Es madre de familia emprendedora. Es madre de emprendedores. Es madre de muchos bebés. Es madre y cofundadora de varias compañías. Es madre de sus grupos de amigos, quien lidera, a quien todos acuden. Es madre de la conciliación laboral en nuestro país, es la madre de las Baby Friendly Companies.



Es pasión, es devoción, es pura entrega, es darlo todo las 24 horas del día, es fuego, es brindar cada día, es un “hay que celebrarlo todo” que dice ella. Es un “digo lo que siento, aunque con el paso del tiempo he aprendido a cuándo y cómo hay que decirlo”. Es Elena Gómez de Pozuelo (Barcelona, 1963) es un tsunami legendario, un latigazo sin fatiga, un sello con garantía irrefutable de más de tres décadas dedicadas al mundo empresarial.

La vida profesional de Gómez de Pozuelo es tan extensa como un menú de estrella Michelín. Muchos platos, numerosos bocados de sabor a éxito y siempre compartiéndolo con la mejor compañía, amigas, hermana, hijos… También algún plato indigesto, claro que sí, pero, ¿quién no lo ha tenido? A cada palo, Elena se crece. A cada astilla, Elena resurge con su implacable sonrisa.

La conciliación laboral es el plato principal de su menú, de siempre lo ha sido, pero desde que creó Bebé de París, Elena evangeliza en las grandes empresas el método que evita la fuga de talentos. Es a través de Baby Friendly Companies, un código ético en el que las corporaciones están comprometidas, entre otras cosas, a apostar por el teletrabajo en los casos que se pueda, o a dotar de horarios flexibles a sus empleados.

Elena Gómez del Pozuelo, emprendedora e inversora, y CEO de la empresa Bebé de París.

Nuestra inversora protagonista de hoy tiene clara su apuesta por las personas, “nos gusta trabajar con compañías cuyo cuore son la gente que trabaja en ellas, aquellas que festejan cuando un empleado tiene un hijo”, y así, son más de 225 las que han recibido el sello Baby Friendly Companies. “¿Cual se te viene a la cabeza Elena?” “Nestlé, Alliance, AXA, Seat, Deloitte, Cuatrecasas, PwC, EY… “

La idea llegó de Bebé de París. “Vimos que además de regalos para sus recién nacidos, las empresas podrían hacer algo más por sus empleados”. Y así fue. Dicho y hecho. Mano a mano con Sara Fernández de la Aldea, su socia y amiga personal “de toda la vida, nuestras madres eran amigas de antes”.

Elena en llamas, “el secreto de llevarnos bien es que estamos a 600km de distancia, ella en Madrid y yo en San Cugat”. Se sincera “hemos tenido peleas legendarias y vivido muchos baches, pero con el tiempo aprendes a decir mejor las cosas, a comunicarte”. Destaca, “lo importante es compartir los mismos valores en torno a lo que significa el dinero y el trabajo, a saber delegar, y a tener el mismo valor del trabajo”.



Para Sara, su compañera en el viaje a París, Elena es “buena persona, empática, leal, tenaz y perfeccionista”, y considera que la clave de la relación entre ambas está en “la sinceridad, compartir afinidades y tener gran sentido del humor”. Juntas han compartido negocio y viajes, como aquel en el que a su llegada a la ciudad de Shangai intentaron viajar en metro sin conocer el idioma. “Elena lo solucionó en un minuto hablando con unos australianos, ella no conoce ni el miedo ni la pereza”, relata la cofundadora de Bebé de París.

Su nombre, y sobre todo su apellido, siempre será reconocido en el ecosistema empresarial de nuestro país por su cercanía y apoyo al desarrollo profesional de la mujer. “Soy feminista, pero no de las de ahora, nosotras somos inclusivas”, puntualiza, “el feminismo es la igualdad de oportunidades, y creo en eso, salvo cuando se es madre, que un 70% de las mujeres frenan o dejan de lado su carrera profesional y hay que ayudar a frenar esta desigualdad”.

Ella como presidenta, junto a su hermana María, comparte con letras de oro el apellido de Womenalia, la mayor herramienta de empoderamiento femenino en el ámbito profesional que se ha creado en nuestro país.

“Al principio fue un boom donde en 2014 llegamos a tener más de 200.000 socias y 45 empleados”, recuerda con entusiasmo los inicios, pero muchos han sido los baches. “Pasamos por el valle de la muerte” a los que se han tenido que enfrentar en todo este tiempo. “Mi hermana ha aprendido a ser fuerte y no fiarse de todo el mundo”, afirma, protectora, Elena.

Juntas han remontado el vuelo de una compañía que ahora crece doblando facturación cada año. “María es mi debilidad después de mis hijos, nunca nos enfadaremos por dinero. Ha cambiado mucho, ahora tiene los pies en el suelo, me regala mucho amor, siempre está ahí”, se emociona con ojos vidriosos, en el instante en el que recuerda el camino andado de su mano.

María Gómez de Pozuelo también ha querido participar en este homenaje a Elena. “Ella es mi amiga, mi segunda madre, mi socia, es muy generosa, con mucha voluntad e ideas muy claras”. Es por whatsapp lo que me cuenta pero no dudo de sus ojos vidriosos en este momento. “Hemos sufrido mucho pero también hemos aprendido a trabajar la una con la otra, con acuerdos bonitos sobre el respeto entre ambas (y con coach incluido)”.

La venta de sus dos primeras compañías Secretariaplus y directivosplus, en las que sacó de rédito un x10 en 2007, la llevaron a apoyar a otras startups como business angel al más puro estilo smart money, yo me remango, y contigo hasta el final.

Inversora “con tickets de hasta 400.000 euros”, Elena Gómez de Pozuelo, se fía “más de las personas que de la idea de negocio” y nunca más invertirá en “negocios creados por cofundadores que son pareja, porque si se separa la pareja, la empresa se va a la porra”.

Su joya de la corona es Cocunat, el exitoso ecommerce de cosméticos naturales que lideran Sara Werner e Ignasi Font. Con un exit parcial, “vendí y recuperé un x10 de lo invertido”, Elena destaca “el gran conocimiento de Sara como inventora del producto de cosmética natural” y el “gran tándem” que forma junto a Ignasi, “que es pura tecnología y marketing online”. “Confío en el éxito absoluto de esta empresa” a la que guarda tanto cariño y algo de equity.

QAShop, vendida a Vente Privee en 2018, supuso la consolidación de Elena como una de las mujeres referente de la inversión en startups. “Ahí estábamos varios inversores, como Carlos Blanco, y logramos hacer un exit de un x2,5 en tan solo 3-4 años, gracias a la buena labor de su fundador, Juan Macías”.

El propio Blanco, al que ambos estimamos, fue la persona que le llevó a invertir en Go–PopUp, liderada por David Pérez, que “la está sacando adelante tras una fusión con una compañía alemana”. Nuestra BA de hoy también tiene puestas muchas esperanzas en el futuro de la entidad a la espera de un retorno importante.

Pero como siempre ha pasado en la carrera de nuestra protagonista de hoy en ‘Conversaciones con un inversor’, no todo son rosas en el camino. De todas sus invertidas, dos han pasado a mejor vida. En el caso de Brainsins, Elena guarda muy buena relación con sus cofounders “era un equipo muy bueno”, señala.

En Holaluz, Elena Gómez de Pozuelo es accionista. “Conocí a Carlota hace siete años y su evolución ha sido increíble, me considero muy buena amiga de ella, están realizando un trabajo enorme, cuando salieron a Bolsa me hizo mucha ilusión”. A ambas, a día de hoy además les une un grupo de empresarios denominado en WhatsApp como Forum Berlín, que reúnen mensualmente.

Entre los miembros podemos encontrar a la propia Carlota Pi, fundadora de HolaLuz, a José Manuel Villanueva, cofundador de Privalia, a Íñigo Cavero, cofundador de i-neumáticos y Cafler, a Iñaki Ecerrano, Fundador de Trovit y partner de All Iron, a Timo Buetefish Fundador de Cooltra, o el mismísimo Didac Lee, inversor, cofundador de Galdana Venture y referente indiscutible en marketing deportivo.

Elena señala a Didac “como su hermano pequeño, una persona maravillosa, un amigo para toda la vida”. No tarda Didac Lee más de un minuto en escribirme por WhatsApp no para hacer su columna que la tenemos pendiente, sino para engrandecer la figura profesional de nuestra inversora.

“Puedo ser poco objetivo, pero para mí Elena, además de una grandísima empresaria y persona a quien acudo cuando tengo algo que me preocupa o me siento perdido y siempre me ayuda, tiene mucha sabiduría y humanidad”. Juntos, hasta han conducido un Alfa Romeo Lambretta rojo de época por el centro de Roma… “Que se nos calaba cada 2x3”, auténtico Didac como siempre.

Es cofundadora y miembro del Consejo de Administración de compañías que comparte con su gente más cercana, como en Inesdi e Incipy, que cofundó con Juana Sánchez, Mireia Ranera o Juan Azcárate. O ahora con Canamedics, su sueño familiar, cofundada junto a sus hijos, “que son los miembros administradores y que están sabiendo lo que es emprender”, y su marido, “que si hemos podido emprender en casa es gracias a su apoyo incondicional tanto moral, como económico”. Sonríe.

Con ellos espera con ansia el viaje familiar de cada verano, “nos vamos juntos 15 días al año de vacaciones”. Hasta entonces seguirá dando sus paseos por el monte barcelonés, siempre a partir de las 7:30 de la mañana, “hora en el que la naturaleza está en pleno despertar y te transmite mucha energía positiva”. Ahí está Elena, dando ejemplo.