La llegada de internet allá por los años 90 del siglo pasado nos pareció uno de los avances más impresionantes que la humanidad iba a presenciar. Desde el primer momento, parecía claro que internet se convertiría en una de las tecnologías disruptivas más importantes, pero, poco a poco, con cada pequeño avance y cada pequeña innovación potenciada por su uso, la red de redes nos ha ido sorprendiendo cada día un poco más.
Internet ha irrumpido en nuestras vidas cambiando la manera en la que hacemos las cosas hasta el punto que, algunas de las generaciones más jóvenes son incapaces de imaginar su vida sin ella. Desde el punto de vista empresarial e industrial, su presencia es incluso más fundamental, el año pasado el 56% del tráfico de datos a nivel mundial estaba generado únicamente por seis grandes empresas tecnológicas.
Personalmente, me resulta imposible imaginar cómo una empresa del tamaño de Entelgy podría funcionar sin internet. La Inteligencia Artificial, la Robótica, el Big Data o el trabajo en Cloud, son algunas de las herramientas digitales que han surgido, o evolucionado, gracias a internet y que han irrumpido en el panorama corporativo para convertirse en imprescindibles en determinados escenarios y procesos de negocio.
El futuro es prometedor ya que parece más que probable que internet siga desarrollándose cada vez más y más rápido, y es difícil hacerse una idea de hasta dónde va a llegar. De momento, nos mantenemos expectantes con su próxima etapa 3.0 y la evolución de la web semántica a la web automatizada.
Sin ir más lejos, una de las tecnologías más esperadas es el despliegue de la tecnología 5G. Esta red de quinta generación permitirá la conexión de millones de dispositivos, hacer mediciones de cualquier proceso, tanto en la industria como en las ciudades y los hogares, controlando los procesos de forma autónoma y llegando a hablar de ciudades, vehículos e industrias conectadas.
Según la Comisión Europea, las tecnologías 5G serán una realidad a nivel europeo para 2030, sin embargo, como comentaba, el desarrollo de internet es imparable, y mientras la quinta generación de redes comienza a implantarse, algunos de los gigantes tecnológicos ya comienzan a hablar de la llegada de la sexta generación de redes.
China ya ha lanzado un satélite 6G al espacio, y empresas del calibre de Samsung están a la cabeza en investigación relacionada con ella, marcando la fecha de llegada en 2028.
Tecnología inclusiva y sostenible
Aún no sabemos mucho de la tecnología 6G, pero lo que parece claro es que ofrecerá unas velocidades nunca vistas. De ella se espera que permita el desarrollo de aún más aplicaciones que, hasta hace no mucho, parecían de ciencia ficción, como los hologramas de alta definición o una realidad extremadamente inmersiva.
Pero también se espera que sea una tecnología más inclusiva y más respetuosa con el medio ambiente. Inclusiva porque sus señales electromagnéticas podrían llegar hasta regiones donde hasta ahora ha sido muy complicado y caro llegar con las redes móviles convencionales; y respetuosa con el medio ambiente gracias su baja latencia, que hará más eficientes las aplicaciones, y por lo tanto reducirán su consumo energético.
También parece muy real la llegada del metaverso, ese entorno virtual que sirve como punto de encuentro de personas y organizaciones en el que muchas empresas ya están trabajando. Aún así, el metaverso ya existe si le preguntamos a cualquier joven consumidor de juegos online, aunque se espera que sea algo más complejo que entrar en un entorno onírico e irreal.
El metaverso vendrá de la mano de la Web3, una red abierta que busca romper con la descentralización, cediendo a los usuarios el control y todo ello posibilitado por el blockchain. En este nuevo entorno, los usuarios son dueños de sus datos y participan en él gracias a que poseen activos digitales (tokens) o criptomonedas, que actúan como protocolo de cambio.
Según Gartner, no se espera que la tecnología de la Web3 llegue hasta el final de esta década, pero, cuando eso ocurra, nuestra manera de interaccionar con internet cambiará. Las plataformas, los servidores y las autorizaciones centralizadas desaparecerán como gestores de internet y serán los mismos usuarios quienes se conviertan en dueños de su entorno virtual.
A nivel empresarial, se espera que sean las grandes tecnológicas las que recojan el primer impacto económico, beneficiándose de la creación de nuevos modelos de negocio, entornos y plataformas de encuentro.
A pesar de todo lo que está por llegar, no debemos olvidarnos del trabajo que todavía nos queda con las tecnologías actuales. En este Día de Internet dedicado a la inclusión tecnológica de las personas mayores, no podemos olvidarnos de que internet no tiene sentido si no estamos todos.
Fomentar una conectividad inclusiva y asequible para todas las personas es nuestro reto más inminente, pero lo cierto es que, el futuro que internet nos propone es realmente favorable en todos los niveles.
*** Miguel Ángel Barrio es Director Desarrollo Negocio y Transformación de Entelgy.