La sociedad española en su conjunto ha protagonizado en los últimos años un salto cualititativo en la necesaria, y aún no conseguida, igualdad real entre hombres y mujeres. Son muchos los ámbitos en los que actuar para resolver un problema que hunde sus raíces en diversas rémoras sociales y económicas que arrastramos desde el pasado.
El problema es complejo, poliédrico, con muchas aristas y no hay varitas mágicas para resolverlo. Hemos avanzado, todas y todos lo sentimos, pero también somos conscientes de que hay cosas que se nos escapan. Y hay que ahondar y profundizar en los detalles si queremos algún día dejar de hablar de estas cuestiones porque se haya alcanzado la igualdad plena.
En materia de emprendimiento se han dado pasos importantes en los últimos años, pero todavía hoy la sensación es agridulce. Según el último informe especial 'Global Entrepreneurship Monitor' (GEM), la brecha entre hombres y mujeres se ha reducido un 36% en una década. Aún así, la tasa de actividad emprendedora femenina está en el 4,7%, por debajo de la media europea que alcanza un 6,3%, y si se mide en propensión a emprender en el futuro estamos peor, pues ni siquiera alcanzamos la media europea (5,7% frente a un 12,4%).
Existen muchos análisis sobre las causas que están detrás de estos datos que nos hablan de distinta percepción frente al riesgo, de la autopercepción de las propias capacidades por parte de las mujeres emprendedoras, de las distintas motivaciones que pueden tener las personas en los países (con una gran variedad en función de la sociedad que se analice) y los obstáculos a los que se enfrentan, tanto los que son compartidos con los hombres, como aquellos que atienden casi exclusivamente al hecho de ser mujeres.
Como señalaba al principio, nos encontramos ante una problemática de múltiples caras, múltiples causas y donde es difícil tener una respuesta unívoca para cada elemento a considerar. Pero debemos perseverar.
El sector público está haciendo diferentes esfuerzos que van en la buena dirección. Cabe citar el programa de emprendedoras del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital (operado por ENISA), dotado por primera vez con 51 millones de euros, y que a fecha de hoy ha impactado ya en 100 proyectos de emprendedoras por un valor global de 16 millones de euros.
El objetivo de este programa es impulsar la creación, el crecimiento y la internacionalización de proyectos de emprendimiento liderados por mujeres. También merece destacarse el programa 'The Break', de atracción del emprendimiento femenino, impulsado por el Ministerio de Industria a través de la Escuela de Organización Industrial.
Un proyecto que utiliza 10 millones de euros de los Fondos Next Generation que pondrá en contacto a 833 emprendedoras con el ecosistema empresarial español para establecer relaciones comerciales con entidades españolas, y también favorecer el retorno de talento femenino español a nuestro país.
En el sector privado existen diversos programas y acciones, y también asociaciones que trabajan con este propósito. El próximo 19 de noviembre se celebra en todo el mundo el Día internacional de la mujer emprendedora con el que se quiere visibilizar a las mujeres que están emprendiendo. Durante los días anteriores y posteriores a esa fecha vamos a tener la oportunidad de disfrutar de eventos, de leer informes y de debatir sobre este enorme reto social.
Desde la Asociación Española de Startups queremos contribuir a este cambio y a este reto social, y para ello nos hemos aliado con Women in Tech para lanzar la primera aceleradora de talento femenino. Así nace Women Startup Awards, con un objetivo claro y rotundo: rendir homenaje a las mujeres que están rompiendo barreras y moldes en el emprendimiento, celebrando con ellas un encuentro para debatir, para encontrarnos, para sumar energía y esfuerzos, para visibilizar todo lo que hacen y también para aprender de lo que todavía son carencias inasumibles en una sociedad igualitaria.
En el transcurso de este evento, que se celebrará el próximo día 17 de noviembre, entregaremos galardones a diferentes mujeres que hayan sobresalido en cuatro grandes categorías: startup, scaleup, en inspiración y en disrupción. Los premios serán otorgados por un jurado profesional y se podrá proponer a candidatas en la web womenstartupawards.es hasta el próximo 31 de octubre. Animo desde estas líneas a todas las personas a que presenten candidatas en las diferentes categorías.
Somos conscientes de que queda mucho por hacer. Durante esos días de noviembre, oiremos y leeremos muchos contenidos en torno a las mujeres y al emprendimiento. Pero siempre, año tras año, queda la sensación de que falta algo, de que no conseguimos activar todas las palancas adecuadas.
Por eso no queremos que los 'Women Startups Awards' se reduzcan a un día de celebración y de evento (que también es necesario: la empatía es un valor tan determinante como puede ser cualquier otra variable utilitarista), sino que, por el contrario, se conviertan en la primera piedra para impulsar un gran proyecto de aceleración de proyectos emprendedores liderados protagonizados por mujeres. Ese será el leitmotiv del evento y de los siguientes meses de trabajos y tareas.
Desde un punto de vista muy personal, me quiero unir a esa gran conversación que se va a producir en nuestro país, y, humildemente, creo que tenemos que ir mucho más allá de los informes y de las grandes palabras. Estos informes son necesarios, imprescindibles, diría yo (sin ellos no tendríamos datos, ni valoraciones, ni estadísticas), pero no suficientes. Hay que ir a la raíz del asunto.
Tenemos que hablar y discutir con las mujeres de todas las edades, allí donde se encuentran: en los institutos, en las academias, en las universidades, en las pymes, en sus casas, en definitiva, en todos los espacios. El gran discurso y los grandes planes y programas siguen siendo necesarios, pero hay que aterrizarlos, tienen que encarnarse en todas y cada una de las mujeres que tengan en mente emprender o poner en marcha un negocio o una idea.
Sólo después de hablar con ellas, de entender sus razones y valorar sus opiniones, sabremos reconocer el conjunto de necesidades para diseñar políticas públicas y proyectos del sector privado que aborden —en común y en formatos de colaboración público/privada, pero también por separado— el conjunto de retos a los que nos enfrentamos como país para avanzar de manera decidida y esta vez sin retrasos, y sin excusas, en esta cuestión de enorme relevancia social y económica.