Afortunadamente, vivimos en un momento en el que hablar de salud mental está cada vez más normalizado. La pandemia y el confinamiento marcaron un punto crítico en esta revolución, mostrando la importancia de la salud mental en un mundo cada vez más conectado a través de dispositivos electrónicos. Me gustaría aprovechar estas líneas para analizar la salud mental de jóvenes y adolescentes y cómo el uso de la tecnología impacta en sus vidas.
Los meses de confinamiento provocaron un aumento de ansiedad y estrés en la población, pero fueron las personas más jóvenes quienes sufrieron los efectos más negativos. Según el CIS, el 60% de las familias reportaron que sus hijos e hijas mostraban mayores niveles de nerviosismo y ansiedad, mientras que el 36,1% admitió que lloraban con facilidad. La falta de interacción social, el cierre de las escuelas y la incertidumbre sobre el futuro afectaron profundamente a la salud mental de este grupo de población.
El mes de octubre ha sido un mes clave para reforzar el discurso de la salud mental. El día 10, en la celebración del Día Mundial de la Salud Mental, la Reina comenzó su intervención recitando la letra de un rap del músico madrileño El Chojín: “Hago lo que puedo, llego a lo que llego y no es sano que se me exija tanto”. Además, bromeó sobre ello indicando: “No se me ocurriría intentar rapear, por respeto, claro, a los artistas de este género musical. Pero, si algún medio de comunicación titula 'la Reina rapea por la salud mental', sería una buena manera de dirigir la atención a un asunto tan importante y serio como este”.
Destacaba, además, la creciente tendencia de la población más joven a considerar el suicidio. Por primera vez, un 48,9% ha pensado en ello en algún momento de su vida. Esto se manifiesta en el aumento de la violencia en las aulas y los intentos de suicidio, señalando la urgente necesidad de abordar la salud mental en la población joven.
Este mismo mes, en el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (Ontsi), publicamos un informe, dentro de nuestra colección de Policy Brief, que dedicamos a la salud mental de jóvenes y adolescentes en relación con el uso que hacen de los servicios digitales y de internet. En este documento, realizado en colaboración con Digital Future Society, se exploró cómo el uso de dispositivos electrónicos y redes sociales impacta en la salud mental de estos grupos.
Según este informe, un 58% de adolescentes siente una mayor aceptación, un 71% expresa mejor su creatividad y el 80% se siente más conectado a su entorno. La tecnología y las redes sociales se han convertido en herramientas poderosas para la expresión personal y la construcción de relaciones.
Sin embargo, no todos experimentan los mismos efectos. Un 78% de los adolescentes recibe comentarios positivos en sus publicaciones, lo que contribuye a emociones positivas. Pero, al mismo tiempo, el 44,6% señala que el mal uso de las redes sociales les resta tiempo para el estudio, y un 22,5% ve reducidas sus actividades culturales y deportivas.
Hay quienes son más vulnerables que otros, especialmente aquellos entre 12 y 16 años, donde uno de cada tres está en riesgo elevado de hacer un uso compulsivo de internet. Sin embargo, los efectos negativos afectan de manera diferente a cada persona, y pueden ir desde la disminución del tiempo dedicado a amistades hasta la soledad, experimentada por un 26%.
Con estos datos se pone de manifiesto que el uso de dispositivos electrónicos y redes sociales tiene efectos mixtos en la salud mental de jóvenes y adolescentes. Si bien pueden mejorar la aceptación, la creatividad y la conexión social, también pueden restar tiempo al estudio y reducir las actividades culturales y deportivas. Por lo tanto, es necesario que estemos atentos para minimizar los riesgos y maximizar las oportunidades que estos medios ofrecen.
En este contexto, es fundamental considerar el papel de la educación, para que conozcan la importancia de la salud mental y se les proporcionen las herramientas necesarias para gestionar el estrés, la ansiedad y otros desafíos que puedan surgir en su vida, así como para que busquen ayuda cuando sea necesario. Pero no se trata de educar solamente a nuestros jóvenes, la formación de todas las partes interesadas es esencial, ayudando a crear redes de apoyo amplias y efectivas que permitan abordar la salud mental de jóvenes y adolescentes.
La salud mental es un valioso tesoro que debemos proteger. Cada uno de nosotros desempeña un papel fundamental en esta tarea. Así como también lo hace la colaboración público-privada entre las administraciones públicas, empresas y la sociedad en su conjunto, que es esencial para abordar la salud mental de manera integral con un esfuerzo colectivo y coordinado.
Ontsi, dependiente de Red.es, está adscrito al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital a través de la SEDIA.
*** Rosa Díaz, directora del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (Ontsi).