Aparatos electrónicos para sanidad.

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La tribuna

Salud Digital en Navarra: reto y oportunidad para una asistencia más inclusiva

J. C. Cigudosa G. M. Garmendia
10 marzo, 2022 02:04

La Organización Mundial de la Salud define la Salud Digital como la incorporación de tecnologías de información, digitalización y comunicación (TIC) a los productos, servicios y procesos de atención sanitaria.

De un modo más comprensible, aprovechar el desarrollo tecnológico e informático para que los profesionales sanitarios tengan mejores recursos para atender a las personas.

Pongamos algunos ejemplos para conocer mejor lo que supone hacer realidad la Salud Digital. La telemedicina, uno de ellos, nos permite realizar consultas en las que un paciente y su médico no tienen por qué estar en la misma habitación.

Un especialista del Hospital Universitario de Navarra nos puede atender, sin salir de su despacho en Pamplona, en la consulta del médico de familia de un Centro de Atención Primaria de un pueblo del Pirineo. Allí profesionales y pacientes tendrán accesibles sus datos e historial clínico con las últimas analíticas y podrán plantear los siguientes pasos del tratamiento.

Otro ejemplo proviene del término Internet de las Cosas (lo verán escrito como IoT, de sus siglas en inglés), seguro que les suena. En este caso, la tecnología digital se instala en dispositivos sencillos en los pacientes (brazaletes, colgantes, etc.) y nos permiten controlar de forma continua, desde los centros de salud, la presión arterial o la temperatura de una persona sin que salga de su domicilio.

Y un último ejemplo, no está muy lejos el día en el que, cuando vayan a recetarnos un tratamiento para una enfermedad, el o la médico tenga a su disposición, en su ordenador, datos de nuestros genes (que son únicos y particulares para cada persona) para ver cuál es el mejor medicamento compatible con nuestra genética y en qué dosis debe prescribirlo, algo que se conoce como Medicina Personalizada.

En definitiva, la Salud Digital sitúa de una forma directa a las personas en el centro de su actividad, ofreciéndoles un servicio cercano, permanente y preciso, haciendo uso de las más avanzadas tecnologías de la información, exprimiendo el uso de los últimos recursos de la digitalización, la ingeniería de datos y la conexión global, poniendo en contacto comunidades y recurriendo a la ciencia más actual.

El éxito o el fracaso de una aplicación, servicio o sistema se mide por su volumen de uso o aceptación por parte de la comunidad a la que se dirige. La razón del triunfo de la mensajería instantánea, de las plataformas de televisión a demanda o, por ejemplo, de la banca electrónica ha venido dada por la adopción, más o menos espontánea, de la población a la que estaba dirigida.

De esta forma, todos estos servicios han cubierto una necesidad, creada o no, de comunicación, ocio y servicio, que, sin duda, han dejado fuera otros miles que no supieron encontrar o idear carencia alguna.

Cerrando el año 2017, en lo que es -y será- la puerta de entrada a la Salud Digital de Navarra, la Carpeta Personal de Salud (CPS) sumaba 6.873 personas registradas, más o menos un 1% de la población.

Cuatro años después, y con los datos de evolución certificados, el número de altas en 2021 ha sido de 330.720 personas, lo que supone un acumulado de 443.497 altas únicas o, lo que es lo mismo, el 67% de la población de Navarra. De estos, 413.650 son usuarios activos, un 63% de los 661.537 habitantes que el Instituto Nacional de Estadística (INE) contabilizaba en la Comunidad Foral en 2021, año en el que realizaron 9.406.671 consultas digitales.

Dos de cada tres usuarios de la sanidad pública de Navarra tienen acceso -y acceden- a los servicios digitales que hoy se ofrecen desde la Carpeta Personal de Salud. De esta forma, se facilita el acceso a su información clínica, pruebas diagnósticas, solicitud de citas, vacunas, ayudas, certificados o voluntades anticipadas, entre otras.

Esa misma plataforma, la Carpeta Personal de Salud, será la que en breve incorpore los servicios de Salud Digital que comentábamos al inicio de este artículo, y que permitirá a los pacientes, en un entorno ya conocido y del que es usuario activo, acceder a la Teleconsulta, la Telemonitorización o los Telecuidados, avanzando en la delicada recolección de datos para llegar a la verdadera Medicina Personalizada.

De la misma forma, los profesionales de la salud podrán colaborar, contrastar y compartir lo que consideren con homólogos y especialistas del propio sistema regional o de cualquier otro punto exterior.

Todo un mundo de oportunidades que definitivamente llegan para quedarse con el patrocinio de la enorme aceptación que ya tiene entre aquellos que marcan, como decíamos, el éxito o el fracaso: las personas, los potenciales usuarios.

La Salud Digital no viene a sustituir ni a la atención primaria presencial ni a la especializada. Viene a apoyarla, complementarla, hacerla más eficaz y a poner a disposición de los pacientes los últimos avances para mejorar en el seguimiento, la monitorización, la personalización y, definitivamente, en la atención sanitaria.

Asimismo, se amplía hasta el infinito el concepto de "universal" que acompaña a nuestro sistema sanitario, permitiendo el acceso con independencia del punto en el que te encuentres, posibilitando el seguimiento en remoto las 24 horas del día y atendiendo al paciente como ‘individuo único’ -con todo lo que esto supone para la vertebración, lucha contra la despoblación o la igualdad de oportunidades.

De la misma forma, la digitalización que viene asociada marcará un antes y un después en mejoras en la prevención, diagnóstico y tratamiento de nuestras enfermedades. Mejoras derivadas del empleo de la ingeniería de datos que nos abren las posibilidades que ofrece la inteligencia artificial. Y permiten cristalizar, en suma, la Medicina Personalizada de Precisión.

La plataforma de la nueva forma de entender la atención asistencial sanitaria está asentada. La población ha adoptado el servicio como propio y el éxito, esta vez sí, está asegurado. Es verdad que ha tenido que venir una pandemia para que esto ocurra.

También es cierto que hubiera sucedido de igual forma, aunque la ralentización hubiera sido tan fuerte que es difícil cifrar en lustros el avance digital al que las personas se han sumado durante la pandemia.  Aprovechemos el momento y el escenario que se abre.

Tenemos claro que la transformación digital de la sanidad debe estar, sobre todo, al servicio de las personas, implicar a cada individuo en el cuidado de su salud, y traducirse en reforzar la relación paciente-profesional y profesional-profesional como elementos centrales en la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad y la asistencia sanitaria.

En ese sentido, los próximos años serán, sin duda, los años de la adopción definitiva de la Salud Digital por la sanidad pública. Este cambio sustancial por su volumen, calidad y, desde luego, por su carácter universal, marcará el camino, la nueva forma de entender la atención y, como no, el trazado que deberá seguir en el futuro asistencial de todos.

***Juan Cruz Cigudosa es consejero de Universidades, Innovación y Trasformación Digital del gobierno de Navarra, y Guzmán Miguel Garmendia es director general de Telecomunicaciones y Digitalización del gobierno de Navarra

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