corto y medio plazo. Este problema está directamente relacionado con uno de los conceptos más importantes del mundo del management.
Se conoce como "ambidestreza" y plantea que las empresas deben trabajar al mismo tiempo el ciclo operacional y el ciclo innovador. Reequilibrar un desequilibrio importante entre los dos ciclos es una tarea sumamente compleja, ya que toca grandes áreas del management y la innovación. Sin embargo, la crisis actual está incidiendo en algunas de estas dimensiones y está generando cambios fundamentales en la forma en la que se realiza el trabajo. La consecuencia es evidente, las empresas pueden tomar como punto de partida los cambios que se han visto forzados a aplicar para responder a esta crisis y construir sobre ellos de cara al futuro. Esto implica ir integrando de forma paulatina las tendencias tecnológicas previstas para el 2021. Por ejemplo, adoptar nuevos datos generados por las herramientas y plataformas para optimizar la productividad y mejorar la colaboración, ya que ambas son claves para nutrir la innovación empresarial.