Las estrellas son su horizonte, allí donde está su padre, por el que hoy llora a lágrima tendida Nacho Ormeño, allí donde comenzó a trabajar sus sueños tecnológicos, allí donde está la meta de la nave que hoy comanda, Startupxplore. Llevamos dos meses esperando esta conversación para D+I, y Nacho llega con baterías de litio.
Cosecha del 81’ (”menuda añada que compartimos Chema”), tan ingeniero como pianista, estudió ambas carreras a la vez, y pura emoción aeroespacial. Así se presenta, alzando la mano para ser el primero de la clase en este inicio de curso. Trae los deberes hechos, me mandó semanas atrás su portfolio de inversiones y nos cuenta al oído una exclusiva para corroborar el Renacimiento de la compañía: acuerdo con la Universidad Politécnica de Valencia para potenciar la inversión en investigación y ciencia, “es la asignatura pendiente, invertir en las spin-off de los centros de transferencia del conocimiento de ámbito nacional, para que tengan acceso al capital cuando más lo necesitan” define Ormeño.
Es la buena nueva que trae el líder de una las mayores comunidades online de inversores, a la que la nueva era no le ha sentado nada mal, con grandes acuerdos como el que acabamos de anunciar, afinando con sus inversiones y deslumbrando con la ‘chuleta de Startupxplore’, newsletter referente en el ecosistema. Ormeño quiere representar el despertar de un letargo de “resultados escasos”, como él mismo define, sin caretas, sin tapujos, sin pelos en la lengua.
Un punto de inflexión de nuestro protagonista de ‘Conversaciones con un Inversor’, que se inició en 2019, con la marcha de ‘el soçi’ -como a él le gusta llamarle- y anterior CEO de Startupxplore, Javier Megías, quien dejó de liderar la compañía “según sus propias palabras”, subraya Nacho Ormeño, “porque creía que si yo me ponía al frente en esta nueva etapa, podría aportar más valor a la empresa”.
Con él, Ormeño había iniciado el camino de la exploración de startups, tras una relación previa que se remonta a los tiempos es los que ambos vinculaban su carrera profesional a la carrera espacial. “Éramos muy complementarios, los fines de semana, en nuestro tiempo libre, nos dedicábamos a crear el ‘Spain startup map’, germen de lo que en 2014 pasaría a ser Startupxplore. Luego fueron acelerados por Plug and play en Valencia, donde nuestro inversor tuvo que vivir su segunda juventud en una residencia de estudiantes.
Juntos consiguieron reunir como socios a una de las mayores constelaciones de estrellas inversoras. Un equipo galáctico formado por, además de Plug and play, por Pedro Serrahima, Francisco Gimeno, Cabiedes & Partners, Yago Arbeloa, Carlos Domingo, Vincent Rosso, Javier Llorente, Andreas Mihalovits o el gran François Derbaix, “mi referente, el espejo en el que mirarme, siempre saca tiempo para ayudarte con tus problemas, aunque sean las 12 de la noche, siempre te contesta a un ‘what´s app”, le define y resalta como figura cercana a su persona. Sin duda, Derbaix, “es el ideal en cuanto a emprendedor, inversor y consejero, fundamentalmenete por el valor que aporta y por su capacidad de visualización de negocio”.
El propio François Derbaix le ha querido agradecer el detalle en este perfil de D+I. “Nacho es un buen ejemplo del dicho que ‘el hombre tiene una boca y dos oídos’ (que hay que saber escuchar más que hablar), una persona que ha sabido pasar del rol de director de tecnología al de CEO como un maestro, en Startupxplore. Gran tipo y gran emprendedor.”
Startupxplore es el vehículo de inversión de Nacho Ormeño, “no sería justo ni ético de cara a nuestra comunidad, ni a nuestros socios invertir como Business Angel a título personal, y nosotros nos debemos a nuestros inversores”. Desde 2015, han apostado por 60 startups con el resultado hasta el momento de más de una decena de errores y un exit, el de Novicap, que supuso un x5 de la inversión realizada. “Creo honestamente que llevamos poco”, afirma, teniendo claro que “fallamos porque cometimos el error de entrar en compañías tardías y no tener muy claro cuál era nuestro sitio”. Como dice Cabiedes, “los vaqueros que abren camino se llevan las flechas de los indios clavadas en la espalda”, justifica. “Se aprende a base de ostias”, sentencia.
Pero el portfolio de Startupxplore está repleto de quilates que seguro se convertirán en alegrías. Como Hannun, “espero que lleguen a Bolsa en los próximos dos años y devuelvan varias veces el capital invertido”, con su CEO, Joan Álvarez, amigo personal de Ormeño, “transmite a la perfección por qué se hacen las cosas como se tienen que hacer, tiene esa habilidad de cuestionar y ayudar al equipo a responder”. Elogios que son recíprocos, para Álvarez, el CEO de Startupxplore denota una “gran pasión y dedicación”, claro ejemplo de ello, el día que se lanzaba Startupxplore, “estuvo 35 horas seguidas trabajando”.
Otros emprendedores a tener en cuenta son Javier Jiménez y Javier Pérez, cofundadores de Tot-em, “me flipa que con esa juventud hayan sido capaces de estudiar la carrera mientras creaban una compañía con Ebitda positivo y tasas de crecimiento anual superiores al 50%, son el prototipo de emprendedor”. O Tuvalum, que “nos prometieron que pelearían por devolvernos varias veces el capital invertido y en ello están, creciendo en ventas y con buenos vientos de cola".
Por destacar, Ormeño no quiere dejar fuera de la terna a Roger Checa, CEO en NB-RIC, “que tiene una gran visión a largo plazo y una excelente manera entender cómo tiene que dirigir su empresa”. O Malferida, reciente apuesta de Startupxplore, con su CEO Lucía Mompó, a la que tanto él como yo admiramos, y que “es una ‘niña’ capaz de liar a todo su entorno para conseguir un proceso productivo de una bebida y llevarla a los supermercados”. O por último, también, los amigos de Dudyfit, “un equipo tan complementario, con tantas habilidades y capacitados para crear un producto único”.
“Nos queda mucha guerra por dar”, afirma el inversor protagonista de hoy, que asegura estar viviendo su “mejor momento profesional, ahora que todas las piezas encajan”. “Hemos tratado de profesionalizar el proceso de inversión, analizamos por qué llegan esas oportunidades y tenemos claro que no invertimos en compañías endeudadas en fases iniciales, ‘enisas’ incluidos sin capacidad de repago, o en fundadores con salarios altos desde los inicios”. Como ejemplo “nos llegó una startup del País Vasco (no da nombres), que buscaba 300k de inversión en fases iniciales y sus socios tenían un sueldo de 100k anuales”, como las meigas.
No se puede entender un ecosistema innovador, protagonista de la sociedad actual, sin uno de sus actores cofundadores, Startupxplore, con la necesaria visión que tiene hoy su CEO que se declara “firme creyente de que una de las mejores formas de generar prosperidad pasa por poner a trabajar ahorro privado en proyectos empresariales que merezcan la pena ser financiados”, y más en un país como España en el que “existen más de 900 mil millones de euros en depósito bancarios con tipos de interés del 0% o negativo”.
Un perfil el de Nacho Ormeño cuya carrera profesional siempre ha estado vinculado a la tecnología, trabajando en proyectos vinculados al sector aeroespacial a través de GMV, y desarrollando proyectos de navegación por satélite para la ESA (European Space Agency). Su esencia llega de su herencia, su padre, que falleció por un linfoma en 2012, es por el que hoy, a través de una pantalla y el software de moda pandémico, Zoom, llora y ríe a la vez, “fue mi ejemplo a seguir, vino a Madrid a trabajar en tecnología y yo seguí sus pasos”, es su referente.
Entonces es cuando aparece el pianista, el Nacho más sentimental y personal, el que se crió en los Capuchinos de Usera (Madrid) y te manda una foto de un árbol que plantó en el colegio y que hoy es robusto y grande. Ese Nacho padre de dos mellizas de cinco años y de un bebé de un solo año “por los que doy la vida”, y los que entienden que el trabajo de papá es hacer "muchas llamadas y ver muchas caras en el ordenador”. O ese Nacho comprometido con su mujer Patricia Ferre, “mi ancla, la que me hace aterrizar cuando vuelo o la que me empuja cuando más lo necesito”. “A Nacho le encanta cada noche contarme la felicidad de la gente que ha conocido, lo que luchan por su empresa”, añade ella.
Esa persona tan cercana, ferviente devota de la gastronomía, como catador que te recomienda un cocido madrileño en la Cruz Blanca de Vallecas, o como sobresaliente chef que te aconseja para los inversores españoles “una cocina tradicional para compartir y no irse fuera, como pudiera ser un cordero o unas fabes con almejas”.
Ese pianista que finaliza una emocionante y amena charla de dos horas tocando ‘Somewhere over the rainbow’, imaginando un mundo sobre el arco iris en el que los problemas no existen.