El papel y el peso de las mujeres dentro de la ciencia e innovación es incuestionable, sin embargo aún sigue existiendo un grave problema para conseguir llegar a las más jóvenes. Y los datos así lo demuestran. Según un informe realizado por la Unesco, en 2021 el 35% de los matriculados en carreras STEM (Science, Technology, Engineering & Mathematics, por sus siglas en inglés) fueron mujeres, un dato que evidencia la brecha aún existente en este tipo de carreras. En el caso de España, el porcentaje se reduce notablemente al 13%, a pesar de que las mujeres representan el 55% del alumnado universitario, según se desprende de otro informe de la Organización de Estados Iberoamericanos.
El origen de la denominada brecha STEM refleja un problema de presencia y también de visibilidad y reconocimiento. Hay mujeres expertas en ciencia, en innovación, en matemáticas, en aeronáutica y sin embargo, no siempre son las elegidas para participar en foros o compartir experiencias en algún reportaje en un medio de comunicación. En la historia contamos con grandes personalidades femeninas que han marcado un antes y un después en su disciplina y que, por cuestiones de género, no solo no han recibido el reconocimiento merecido, sino que han tenido que ver como sus colegas masculinos se atribuían el mérito. Este fenómeno, bautizado como “efecto Matilda”, ha perjudicado a grandes científicas como Marie Curie, Hipatia de Alejandría, Nattie Stevens o Lise Meitner.
Esta realidad, no solo afecta al ámbito de las ciencias, sino que puede ser extrapolado a otros entornos. Tanto es así que el ámbito de la comunicación, en el que aparentemente hay más presencia femenina, las mujeres no siempre son consideradas expertas en tecnología o telecomunicaciones. En este sentido, de acuerdo con un estudio de ONTSI y el Instituto de la Mujer, tan solo 2 de cada 10 empleados en el sector de las tecnologías de la información son mujeres y rara vez se las representa como expertas en su campo.
Precisamente por este motivo nace hace un año el think tank Margarita Bly, para promover la igualdad en el periodismo y en los departamentos de comunicación vinculados a la ciencia, la tecnología y la innovación. A través de este think tank, queremos ser un altavoz para todas aquellas mujeres que tienen dificultad para conseguir oportunidades y el reconocimiento que se merecen, y para contribuir a un futuro más equitativo, fomentando una orientación hacia el ámbito científico-técnico y de innovación en las futuras profesionales.
En tan solo un año de vida, hemos asentado nuestras bases con más de 50 miembros, poniendo en marcha los canales y plataformas de comunicación y organizado debates/diálogos con profesionales del sector para abordar los retos y las oportunidades que tenemos por delante. Necesitamos un espacio para contar las historias de las profesionales dedicadas al ámbito de la tecnología y la ciencia, para dar visibilidad y para inspirar a todas aquellas niñas que sueñan con entrar en este apasionante mundo cuenten con referentes y el apoyo que se merecen.
Se trata de impulsar un cambio estructural necesario y justo para las próximas generaciones y no hay otra forma de hacerlo que no sea desde los cimientos. De esta manera, consideramos que es imprescindible llegar a las más jóvenes y, por ello, nuestro siguiente paso consiste en aproximarnos al entorno universitario, uno de los principales espacios donde queremos dar a conocer la labor del think tank. Este importante hito se realizará durante la celebración de la Semana de la Mujer en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid.
Está claro que las estudiantes necesitan estímulos que las acompañen en su vocación, pero también es clave suscitar esa pasión e interés entre las que aún no lo sienten. En este sentido, dar visibilidad a todas las investigadoras, ingenieras o comunicadoras es determinante para poder crear referentes y así generar esa admiración tan necesaria para materializar nuestro propósito.
Aún queda camino por recorrer sin duda. Sin embargo, el espíritu de superación y de reconocimiento nos mueve a muchos profesionales, mujeres y hombres, que apoyamos personalmente esta labor.
Gracias a todos los que lo hacéis posible. Es tarea de muchos y estamos convencidos de que un futuro más equitativo y diverso en el ámbito de la comunicación y el periodismo de ciencia, innovación y tecnología es posible!
*** Maria Luisa Melo es presidenta del 'think tank' Margarita Bly