Es altamente probable que hayáis oído hablar de ChatGPT porque se ha convertido en el tema de conversación recurrente – superando incluso a ESG, en general, y a la sostenibilidad, en particular –.
Los humanos somos increíbles, desde noviembre de 2022 hemos pasado de no tener ni idea de qué era la inteligencia artificial generativa a dictar sentencias sobre su efecto en el mundo.
Hay quien dice que es el principio del fin, otros lo ven como una nueva herramienta que combinada con otras revolucionará muchas industrias y otros, como no, se apuntan al negacionismo porque no entiende nada.
Por cierto, para las personas que no estén muy familiarizadas con ChatGPT, es un bot conversacional de inteligencia artificial desarrollado por OpenAI que se ha ajustado utilizando técnicas de aprendizaje tanto supervisadas como de refuerzo.
Y si os pica la curiosidad sobre las siglas GPT, os diré que he aprendido que vienen de que ChatGPT es miembro de la familia de modelos de lenguaje de transformadores preentrenados generativos (generative pre-trained transformer = GPT).
Pues bien, no voy a enumerar la inmensa cantidad de chatbots de IA que están apareciendo para emular las capacidades de nuestro nuevo amigo, ni si la IA puede reemplazar a los humanos. Sino que voy a empezar a reflexionar sobre cómo conecta con nuestra apreciada convergencia digital ESG, de ahí la idea de hablar de ChatESG.
Vivimos en un mundo cada vez más bañado por inteligencia artificial, cada vez más impregnado por soluciones que ya usan IA para mejorar, aunque muchas veces no somos conscientes de ello.
La emoción de las inmensas posibilidades que avistamos no debe ni hacer que las demonicemos, ni que dejemos de medir su impacto en temas relacionados con la sostenibilidad, lo social y la gobernanza. Si investigamos un poco vemos noticias, artículos y opiniones en todas las direcciones.
Sin ir más lejos, un estudio del MIT nos dice que los coches autónomos pueden ser un desastre climático, que si se adoptan a escala mundial, sus sistemas informáticos de IA podrían generar tantas emisiones de gases de efecto invernadero como todos los centros de datos actuales.
Pero, por otro lado, el WEF nos dice que sin IA, no cumpliremos los objetivos ESG ni abordaremos el cambio climático ya que el club de Davos considera que la inteligencia artificial puede cambiar las reglas del juego para gestionar los esfuerzos ESG y, en última instancia, abordar el cambio climático.
Ellos nos dicen que la IA puede proporcionar soluciones integrales de gestión de ESG, capacidades de informes e información procesable sobre emisiones incluso para las empresas más grandes.
No tengo duda de que estamos en una época en la que habrá muchos debates sobre la IA, sobre si realmente es una innovación revolucionaria, sobre su impacto en nuestra sociedad y sobre la IA responsable.
La aceleración de la inteligencia artificial generativa conlleva la aceleración de las conversaciones éticas sobre la misma, hay quien considera que el mundo se tambalea de nuevo y hay quien piensa que debemos centrarnos en la colaboración para maximizar su impacto positivo.
Como dice mi colega Joe Baguley: "Hoy jugamos con una nueva tecnología que está dando grandes pasos en comunicación y generación. Usar esta herramienta y combinarla con otras herramientas junto con el método científico y la inteligencia humana es donde está la verdadera emoción. Todavía estamos analizando sus fallos y limitaciones, analizando combinaciones y aplicaciones que podrían tener un impacto real y tangible en la calidad de vida humana".
Los lectores más fieles recordarán las múltiples ocasiones en las que he escrito que la tecnología es un riesgo y una oportunidad que se cruza con ESG. Las preocupaciones de ESG están creciendo a medida que la inteligencia artificial se vuelve más popular, considerar los riesgos ESG de la IA es fundamental para aprovechar la oportunidad que tenemos ante nosotros.
Debemos conseguir que la IA se desarrolle de manera responsable, no dar por hecho que las respuestas de los bots conversacionales son siempre acertadas porque nos volveríamos potenciales víctimas de manipulaciones tipo fakenews… seguir debatiendo y aprendiendo.