Ella sola es una startup, una auténtica bomba de relojería, un cohete, un terremoto del ecosistema global, no nacional. Porque Laura González-Estéfani nunca ha cerrado fronteras al crecimiento, al quick ratio, a la innovación, o a cualquier acorde que salga de la guitarra de su marido y que suene a ‘Caballero de fina estampa’, de nuestra gran María Dolores Pradera, canción sobre la que se escribe cada párrafo de esta columna para Disruptores e Innovadores.
Corredora de fondo, de inversión y de trayectoria profesional, la fundadora de TheVentureCity (TVC) tiene como fin convertir Miami en un terremoto del ecosistema startapero de habla hispana, “donde ocurran muchas de las cosas que suceden en las Américas”. El epicentro, lo tengo claro, es ella.
Llegó de Madrid a Miami tras recorrer Latam y pasar por Silicon Valley, “sólo hay uno, es irreplicable”, pero “no hay vuelos directos” y no se comprendía que quisiera vivir en el barrio chino de la cuna mundial startapera. “No quisieron alquilarnos un piso en esa zona, quería que mis hijos aprendieran chino pero no lo conseguimos, fue nuestra primera decepción”, afirma sin añoranza, mirando el mar del lugar en el que ahora habita, en el que tanto le gusta navegar junto a su familia y amigos.
Ese mar que era virgen de startups, ese mar que reclama ser el centro portuario de las navegaciones emprendedoras de habla hispana, pero también del cash que las acelera, de la pasta que Laura espera que llegue de “empresarios del norte de Estados Unidos, Latinoamérica, Europa, y de emprendedores exitosos que ayuden a los que empiezan”.
TheVentureCity y Laura González-Estefani son globales, sus visiones transgreden cualquier frontera o confinamiento: ”Creo fielmente en la descentralización del talento y los hubs de tecnología, lo importante es la materia gris del coco, no la ciudad donde vivas, el talento no tiene código postal”. Pero da la sensación de que tiene una espina clavada con nuestro país, quizás por el poco interés, alcanzando la envidia, bajo el cual gestionamos los éxitos ajenos, o quizás porque Laura es diferente, distinta, y así se siente, pero no se expone habitualmente.
Ahora que no vuelan apenas aviones, su visión internacional y digital se impone, y su sueño es más real que nunca: ser el puente conector entre Madrid (Europa) y Miami (Américas). Una visión con la que promete adelantar al más puro estilo Marc Márquez a viejos dinosaurios como los business angels o los venture capital.
Antes de hablar de sus inversiones, mejor hablar del mejor de sus exits, como ella lo califica al día que cambió su trayectoria profesional, el que encendió la mecha de la atómica González-Estefani: “Conseguir salir de Ebay, fue el Let´s go a mi vida”, emite señales de felicidad cuando lo expresa. Luego llegó su gran nave nodriza al lado de Javier Oliván: liderar Facebook en nuestro país siendo la primera empleada en España, cuando por aquellos tiempos la compañía levantaba rondas de inversión de series C, donde yo la conocí, hará algo más de 10 años, aunque su memoria repleta de hitos apenas lo recuerde. “Soy mejor persona desde que trabajé allí, he recorrido el mundo y conozco Latinoamérica gracias a Facebook”, presume orgullosa. Facebook y Javier Oliván son sello en la visión / misión de la inversora protagonista hoy de esta columna.
Con sus inversiones, Laura juega en primera división del ecosistema global. Como business angel invierte tickets, ella sola, a partir de 25.000 dólares, alcanzando ya las 25 compañías invertidas. Su récord se escribe con letras de oro, tiene dos joyas de la corona, obvia dar nombres, a las que ha acelerado con una inversión de 100.000 dólares.
Pero según me señalan fuentes del ecosistema es que si tu startup la enamora, con o sin cash, estará a tu lado como fiel (su concepto favorito) y gran aliada, y eso en el ecosistema son quilates, y eso con visión global y digital son bitcoins. De sus desinversiones no concretamos cifras en las más de dos horas que hemos compartido para preparar esta columna vía zoom. Todavía no ha recogido su mejor cosecha, eso parece claro.
Con TheVentureCity mención especial a su equipo, Santiago Canalejo, Jimena, Carlos, Roberto, Katya, Guillermo y Víctor, ha apostado ya por unas 100 startups en su casi lustro de existencia y con su primer fondo de 52,5 millones de dólares. En breve lanzarán el segundo, con una pretensión de superar la barrera de los 100 millones, siendo el foco en el que ahora su CEO, junto a Clara, su cofundadora, tiene puestas todas sus fuerzas.
¿Serán capaces? El camino está muy andado… Con la parte de aceleradora, TVC acompaña a un total de 60 startups, “repartidas en un 30% de Estados Unidos, otro 30% de Latinoamérica y otro 30% de España”, consolida González-Estéfani, con tickets mínimos de 100.000 y máximos de 1,5 millones. A partir de ahí, entra en escena el VC, el gran vehículo inversor que capitanea Laura y que alcanza tickets de cinco millones de dólares.
Entre la centena, algunas por destacar para esta columna son: el bombazo de Recargapay de Rodrigo Teijeiro; Returnly del gran Eduardo Vilar; Spotahome del superclase, “el mejor”, Alejandro Artacho; Woom, de su antigua compañera Laurence Fortinoy; Reloadly de Michael Francis; Suscrip “un golazo” de Gabriel Ayala; Meetfox de Susanne Klepsch; uSizy de Iñaki García; Fixme, de María Luque y Xandra Etxabe, e Internxt de Fran Villalba Segarra. “Hay que seguirle, le tengo en el radar”, concluye afirmando que 2020 “fue un año de muchas inversiones, siendo su venture capital uno de los fondos con mayor actividad”, y las que vienen.
Conviene encontrar a Laura en su faceta más personal para que te dedique más de 60 segundos, “tengo un limite de atención de un minuto, como me pierdas, no me encuentras de nuevo”, confiesa públicamente. Y ahí desde que tenía 14 años y bajo la marca de “fidelidad” siempre encontraremos a su emprendedor favorito, su marido Teddy, el guitarrista de sus hits preferidos, el cantautor de la familia, el capitán de su barco. “Es mi todo”, asegura González-Estéfani. Mientras, su perro Henry (“amo los animales”) se hace un hueco en el Zoom para D+I. “La pandemia me ha hecho más familiar” prosigue, “me ha venido genial para compartir más tiempo en familia”, ahora, se hace un hueco una de sus tres hijos (dos hijas y un niño) para confirmar su extraescolar de tejer de ese día, al más puro estilo We Are Knitters.
Laura González-Estéfani añora España, su familia, a su madre, que nunca quiso “una vida tan complicada”, y a su hermana Teresa, la comida y las risas con sus amigos favoritos Borja, Ana, Jaime, María, Jorge e Iñigo, pero ella sabe que es su momento profesional, el más ansiado y por eso solo mira hacia adelante y sigue la canción “en tu andar, andar, reluce la acera al andar, andar’.