El rápido crecimiento del acceso bajo demanda ha impulsado la aparición de modelos innovadores de suscripción en prácticamente todas las industrias. La movilidad como servicio (Mobility-as-a-Service, MaaS) es una de las que vienen decididas a desenvolverse en los parámetros de la nueva economía digital que llamamos Subscronomics y que plantea un importante desafío a la industria del transporte tal como la conocemos hoy.
En Europa hay ya cerca de 320.000 usuarios abonados a servicios que ofrecen pases de transporte multimodal bajo el modelo de suscripción. Para 2025 se prevé que esa cifra supere los 5,7 millones de suscripciones activas.
El transporte, ya sea privado o público es una industria de masas y fue quizás el pionero en implementar una filosofía de “all you can eat” con la implantación del abono mensual en el transporte urbano. Sin embargo, no se trataba de una suscripción por no tener una renovación automática.
El mercado de la movilidad puede reclamar una solución que aúne el transporte público con otros medios como viajes en taxi o alquiler de coches. Los proveedores deberán flexibilizar su oferta ofreciendo suscripciones diarias, semanales y anuales, para competir mejor con los abonos de temporada existentes. Con la suscripción, en un clic podremos planear nuestros desplazamientos de puerta a puerta seleccionando el medio de transporte preferido, desde bicis, patinetes, motos, coches o vuelos de avión a cambio de una tarifa recurrente.
España representa ahora el 6% del mercado europeo MaaS por suscripción. En 4 años esa cuota se duplicará hasta el 12%, con unos ingresos de casi 700 millones de euros frente a los poco más de 16 millones de euros en 2021, lo que significa, nada menos, que un incremento interanual promedio del 163% en ese intervalo de tiempo.
Uno de los principales desafíos para el sector es el precio. En comparación con el transporte público tradicional, las suscripciones pueden parecer altas, así que será importante educar en las ventajas de este modelo y ganarse la confianza en la base de usuarios para justificar sus beneficios como alternativa a la oferta tradicional. De hecho, ese camino ya se ha iniciado: conforme el modelo se vaya implantando a gran escala, el gasto medio mensual en suscripción a medios de transporte tenderá a reducirse en los próximos años, en torno a un 3%, para rondar los 107 euros mensuales en 2025 en España.
Para desarrollar con éxito la suscripción a la movilidad como un servicio eficiente, rentable y sostenible, los diferentes jugadores deberán apostar por innovar. La tecnología del dato permite personalizar las experiencias de usuario y los modelos de pago one-click, como Direct Carrier Billing son necesarios para simplificar el proceso de alta y garantizar al suscriptor una experiencia sin fricciones.
Los modelos de suscripción llevados a la movilidad como servicio exigen sobre todo repensar la relación marca-usuario. Ya no se contabilizan unidades vendidas, da igual si son coches, vuelos o patinetes. Se trata de medir el uso de las funcionalidades que cada servicio. Se contabilizan usuarios satisfechos y, por tanto, fieles a las propuestas de las marcas. De manera que, el mayor reto ahora es construir nuevas cadenas de valor en torno al ciclo de vida del suscriptor. Porque esas comunidades de viajeros serán un verdadero activo para las compañías que apuesten por la movilidad como servicio.
*** Roberto Monge es COO de Telecoming