Cuando pensamos en edificios solemos imaginar estructuras físicas: oficinas, escuelas, fábricas, hospitales… Pero estos espacios han cambiado. Ya no son sólo paredes inertes. Gracias a la conectividad de múltiples objetos y procesos, se convierten en aplicaciones vivas que aportan valor.
El sector de edificios -especialmente en el ámbito comercial, de oficinas e industrial- es de los más contaminantes, representando casi el 40% del uso final de energía y de las emisiones totales de CO² a escala global. Convertirlos en inteligentes resulta esencial para avanzar en sostenibilidad.
La UE fijó una mejora de la eficiencia energética en edificios superior al 30% para 2030, mientras el Plan Nacional de Energía estableció que España convirtiera los edificios en parques inmobiliarios altamente eficientes antes de 2050; un mecanismo clave para cumplir con la reciente Ley de Transición Ecológica que pretende reducir un 23% nuestras emisiones durante la próxima década.
La cuarta 'utility'
En los últimos años, los propietarios y gestores de edificios se han centrado en reforzar la eficiencia energética, sólo alcanzable mediante métodos más inteligentes para supervisar y controlar el consumo. Y que funcionan de forma autónoma 24×7 con una mínima intervención humana.
En el caso de Cisco -con soluciones de smart buildings que conectan millones de metros cuadrados de oficinas desde Nueva York hasta Sidney, Londres, Madrid y Barcelona-, utilizamos la red, la inteligencia artificial y la automatización para reducir el consumo energético y optimizar operaciones. Todo monitorizado en tiempo real a través de software que además ofrece datos y analítica.
Luces que se adaptan a la ocupación y hora del día, sistemas de climatización y cortinas automáticas que responden a los cambios de temperatura y la orientación solar… Todos estos dispositivos conectados del Internet of Things (IoT) se integran de forma segura, rápida y rentable en la infraestructura mediante puntos de acceso Wi-Fi y la alimentación universal por Ethernet (UPoE).
Los avances en la tecnología UPoE -que en Cisco denominamos ‘la cuarta utility’- han ampliado los terminales que pueden alimentarse y gestionarse a través de la red, incluyendo teléfonos, sensores de seguridad o sistemas de identificación y de tracking, facilitando un control programable del edificio.
Vuelta segura a la oficina
Al igual que en otros sectores, la pandemia ha revolucionado los edificios inteligentes. Aunque la sostenibilidad siguen siendo fundamental, aumenta la demanda de utilizar soluciones digitales -visibilidad de aforo, gestión de salas, equipos hotdesk…- para facilitar un regreso seguro a la oficina.
Según los datos de Cisco, seis de cada diez organizaciones han tenido a más de la mitad de la plantilla teletrabajando durante el confinamiento, y el 37% esperan mantener esta tendencia. Y aunque el 58% de los trabajadores estarán en remoto 2-3 días por semana, la mayoría de compañías mantendrán un enfoque híbrido.
Para convertir la oficina en un espacio más seguro y saludable, los dispositivos de Colaboración pueden iniciar las reuniones sin contacto (con el asistente IA de voz). Y sus sensores integrados ofrecen datos sobre nivel de ruido, temperatura, humedad, calidad del aire y uso de salas. Además, los datos que recopila la red WiFi gestionada desde el cloud ofrecen valiosas métricas sobre flujos de ocupación.
Seguridad integrada
Dado la vulnerabilidad de los dispositivos IoT -aprovechada cada vez más en los ciberataques- la seguridad debe integrarse en cada punto de red. Y dotarse de capacidades de inteligencia artificial que automatizan la detección de amenazas y la segmentación por zonas en caso necesario.
Los edificios ya no son estructuras físicas, sino aplicaciones digitales programables con la capacidad de responder en tiempo real. Optimizar espacios no significa sólo reducir metros y costes, sino también mejorar la sostenibilidad, proteger el bienestar y reforzar productividad.
El entorno de trabajo del futuro se centra en las personas y en cómo se conectan entre ellas y con el entorno. Ante un escenario cambiante por la pandemia, el trabajo híbrido y los retos energéticos, sólo los edificios que hablan y actúan -aquellos conectados digitalmente- podrán adaptarse a los cambios con agilidad, flexibilidad y rentabilidad.
*** Andreu Vilamitjana es director general de Cisco España.